Un insólito hecho ocurrió en Rusia después de que una nena comenzara a quejarse de un fuerte dolor de panza. Sus padres se alertaron al ver que la molestia no se le pasaba y decidieron llevara al hospital Clínico Regional Estatal de Vologda para que recibiera atención médica.
Allí, los especialistas le hicieron estudios y en una radiografía descubrieron algo aterrador: tenía una cuchara alojada en el estómago. Rápidamente, la menor fue sometida a una operación de urgencia para extraer el elemento lo antes posible.
Según explicaron los médicos más tarde, aparentemente la nena se habría tragado la cuchara durante el almuerzo y eso le provocó un dolor en la zona del abdomen. Luego de la extirpar el elemento, revelaron que medía aproximadamente 20 centímetros.
“La niña fue sometida inmediatamente a una esofagogastroduodenoscopia, un examen del estómago con un endoscopio, que ayudó a los médicos a confirmar el diagnóstico”, explicó el médico que la atendió, Dmitry Vankov. Después de ello, se utilizaron herramientas especiales para poder sacar la cuchara a través del esófago.
Al tratarse de una paciente con un buen estado de salud, la operación salió con éxito y la dieron de alta ese mismo día. “Cuídense mucho y manejen con cuidado este tipo de objetos”, alertó Vankov.
Un hecho similar ocurrió en Nueva Delhi (India) cuando un joven de 26 años admitió haber comido 39 monedas y 37 imanes porque “pensaba que el zinc ayudaba en el culturismo”. Según informó la agencia Ani News, los médicos que lo atendieron tuvieron que operarlo de urgencia para extirparle las piezas metálicas ya que estaban obstruyendo en sus intestinos.
El chico, cuya identidad no fue revelada, llegó al hospital junto a sus padres y revelaron que venía comiendo monedas e imanes desde hace semanas. Allí, constataron que el paciente padecía una enfermedad psiquiátrica y se encontraba bajo tratamiento.
Tras la consulta, se le realizó una radiografía de abdomen y una tomografía, cuyos resultaron demostraron varias sombras que daban cuenta de la presencia de varias piezas de metal que se encontraban alojadas en los intestinos.
Inmediatamente, el joven fue operado de urgencia y se le extrajeron un total de 39 monedas y 37 imanes que tenían forma de corazón, de estrella y de triángulo. Los cirujanos descubrieron que se habían agrupado en dos bucles separados en el intestino delgado, y la fuerza magnética los llevó a bloquearse y causar una erosión a lo largo de la pared intestinal.
En cuanto se le consultó por qué se había tragado dichos metales, el fisicoculturista contestó que pensó que la ingesta le ayudaría a sumar zinc a su cuerpo y, de esta manera, sería más fácil lograr los resultados físicos que buscaba mediante el ejercicio.
En una radiografía post operatoria, se confirmó que todas las piezas fueron retiradas y el paciente tuvo que quedar internado bajo observación durante una semana antes de darlo de alta.