"Pasé un verdadero infierno", fue una de las primeras definiciones de Yocheved Lifshitz. Con 85 años, se convirtió en la cuarta mujer liberada por Hamas, aduciendo motivos humanitarios. Acompañada por su hija durante una rueda de prensa con periodistas, contó las penurias que tuvo que soportar y resistir desde que el pasado 7 de octubre la tomaron como rehén.
"Viví un infierno"
Yocheved contó que desde el momento mismo en que fue capturada creyó que su vida terminaría a cada instante. Dijo que pese a su edad, fue golpeada por los terroristas, y agregó: “No distinguían entre jóvenes y ancianos, era muy doloroso”.
"Dispararon contra nuestras casas y golpearon a nuestra gente", contó la mujer, coincidiendo con el relato de otras personas más afortunadas que lograron resistir, por ejemplo, en las habitaciones que se usan como refugio para los bombardeos. Yocheved contó con el aporte de su hija que le ayudaba en el relato. Ella dijo que a su madre la tomaron como rehén y la colocaron en parte trasera de una moto, con las piernas de un lado y la cabeza del otro, y mientras iban hacia Gaza, la golpeaban. La mujer dijo que eran parte de Al Shabab, otro de los grupos yihadistas que también opera en la Franja junto con Hamas.
Una telaraña de túneles
Al llegar a la Franja, los metieron en donde más seguros se sienten los terroristas: los túneles. Yocheved relató que la hicieron caminar por la zona de acceso a esa red de pasadizos, pero que tenía el suelo muy mojado. Pese a ello, los obligaron a avanzar varios kilómetros por esa vía de escape, acceso y desplazamiento que Hamas construyó pacientemente durante años y que tienen energía eléctrica y medios de comunicación.
"Hay una enorme red de túneles ahí abajo", dijo, y no hizo más que confirmar lo que ya se sabe sobre esa infraestructura subterránea que les da una enorme cobertura a los integrantes de Hamas. La anciana la definió a esa multitud de pasajes como una "telaraña de túneles".
"Ver a mi madre de nuevo es algo increíble", dijo su hija Sharone. Yocheved, junto a otra mujer, fue liberada por medio del paso de Rafah entre Egipto y Gaza. Luego, voló a Israel para reencontrarse con sus familiares.
Al igual que en los dos primeros casos de rehenes liberados -una madre enferma y su hija- Qatar cumplió el papel de mediador para facilitar la operación. Pero son solo 4 de más de 200 personas que siguen cautivas.
Siguen los bombardeos a la espera de la invasión terrestre
Israel continúa acumulando hombres y material bélico en torno a al doble vallado que conforma el límite con la Franja de Gaza. La anunciada "segunda fase", una incursión militar sobre el terreno, se demora. Tel Aviv dio una sola alternativa para frenar ese ataque: que Hamas libere a todos los rehenes y se rinda incondicionalmente. Pero ya han pasado 17 días desde el avance de grupo terrorista sobre suelo israelí y no hay más novedades que las 4 mujeres liberadas por razones humanitarias.
No hay indicios sobre la suerte de los más de 200 rehenes que todavía están en manos de los terroristas. Mucho menos sobre su estado de salud y su paradero.
Las breves declaraciones de Yocheved Lifshitz reavivan el temor inicial de los israelíes: que los rehenes estén escondidos en la profusa red de túneles que tiene Hamas en la Franja de Gaza. Ubicarlos allí y rescatarlos es prácticamente imposible. Además, tampoco se sabe si luego de tantos días, esos intrincados pasajes pueden haber sido convertidos en trampas con explosivos para el paso de los soldados de Israel.
Los momentos más dramáticos tiene instantes únicos: como cuando Yocheved se liberaba de sus captores. Al momento de pasar al cuidado de la media luna roja (la Cruz Roja en el mundo musulmán), la anciana se dio vuelta y le estrechó la mano a quien fue uno de sus captores durante 17 días.
