Un fuerte momento de tensión se vivió este martes por la tarde en la toma que encabeza Juan Grabois en Lago Escondido, cuando el líder de Patria Grande agredió a una trabajadora del lugar que filmaba cómo trasladaban a una mujer embarazada que acampaba en el lugar.
La tensa situación se generó cuando la mujer embarazada que participaba de la toma en la propiedad de Joe Lewis necesitó ser asistida. Para ello, trabajadores de la zona la escoltaron para trasladarla a un hospital cercano.
En el comienzo del video, filmado por una de las trabajadoras del lugar, se escucha que Juan Grabois dice: “¿Quién no la va a dejar salir?”. La respuesta de sus compañeros fue un grito de “ya está, ya está”, para advertirle que la situación estaba controlada. Mientras, algunos vehículos se retiraban de la toma para trasladar a la mujer.
A los pocos segundos, el propio Grabois retomó la discusión y le gritó a otro de los trabajadores: “¡Volá de acá! ¡Volá de acá! Saquénlo ustedes, loco”. Luego, el foco de la discusión y los manifestantes pedían que el móvil de la policía fuera adelante del vehículo que trasladaba a la embarazada.
La situación tomó temperatura hasta que el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) se enfrentó con uno de los hombres que escoltaba y, cara a cara, le cuestionó: “¿Vas a custodiar o vas a ser mulo de Lewis vos también?”.
Con la bandera argentina atada de su cuello, el referente de Patria Grande agredió a la trabajadora del lugar que filmaba toda la secuencia y le tiró el celular al piso para que dejara de grabar.
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Cómo comenzó la toma de Juan Grabois en Lago Escondido
Este martes, un grupo de cerca de 100 personas, liderado por el referente de Patria Grande, Juan Grabois, irrumpió en la propiedad conocida como Lago Escondido, de Joe Lewis, y desplegó un campamento a metros de la mansión del empresario.
“No violamos nada, estaba todo abierto. No queremos confrontar con nadie. Le damos nuestra palabra que vamos a permanecer acá en la playa en la medida en que ustedes tampoco tengan intención de confrontar con nosotros”, expresaron.
Los militantes ingresaron de manera ilegal por el camino privado utilizado por la empresa de Lewis para sus actividades productivas y avanzaron a lo largo de 16 kilómetros al grito de: “Patria sí, colonia no”.
Esta mañana, Grabois había anticipado en sus redes sociales: “Estamos intentando llegar al Lago Escondido, patrimonio de todas y todos los argentinos, pero solo accesible para algunos serviles al poder real. Las Malvinas son argentinas, el Lago Escondido también”.
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En ese sentido, señaló: “El Lago Escondido forma parte de un enclave colonial ingles asentado ilegalmente, en una zona de seguridad nacional, no puede haber una empresa transnacional en esta zona, lo dice la ley”.
Finalmente, horas más tarde, lograron ingresar a la propiedad y, como plantean que las tierras “son públicas”, desplegaron carpas y sus pertenencias en la orilla del lago.
“Estamos en territorio nacional, un lugar maravilloso al que nunca habíamos podido acceder para verlo”, le contestaron a efectivos policiales que intentaron desalojarlos de ese espacio, ubicado entre la parte posterior de la mansión y el lago ubicado a pocos metros.
“El ingreso fue posible porque solo hay un guardia para ordenar el tránsito de los más de 300 empleados que se desempeñan en el lugar y que desde esa barrera se da inicio a un vertiginoso camino de montaña de 16 kilómetros que sin esta organización doméstica podría ser lugar de accidentes”, señalaron empleados del lugar.
Desde Lago Escondido, por su parte, indicaron que se puede llegar al lago por un camino alternativo y público. La Justicia determinó en distintas instancias que se permita el tránsito en un sector que atraviesa la estancia de Lewis y se ubica cerca de su mansión. Entre ambas posibilidades hay una importante distancia de kilómetros y dificultades geográficas, indicaron los demandantes.
De acuerdo a lo relatado por los trabajadores del lugar, la situación provoca angustia y temor por lo que pueda suceder allí. En esa línea, indicaron que varios militantes ya solicitaron agua caliente y baños químicos, lo que generó preocupación respecto al tiempo que pueden llegar a permanecer en esas inmediaciones.
