El 15 de septiembre pasado se cumplió un año del momento en que el entonces jefe de Gabinete bonaerense Martín Insaurralde se dirigió hacia el aeropuerto internacional de Ezeiza para partir rumbo a España.
Del otro lado del océano quien lo esperaba era la modelo Sofía Clerici, con quien disfrutaría de unos días de descanso en Marbella sin saber que el periplo se convertiría en un verdadero escándalo.
El viaje en cuestión, en el que Insaurralde y Clerici gastaron unos 55 mil dólares y que incluyó el alquiler del yate “El Bandido” por un total de 13.176 euros, motivó denuncias en la Justicia que se convirtieron en una causa que lleva adelante el fiscal federal Sergio Mola y el juez Ernesto Kreplak y en la que se investiga al exintendente de Lomas de Zamora por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. En el expediente también están en la mira la propia Clerici y Jesica Cirio.
En este año de investigación, la Justicia reconstruyó de qué manera Insaurralde llevó adelante una vida de lujo que podría no corresponderse con sus ingresos como funcionario público. Se obtuvieron datos clave sobre cómo se compró la mansión de Chacras de San Vicente -una historia que incluye a un exproveedor de obra pública de Lomas de Zamora-; la convivencia de Insaurralde y Cirio en un departamento de Puerto Madero, propiedad de una empresa vinculada a un testaferro de José López y los más de 83 mil dólares que el exfuncionario gastó en viajes, solo en 2023.
Se trata de elementos de prueba fundamental para lo que se prevé será la indagatoria de Insaurralde, que aún no ocurrió ya que los investigadores entienden que todavía deben recabar más prueba.
