La causa que investiga el intento de asesinar a la vicepresidenta Cristina Kirchner registró esta madrugada una serie de allanamientos en donde se secuestraron teléfonos que pueden resultar útiles para la investigación.
Los procedimientos, ordenados por la jueza María Eugenia Capuchetti, se realizaron a pedido de la querella, que en las últimas horas había marcado como sospechosos algunos contactos de Nicolás Gabriel Carrizo, el denominado jefe de los “copitos” que está preso desde hace dos semanas imputado de haber participado en la planificación del atentado.
Mientras tanto, Agustina Díaz, la tercera detenida en la causa, pidió que la jueza le dicte la falta de mérito. Lo hizo al entender que las pruebas recolectadas en la investigación no alcanzan para procesarla. Eso deberá evaluarlo Capuchetti. En el mientras tanto, hay otras medidas en curso sobre el resto de la investigación.
Según confirmaron a Infobae fuentes del caso, los allanamientos se hicieron en la casa de Joana Colman, a quien la fiscalía a cargo de Carlos Rívolo pretendía interrogar como testigo y la querella como imputada. A “Joa” también la conocían como “Mind Freak”. Después del atentado, Carrizo le dice a sus amigos de un chat colectivo que borren los mensjes y “Joa” responde: “Amigo yo no voy a vaciar nada ni voy a borrar nada y desde ya les digo, ni se les ocurra borrar nada, porque ahí si que van a flashear que ustedes tienen algo que ver y no tienen nada que ver, hagan vida normal, no se persigan...”
Pero es “Joa” quien también activó la idea de una motivación económica. “Sé que (el atacante Fernando Sabag Montiel) lo hizo por plata, por acomodo, así que el chabón en cuatro años ponele que sale y sale reacomodado mal eh… a ver, como les vuelvo a repetir, uno por plata se vende ¿si? Pero si, si los nombro a ustedes, eso si así que fíjense bien… y no solo a ustedes cinco porque nombro a más personas, fíjense bien”. La querella pidió medidas para seguir esa pista.
Brenda Uliarte con el arma que utilizó Fernando Sabag Montiel para atacar a Cristina Kirchner
La justicia también allanó la casa de “Jony White”, a quien Carrizo le había dicho luego del fallido atentado contra la vicepresidenta que ahora iban por el líder de La Cámpora. El contacto «Jony White» respondió: “Los sicarios de los copos de nieve”. Eso fue tres horas después del atentado. En el procedimiento se incautaron teléfonos y dispositivos que ahora serán analizados por la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Precisamente, en las últimas horas, los técnicos de la PSA también están trabajando en el análisis de la información del celular, la tablet y una computadora de Agustina Díaz, y los celulares y equipos encontrados en los allanamientos de la casa de Carrizo el 14 de septiembre. Es que, precisamente, el teléfono de Carrizo ya había quedado retenido cuando él declaró como testigo tras la detención de Brenda y fue precisamente su contenido el que lo metió preso. La defensa busca que se dicte la nulidad de esa prueba pero hasta ahora no ha tenido éxito.
En la noche del 1 de septiembre, Sabag Montiel aguardó a que Cristina Kirchner llegara a su departamento de Juncal y Uruguay. A unos pasos, lo esperaba Brenda. La zona se había convertido en una meca para los simpatizantes de la Vicepresidenta, luego de que el fiscal Diego Luciani pidiera 12 años de cárcel de prisión. Se acercó hasta la ex presidenta y le apuntó con un arma calibre 32 a la cabeza. Gatilló una vez pero no había bala en la recámara. Intentó escapar de la zona pero fue atrapado por militantes kirchneristas. Quedó presa. A Brenda Uliarte, su novia, la atraparon el 4 de septiembre, luego de haber aparecido en televisión junto a Carrizo y los otros “copitos” diciendo que ellos no habían tenido nada que ver. Era mentira. Brenda había estado esa noche en la casa de CFK.
La jueza ya procesó a Sabag Montiel (35 años) y Uliarte (23 años) por intentar asesinar a Cristina Kirchner, en un plan ideado y premeditado y los embargó por 100 millones de pesos a cada uno. No lograron matarla “por razones ajenas a su voluntad”, sostuvo la resolución que la jueza. El fallo no fue apelado por ninguna de las dos defensas oficiales que representan a la pareja. Ahora, la jueza analiza la situación de Agustina Díaz, amiga de Brenda; y de Carrizo, para quienes los procesados trabajaban. “Yo quisiera hacerme el vendedor de copos y meterle un corchazo”, dijo Sabag Montiel dos semanas antes de apuntarle a la cabeza a la vicepresidenta.