El hecho sucedió en la provincia mediterranea. Un joven sustrajo el celular de un persona, pero fue visto y perseguido, hasta que se lo logró atrapar. Asustado, el muchacho devolvió el equipo, que había negado tener, lo que provocó la furia del dueño que le preguntaba "porque me robaste", mientras intentaba sujetarlo del cuello para ahorcarlo.
Los sucesivos hechos de delincuencia comienzan a exasperar a la población, que ante la inacción de las autoridades intentan ejercer justicia por mano propia. La situación es un caldero. Un país sin reglas, seguridad ni protección de las personas que solo desean trabajar y llevar una vida tranquila.
El joven quedó detenido (ampliaremos).