Cacho Garay quedó en libertad en horas de la tarde este jueves tras haber sido imputado por amenazar a su esposa con un arma. El artista fue liberado luego de haber pagado una cuantiosa cifra de fianza.
Garay pagó 1 millón de pesos para recuperar su libertad, con una perimetral para cuidar a su expareja. El hombre fue imputado por el fiscal de Violencia de Género, Daniel Carniello, por los delitos de “amenazas agravadas por el uso de arma en contexto de violencia de género y tenencia ilegítima de armas de uso civil”.
El humorista fue trasladado desde el Cuerpo Médico Forense, donde le realizaron una serie de estudios, a la Comisaría 11°, ubicada en Luján de Cuyo, Mendoza. Allí fue donde quedó en libertad, tras haber firmado los papeles para su liberación.
Por la perimetral, no podrá regresar al domicilio que compartía con su esposa, Verónica Macías Bracamonte, ya que ella será quien se quede en la vivienda, según indicó uno de los panelistas de A La Tarde (AméricaTV).
El imputado llegó en un móvil policial a la Fiscalía N°11, evitando a la prensa que aguardaba por su llegada. Garay permaneció algunos minutos en el lugar, donde terminó algunos trámites y finalmente recuperó su libertad.
Cacho Garay fue denunciado por su esposa por violencia de género y quedó detenido
El domingo Garay fue denunciado por su esposa, Verónica Macías Bracamonte, por violencia de género en la Oficina Fsical 11 de Luján. Según la denunciante, el sábado en el hotel Eleton habrían tenido una discusión muy fuerte en la que tuvo que intervenir la gente de seguridad del hotel, quienes encontraron toda la habitación desordenada.
Luego, la mujer estuvo en un refugio, ya que Garay no quería abandonar la casa donde vivía con su pareja. Y, antes de ser detenido, compartió en Facebook una imagen con la que se declaró inocente y recibió el apoyo de algunos seguidores al pie del posteo que subió a esta red social.
“Gracias a los miles de mensajes de apoyo. Gracias a Dios porque mi verdad me mantiene la conciencia cristalina”, apuntó y luego colgó una imagen del pintor español, Salvador Dalí con una frase.
“Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí. Aunque confieso que me gusta que hablen mal porque eso significa que las cosas me van muy bien. De los mediocres no habla nadie y cuando lo hacen solo dicen maravillas”, cierra la frase que decidió tomar de Dalí.