“El acto fue simple. Es más simple de lo que todos creen: no me dijo nadie. No tiene tanta mística, yo estoy muy tranquilo ahora”. Con estas palabras, Fernando Sabag Montiel describió lo que pasó en la noche del 1° de septiembre, cuando apuntó una Bersa calibre 32 hacia la cara de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Aunque siempre se negó a declarar, la confesión fue hecha ante los psicólogos, psiquiatras y médicos legistas que hicieron su perfil criminalístico. Los expertos describieron a “Nando” como una persona llena de “pedantería” y “vanidad”. Es más: se siente Nelson Mandela por su condición de preso político.
Según indicaron fuentes judiciales, el perfil psicológico y criminológico había sido pedido por el Ministerio Público, a cargo de Carlos Rívolo, y llegó esta semana a la causa. Lleva la firma de los peritos oficiales. El estudio fue presenciado también por peritos de parte. La jueza María Eugenia Capuchetti lo sumó al expediente. No sólo tiene la descripción de Sabag Montiel, sino también la de su novia, Brenda Uliarte, procesada como coautora del intento de homicidio calificado de la vicepresidenta.
A diferencia de Sabag, Brenda no quiso colaborar demasiado con los peritos. Contestaba poco, estaba reticente, señalaron las fuentes. Es que sabía que los entrevistadores venían de parte del Ministerio Público, sus acusadores. “Ella ya de por sí es corta en sus respuestas y acá lo mostró”, señalaron las fuentes consultadas. De lo poco que dijo los expertos entendieron que está atravesando un cuadro depresivo.
Nicolás Gabriel Carrizo, el jefe de los “copitos” procesado como partícipe secundario del intento de homicidio, no aceptó ser entrevistado por consejo de su defensa, a cargo de Gastón Marano, quien por estas horas está enfocado en sumar testimonios que confirmen que su cliente no tenía armas y que todo lo que dijo y fue usado como prueba en su contra eran bromas. Por estas horas, además, intentan que le concedan la prisión domiciliaria, en el marco de las medidas alternativas de detención preventiva que dispuso la Cámara Federal cuando confirmó su procesamiento.
La jueza ya tenía impreso el informe en su escritorio cuando la Vicepresidenta anunció en sus redes sociales que pedirá la recusación de la magistrada que investiga su atentado. “Cuando aparecieron las primeras pruebas que involucran a la política con el ataque, la jueza Capuchetti paralizó y boicoteó la investigación”, dijo en el mensaje que hizo público Cristina Kirchner. La decisión de la Vicepresidenta tomó por sorpresa a sus abogados que todavía no habían preparado el escrito. Lo presentarían el lunes próximo.
Se estima que, mientras dure ese trámite, la jueza no activará el planteo para correr vista a las partes con miras a elevar a juicio oral este tramo de la causa. Ese es otro de los puntos que irritó a la querella, además del no secuestro de los celulares de las colaboradoras del diputado Gerardo Milman en la llamada “pista Casablanca” Para el oficialismo hay un intento desde Comodoro Py de”cortar” la investigación en su estado actual sin profundizar en nexos políticos o financiamientos.
En voz baja, las fuentes judiciales desmienten esas interpretaciones. Sostienen que investigan todo, pero aseguran que de las pistas que se abrieron, todas se fueron cayendo o no se encontraron pruebas suficientes para involucrar a más personas. Hasta que aparezca algo concreto, por ahora los acusados son los que están: “lúmpenes marginales” que el 22 de abril decidieron matar a Cristina Kirchner, señalan las fuentes consultadas.
El perfil de Sabag Montiel viene a ratificar esa teoría, dicen en tribunales. Habrá que esperar a saber qué interpretaciones hace de esto la querella, cuyos peritos presenciaron las entrevistas. La Vicepresidenta ha dicho que “nadie puede pensar que esa banda planificó o ideó” el atentado.
Los expertos, sin embargo, encontraron un Sabag Montiel con “pedantería y la vanidad” de quien asume haber llevado adelante el atentado, con un “discurso engorroso, extravagante y tedioso”. Es claramente un “narcisista” que buscaba “impresionar”, añadieron.
“Nando” entendió perfectamente la criminalidad de sus actos, dicen los psicólogos del Ministerio Público. “El sujeto conoce la prohibición de la norma y que no la cumple por estar convencido de su acto, hacer justicia”, señaló el informe. Es que, añadieron, Sabag está convencido de que es posible cometer un delito para lograr justicia.
Dijo frases como “ajusticiar a una chorra” y “provocar una reacción en el pueblo”, como una manera de justificar su accionar. Entre las conclusiones de los especialistas, está la de que Sabag no pensó en las “consecuencias” de lo que iba a hacer. Eso no le interesó.
Su pensamiento, se señaló, tiene un curso normal con tendencia marcada a la disgregación. Tiene ideas fijas en temas de salud, con carácter hipocondríaco. En su relato alude a lo “mágico”. En la entrevista, Sabag sostiene que odia a la política. Y si bien cree en la “justicia divina”, entiende que él está pagando “por los errores de los demás y por los propios”. Se equipara con el líder sudafricano Nelson Mandela por su condición de recluso político.
“Para mí estar acá es un aprendizaje para poder tener introspección y analizar. Esto es un aprendizaje”, dijo sobre estar en la cárcel. Y ahí relató lo ocurrido el 1° de septiembre: “El acto fue simple. Es más simple de lo que todos creen. No me dijo nadie. No tiene tanta mística, yo estoy muy tranquilo ahora”.
Ninguna de las palabras de Sabag Montiel en estas entrevistas tiene el valor de una declaración judicial. Sin embargo, servirán al Ministerio Público en un futuro juicio para pintar la personalidad del principal acusado. La defensa, sin embargo, observa. Todavía no jugó ninguna carta. Pero tiene bajo la manga el informe que hicieron dos psicólogas de la Policía Federal apenas el atacante fue detenido por militantes kirchneritas. Esa noche mostraba “ideas de tipo delirante” y un “relato confuso”.
“¿Dónde viste un informe de la Policía Federal que escriba eso de entrada para un detenido?”, señalan quienes ponen en duda la certeza sobre la inimputabilidad de Sabag, una estrategia a desplegar a futuro.
Un grupo de expertos de la defensa oficial también ha estado entrevistándolo. Lo mismo ocurre con Brenda Uliarte, con quien también se está profundizando en su vida para darle un contenido psicológico a lo que podría haber determinado su conducta. Las conclusiones de estos expertos de las defensas, no obstante, no fueron presentadas en la causa. Se cree que se conocerán cuando llegue el momento de que los imputados declaren en el juicio oral. Las defensas de Sabag y Uliarte apuestan a que el caso pase rápidamente a esa instancia. Por eso ni siquiera apelaron el procesamiento. En eso estaban los instructores cuando se anunció la recusación de la querella de Cristina Kirchner que podría demorar en algo esos planes.