La reforma electoral que plantea en la Ley Ómnibus el presidente Javier Milei incluye la eliminación de las listas sábana para implementar un régimen uninominal por circunscripciones, en el que el candidato individual con más votos represente a cada distrito. Mientras que algunos sostienen que de esa manera se eliminarían las minorías en el Poder Legislativo, el oficialismo asegura que se trataría de un sistema con mayor pluralidad de voces que afianza la legitimidad de los representantes.
El régimen de escrutinio es el mismo que se utiliza en Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, en donde es conocido como first-past-the-post, y consiste en que el elector elija a un único candidato por mayoría simple para que represente esa circunscripción o territorio. Cada provincia se dividirá en número de distritos igual a la cantidad de diputados que elijan, según establece el proyecto de La Libertad Avanza.
La ley ´Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos´ fija que "la división de los distritos en circunscripciones será efectuada por el Poder Ejecutivo Nacional, quien deberá tomar como base el censo nacional de 2022 y procurar asegurar que en cada circunscripción no existan diferencias superiores al 3% del número de habitantes. Asimismo, al fijar los límites territoriales de las circunscripciones se deberán respetar los límites geográficos y políticos preexistentes".
Esta reforma acotaría la cantidad de legisladores y elimina el piso obligatorio de 5 diputados por provincia. De esta manera, por ejemplo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires perdería 8 representantes y la provincia sumaría 27 bancas. Fuentes cercanas a la Casa Rosada defienden que este sistema "refleja lo que pide la reforma Constitucional: hoy hay provincias sobrerrepresentadas y otras subrepresentadas a partir de censos con 40 años de retraso".
"La lista la arma la gente"
Con el sistema uninominal, "la lista no te la arman los dirigentes y esos después son los diputados. Ahora, la lista la arma la gente", destacan las fuentes citadas, en complemento con la implementación de Boleta Única Papel (BUP), que ya cuenta con media sanción en Diputados, para que cada elector "ponga la cruz" en cada categoría para elegir a los candidatos. Con esto, buscan ahorrar alrededor de $12 millones en impresión de boletas (incluida la asignación de fondos a partidos para ese fin), y reducir la cantidad de fiscales necesarios. Así, "el votante tiene más poder que antes".
Otros alegan que este sistema afectaría a los partidos más chicos y que algunos directamente se quedarían sin representación. Por ejemplo, el Frente de Izquierda o el mismo partido La Libertad Avanza, que ganó dos bancas en Diputados con un 17,04% de los votos en la Ciudad de Buenos Aires en las elecciones legislativas de 2021. "Analizan el sistema nuevo con las bases del anterior", argumentan de la Rosada, "con este sistema nuevo, cada uno de los diputados tiene que ser conocido. El trabajo tiene que ser territorial con la gente, que los vean trabajar, que escuchen sus propuestas. Tienen que explicarle a la gente por qué lo tienen que votar".
En esa línea, argumentaron que, con el sistema actual, muchos de los representantes "vienen de arrastre" y los votantes no pueden "no votarlos si no querían". Bajo el régimen uninominal, el oficialismo sostiene que se fortalecería la representatividad y la legitimidad de los representantes, y los electores podrían elevar de manera más directa e individualizada los reclamos puntuales de cada distrito. De todos modos, "es algo que va a tener que debatirse en el Congreso".
Roca y Perón también lo impulsaron
La idea del gobierno libertario no es tan novedosa: la primera vez que se impulsó este tipo de reforma electoral en Argentina fue durante la presidencia de Julio Argentino Roca, bajo la autoría del ministro del Interior, Joaquín V. González, en el año 1904, con la Ley 4.161. En ese entonces, el sistema de comicios conllevaba, a su criterio, una crisis de representación: hablaba de una contradicción entre la "constitución social" y la "constitución política", en la que las fuerzas sociales no se traducían en la práctica por medio del mandato del legislador.
Según un artículo del Conicet titulado ´El sistema uninominal en la historia argentina´, era el mapa productivo del país lo que determinaba el criterio de limitación territorial y, por ende, el pluralismo de la Cámara. La ley fue promulgada el 7 de enero de 1903 y Roca dictó el Decreto de división de la República en 120 circunscripciones electorales, pero fue pronto derogada por su sucesor, el presidente Manuel Quintana, en 1905, convencido de que era inconstitucional. De todos modos, a pesar de su corta vida, preparó el terreno de la Ley Sáenz Peña.
En tanto, Juan Domingo Perón impulsó el mismo sistema en 1951, bajo un contexto político y social muy distinto al roquista. Con la ley de partidos políticos, la reforma constitucional y el sufragio femenino vigentes, la iniciativa surgió en medio de una crisis económica y conflictos sociales.
El proyecto de 1951 formulaba que para la elección de diputados los distritos se dividirían en
tantas circunscripciones como diputados debían elegirse y que cada circunscripción elegiría un legislador. Los límites territoriales debían ser fijados por las respectivas legislaturas, a diferencia de lo que establecía la ley de 1902, bajo el argumento de que, así, el oficialismo le otorgaba mayores garantías de imparcialidad.
Con mayoría peronista en el Congreso, se convirtió en la ley 14.032 y se estrenó en los comicios de noviembre, En la Ciudad, por ejemplo, se reconfiguraron veintiocho circunscripciones de dudoso criterio milimétrico que logró que el peronismo obtenga más del 80% de las bancas.
"Lo impugnable del sistema fue su distorsión en la práctica: se confeccionarios las circunscripciones de forma tal de romper las circunscripciones opositoras, las que nacían del Barrio Norte morían en la Boca; de este modo se desvirtuaba el sentido del sistema y afectando el régimen representativo", denunció el radical Quiroga Lavié, según cita el ex ministro de Educación porteño Horacio Sanguinetti en ´El voto uninominal por circunscripciones y su aplicación en la Argentina´.
El peligro del Gerrymandering
Lo que señalaba Lavié es el principal riesgo del sistema electoral uninominal, llamado "Gerrymandering": un término estadounidense que proviene de Elbridge Gerry, un republicano que financió la Guerra de Independencia y uno de los pioneros en la creación de la Carta de Derechos (Bill of Rights).
Por el año 1812, la legislatura de Massachussets aprobó una ley electoral que distribuía arbitrariamente los distritos y Gerry, como gobernador de aquel Estado, quedó marcado en la historia por esa firma, a pesar de que su participación en la política federalista de la época tuvo otras polémicas.
El término "The Gerrymandering" surge de la caricatura que pintó Gilbert Stuart en 1812
Hasta ese entonces, los distritos electorales eran fijados por las fronteras de los condados, y la ley cortaba el bastión federalista Essex de forma tal que el mapa parecía el dibujo de un monstruo, que entonces interpretaron como una salamandra (salamander, en inglés). En combinación del apellido Gerry con el anfibio, inventaron el término "Gerrymandering", que pronto se popularizó para referirse a las trampas electorales del sistema uninominal por circunscripciones.
La manipulación de los distritos electorales ya se había hecho antes de Gerry, y continuó después, tanto en el país donde originó el término como en otros, para concentrar o dispersar el voto, y aumentar o disminuir el número de representantes.