Una camarera del Mason Jar Cafe en Benton Harbor, ubicado en Michigan, Estados Unidos, denunció en las redes sociales que sus empleadores la despidieron, de forma telefónica, luego de haber recibido una exorbitante propina de US$10.000.
Según informó la joven, Linsey Boyd, el sábado le indicaron que se tome el domingo libre y ese mismo domingo le enviaron un mensaje diciéndole que se tome el lunes. La actitud le pareció rara, llamó y consultó si debía ir el martes siguiente, a lo que los dueños le respondieron que “no volviera”.
A raíz de esto, Linsey compartió un descargo en las redes sociales en donde escribió: “Una semana soy una empleada increíble y trabajadora, una madre increíble. Ahora estoy sin trabajo, por primera vez desde que tenía 15 años”. A su vez, destacó que le parecía extraño que tomen esta medida a tan solo una semana de que un cliente le dejara alrededor de US$10.000 de propina.
Frente a la polémica que generó su posteo, los dueños del restaurante salieron a aclarar la situación y dijeron que la decisión “no tiene nada que ver” con la propina que recibió la joven y que fue “meramente comercial”. También detallaron que la misma se le pagó en su totalidad y no se le descontaron los impuestos: “Eso corrió por parte de la empresa”.
“Realmente nos preocupamos por nuestro personal. Hemos tenido el mismo equipo durante 5 o 6 años. Tenemos chicas universitarias que vienen a casa todos los veranos y lo han estado haciendo durante cuatro años, llevamos a nuestro personal al norte al final de cada temporada de verano, les damos donaciones para fondos universitarios, las mantenemos empleadas durante Covid, hacemos todo está en nuestras manos no perder personal”, detallaron desde la empresa.
A su vez, indicaron que la decisión de despedir a Lindsey “no se tomó a la ligera” y que fue por cuestiones “empresariales”. “Despedir a un empleado es algo que el restaurante intenta evitar”, agregaron.