La nave espacial Dragon de SpaceX, la compañia de exploración espacial de Elon Musk, despegó con éxito el sábado desde Cabo Cañaveral (Florida) como parte de una misión para traer de vuelta a la Tierra a dos astronautas que se quedaron varados en la Estación Espacial Internacional tras surgir problemas de seguridad en su nave de regreso original, el Boeing Starliner.
Los dos tripulantes de la Dragon, Nick Hague y Aleksandr Gorbunov, despegaron el sábado por la tarde y está previsto que se acoplen a la Estación Espacial Internacional a las 19:30 del domingo.
Está previsto que los astronautas varados, Butch Wilmore y Suni Williams, regresen a la Tierra con la Dragon a finales de febrero, cumpliendo así su octavo mes en el espacio (las tripulaciones de la Estación Espacial Internacional suelen rotar cada seis meses).
Falcon 9 launches Crew-9, the first human spaceflight mission to launch from pad 40 in Florida pic.twitter.com/BYpPPtaKqm
— SpaceX (@SpaceX) September 28, 2024
Varados en el espacio
En principio, Wilmore y Williams debían regresar en junio tras una breve misión que no duraría más de 10 días, pero en su llegada a la Estación Espacial Internacional el Boeing Starliner reveló fugas de helio y fallos en algunos de los propulsores de la nave, lo que provocó que la NASA empleara una nave diferente para el vuelo de regreso.
La NASA puso en marcha una investigación para averiguar la causa de la parada de cinco propulsores cuando el Boeing Starliner se acercaba a la Estación Espacial Internacional en junio. La agencia realizó pruebas en tierra durante meses, pero no llegó a un consenso con Boeing, que insistió en que entendía los problemas y que confiaba en la seguridad de la nave para realizar un viaje de regreso.
El regreso no tripulado del Starliner a principios de septiembre fue exactamente como estaba previsto, y el director del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, Steve Stich, dijo a los periodistas que el viaje "habría sido un aterrizaje seguro y exitoso con la tripulación a bordo".
Aún así, el hecho de que SpaceX gestionara el vuelo de regreso en lugar de Boeing supuso una mancha en el programa Starliner, para cuya realización la NASA concedió a Boeing 4.200 millones de dólares.