“Nisman se suicidó, yo espero que no haga algo así el fiscal Luciani”, dijo el presidente Alberto Fernández al ser entrevistado en TN el miércoles pasado, un día después de conocerse el pedido de 12 años de prisión contra la vicepresidenta Cristina Kirchner en la causa Vialidad por parte de Luciani.
Estas polémicas declaraciones merecieron el repudio de muchos sectores, además de que la propia justicia había dicho en diciembre de 2018 que investigaba el caso Nisman como un “asesinato”.
Al ser consultada al respecto, Sandra Arroyo Salgado, jueza federal de San Isidro y ex esposa de Nisman, admitió que ese miércoles por la noche no pudo dormir y que las palabras del Presidente “generaron un escenario muy difícil” para la vida de sus dos hijas.
“Ese día a la noche fue para mí muy difícil descansar. No dormí porque generaron un escenario muy difícil para la vida de mis hijas. Esas declaraciones fueron dadas por la máxima autoridad del Poder Ejecutivo. Mi hija mayor tiene muy en claro lo que significan esas palabras”, señaló Arroyo Salgado al ser entrevistada en Radio Rivadavia.
La infeliz comparación que hizo el primer mandatario entre el fiscal que ahora acusa la Vicepresidenta y el que la acusó hace siete años -y apareció muerto de un disparo en la cabeza en el baño de su departamento de Puerto Madero- desplazó los argumentos que planteó para defenderla de los actos de corrupción que enfrenta ante la justicia, por el supuesto direccionamiento de la obra pública de Santa Cruz.
Arroyo Salgado se mostró disgustada por la injerencia del Poder Ejecutivo en el Poder Policial y pidió que “cada uno se dedique a lo que dice la Constitución”.
“El Ejecutivo tiene que estar encargándose de la situación económica del país, que está lejos de ser óptima. Lo que esperan los ciudadanos es que el Presidente se aboque a eso en vez de inmiscuirse en las tareas de otros poderes del Estado”, remarcó la jueza.
Para la ex esposa de Nisman, las palabras del Presidente “tratan de condicionar y tender un manto de sospecha en lo que se dirime en los Tribunales” desde hace varios años.
Ella está convencida de que a Nisman lo mataron, al igual que sus hijas y la familia del fiscal. “Creemos que la verdad llegó al expediente, y era lo que queríamos. La justicia arribó a esa misma conclusión en diciembre de 2018″, recordó.
Al ser consultada sobre la posibilidad de demandar al Presidente por sus dichos, Arroyo Salgado lo descartó por completo pero luego lanzó una perturbadora aclaración, donde deslizó que no le gustaría sufrir ninguna represalia .
“No planteé demandar al Presidente porque debo preservar mi tarea funcional. Tengo una responsabilidad que cumplir y yo no puedo poner en riesgo y tomar acciones que de algún modo impidan que en un futuro pueda realizar mi trabajo por el cual percibo un sueldo del Estado. Yo no personalizo las declaraciones”, explicó.
Insistió en que tanto ella como sus hijas “respetan la opinión de los demás” y que “cada ciudadano es libre de pensar lo que quiera sobre lo que pasó, incluso el Presidente”. Se refirió al caso Nisman como “un magnicidio” y pidió que dejen trabajar en paz a la justicia.
Arroyo Salgado, además, negó haberse reunido o conversado telefónicamente con Alberto Fernández por ese tema. “El único trato presencial que tuve con el Presidente fue cuando le tomé declaración testimonial en el juzgado que tenía a mi cargo. Tampoco tuve encuentros con los ex presidentes Cristina Kirchner y Mauricio Macri”, remarcó.
Sin embargo, admitió que estos dos últimos sí intentaron reunirse en privado con ella: “Ellos trataron de contactarse conmigo pero consideré que no correspondía tener esa comunicación”.
Relató que en 2015 recibió un llamado telefónico de un colaborador de Cristina con la intención de mantener un encuentro con ella y sus hijas. “Llamo a mi juzgado un abogado invocando que hablaba en nombre de la Presidenta, quien tenía intenciones de contactarse conmigo. Ese abogado no me pareció un interlocutor válido y le transmití que no correspondía y que se lo iba a transmitir a mis hijas, la mamá y la hermana de Nisman dado que ellas eran las víctimas porque yo estaba separada de él”, recordó.
En lo que respecta a Macri, dijo que recibió un llamado del ex titular de la AFI, Gustavo Arribas, que le proponía reunirse con él: “Le transmití que dadas mis funciones eso no correspondía y que no mezclaba mi trabajo con asuntos personales”.
Por último, quiso aclararle a la sociedad que la familia de Nisman decidió dejar sin efecto la querella porque “ya quedó aclarado que Nisman había sido víctima de un magnicidio”. Ahora, la justicia deberá establecer quiénes son los responsables del hecho. “Nosotros no buscamos venganza”, concluyó.