Salvador Moyano, Genaro D'Amico, Gaspar Ruiz Bercovich y Tobías López son los protagonistas de esta increíble historia cuando volvían en bicicleta de jugar al básquet en su club de Dean Funes, en Córdoba y en el camino encontraron un sobre.
Ese papel contenía dentro 50 mil pesos que una mujer había perdido minutos antes. Los cuatro adolescentes se miraron y no dudaron: hay que encontrar a la persona.
"Era mucha plata y la persona que la perdió debía estar preocupada", señalaron los cuatro chicos de 10 años. Desde el momento del hallazgo sabían que no iba a ser fácil encontrar a quién perdió el sobre, pero harían todo lo posible para lograrlo.
Los 50 mil pesos aparecieron en el cordón de la esquina de 25 de Mayo e Independencia, justo frente a un bar. Cuando observaron que había algo extraño, se acercaron y se asombraron por lo que había adentro.
"Estábamos yendo en bici para la casa del Tobi cuando en la calle, en la puerta de un bar del centro, el Gaspi ve el sobre con la plata y nos avisa", relató Genaro.
Ante la inquietud por saber a quién le pertenecía, primero le preguntaron a una pareja si era de ellos y la respuesta al ser negativa comenzaron con la búsqueda.
Se acercaron a un peatón y le preguntaron si entendía que decía el sobre. Allí se pudo saber un dato importante: decía el nombre del bar y la cantidad de plata.
De forma inmediata se acercaron a uno de los empleados del local gastronómico y le consultaron si sabía de quién era el dinero: "El señor nos dijo que esa plata era de la dueña del lugar (el café), y que recién se había ido. Que seguramente se le había caído al irse a su casa", remarcó Salvador.
"Entonces agarré la bici y por suerte la encontré, estaba a la vuelta de donde había perdido la plata", recordó el adolescente.
A los minutos la dueña se encontró con los menores y se mostró feliz por la situación: "Estaba re contenta y agradecida".
“Siento que hice un buen acto y me sentí bien, orgulloso”, admitió Gaspar. "Decidimos devolver la plata porque hace unos meses mi papá perdió la billetera y se puso re mal, nunca se la devolvieron. Tenía las tarjetas y todo", sostuvo Genaro.
Ante este buen acto, la dueña del local no dudó en regalarles una merienda en su bar: "Tomamos unas cocas con unas papitas, nos sentimos re bien. Contentos de que le sacamos la tristeza a la mujer".
