Un chico de 10 años sufre el síndrome de dolor regional complejo (SDRC), una enfermedad que le provoca un malestar crónico y le genera un dolor intenso en todas sus extremidades. Debido a que no tiene cura, pide que lo maten para dejar de sufrir.
Se llama Dillon Wilford y vive en Inglaterra. La afección no posee cura. Solo existen algunos tratamientos paliativos, pero que en el caso de este nene no son eficaces.
El menor comenzó a sentir dolores en noviembre de 2021. (Foto: Manchester Evening News)
Cómo comenzaron los dolores
Una mañana de noviembre de 2021, Dillon se levantó de la cama y sintió un profundo malestar en la pierna. Sin embargo, lo pudo soportar y siguió con su rutina.
Al día siguiente, el dolor se había intensificado y le impedía moverse con normalidad. Desde ese momento, el pequeño no volvió a caminar sin la ayuda de otra persona.
La familia está formada por su mamá, Melanie, y su hermana Maddison, de 24 años. Viven en la ciudad inglesa de Bolton. Su papá murió cuando él era más chico.
Luego de que conocieron el diagnóstico, la situación solo fue empeorando. Ahora, el dolor va desde el tobillo hasta la parte inferior del muslo. Además, cualquier contacto, incluso con su propia ropa, le produce un dolor tan grande que le ruega a su mamá que le amputen la pierna.
“Cae en una agonía insoportable cada vez que pone el pie en el suelo o si toca algo”, le contaron los especialistas que atienden al nene al medio británico The Mirror.
Dillon Wilford junto a su mamá, Melanie. (Foto: Manchester Evening News)
El pedido del niño para calmar su dolor
Su mamá le contó a The Mirror que desde que Dillon contrajo esta enfermedad, llamada “enfermedad suicida”, grita las 24 horas del día.
Agregó que el nene ya no puede soportar “el viento o la lluvia en su piel”. En este sentido, explicó: “Cuando la gente escucha que grita, piensan que le duele mucho la pierna, pero es importante que sepan que esta enfermedad no solo duele, sino que es un dolor constante e insoportable todo el día”.
“Como familia estamos destrozados, Maddie y yo tenemos que escuchar a Dillon pedirnos que lo matemos. Imaginen lo que es escuchar a tu hijo de 10 años decir que quiere lastimarse para parar el dolor. Esto es absolutamente desgarrador para nosotros. No quiero perder a mi hijo”, sostuvo Melanie.
La madre de Dillon manifestó que está en contacto con muchos papás cuyos hijos que tienen esta misma enfermedad terminan autolesionándose: “En poco tiempo, cuando tenga 13 o 14 años, si no está mejor, ¿adónde lo llevará su depresión, dolor y ansiedad? Como mamá, este es un pensamiento horrible”.