El lunes 6 de febrero tuvo lugar el juicio por el crimen de Fernándo Báez Sosa, el joven de 18 años que fue asesinado a golpes por 8 rugbiers en enero del año 2020. Cinco meses después de haberse conocido las penas, así viven hoy los condenados.
Los mismos se encuentran en el pabellón 6 del Área de Admisión de la Alcaidía III de Melchor Romero, razón por la cual resulta muy complicado para las familias irlos a visitar diariamente, dado que en su mayoría viven en Zárate.
Sin embargo, los condenados reciben visitas todas las semanas, pese a que sus familiares tienen 2 horas y media de viaje. Cada uno de los jóvenes tiene habilitadas las visitas de hasta cuatro personas. En el caso de uno de ellos, se solicitó la incorporación de una joven que sería su pareja.
Según trascendió, los condenados comparten dos celulares, sin acceso a redes sociales. También reciben asistencia psicológica, si bien la información sobre su tratamiento y estado de salud mental se mantiene en secreto profesional.
Los culpables del crimen de Fernando Báez Sosa pasan 20 horas al día encerrados en sus celdas de poco más de 2x2 metros, con solo cuatro horas diarias para realizar actividades. Tienen acceso al patio de recreo y, dependiendo del día, pueden participar en actividades de esparcimiento o deportivas, la cuales son supervisadas por un profesor de educación física.
De acuerdo a la información que se dio a conocer, tres años y cuatro meses después de su ingreso al penal, todavía los consideran prisioneros “de riesgo”. Los directivos de la unidad prefieren mantener el estado actual de alojamiento a intentar alguna variación.
“En estos casos de detenidos ‘famosos’ se intenta preservarlos porque siempre generan algún tipo de reacción”, dijeron en la penitenciaría. Eso fue lo que ocurrió en las primeras semanas de su llegada a la Alcaidía III, cuando los hostigaban desde otros pabellones y los insultaban cuando los identificaban a distancia en los patios internos.
