La disputa entre el kirchnerismo y Axel Kicillof llegó a un nivel inesperado. El domingo, durante un encuentro con intendentes bonaerenses leales a su conducción, la ex presidenta Cristina Kirchner planteó la posibilidad de ser candidata a diputada provincial en el caso de que el Gobernador desdoble la elección o que el frente electoral se rompa.
Fue clara. No dejó margen a libres interpretaciones. Si necesitan que juegue, va a jugar. Y va a jugar fuerte. Muy fuerte. Eso implicaría ser candidata a diputada provincial por la tercera sección electoral, la más poblada de la provincia de Buenos Aires.
La tercera sección contiene a los municipios de La Matanza, Avellaneda, Almirante Brown, Berazategui, Ensenada, Brandsen, Cañuelas, Ezeiza, Esteban Echeverría, Florencio Varela, Lanús, Lobos, Lomas de Zamora, Berisso, Magdalena, Presidente Perón, Punta Indio, San Vicente y Quilmes.
En ese grupo, hay un puñado de intendentes que han decidido jugar decididamente del lado de Kicillof, como es el caso de Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fabián Cagliardi (Berisso), Juan José Mussi (Berazategui), Mario Secco (Ensenada) y Andrés Watson (Florencio Varela).
Todos ellos, el último viernes, firmaron un documento respaldando la postura de Kicillof de desdoblar la elección bonaerense. En total fueron 47 jefes comunales que le dieron su apoyo al Gobernador, en medio de una escalada de tensión por la definición de cómo será el proceso electoral.
Una posible candidatura de CFK generaría un fuerte golpe de efecto en la elección bonaerense. Sobre todo porque, a nivel municipal, los intendentes que no vayan alineados a ella quedarían muy expuestos en la renovación de los concejos deliberantes, debido a que la ex mandataria tiene un alto nivel de intención de voto.
La movida política de la ex presidenta es una respuesta contundente a la decisión de Kicillof de mantener su postura de desdoblar la elección bonaerense, pese a las presiones del sector cristinista para que el Gobernador cambie de parecer y las haga en forma simultánea con la elección nacional.
En el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), que conduce el Gobernador, ya se empezó a especular con la posibilidad de que algunos intendentes ocupen la cabeza de la lista de concejales y traccionen con su nombre el voto en los barrios. Una jugada territorial potente. Nombres propios con peso específico para batallas que no suelen encabezar. Una muestra del tenor de la discusión política de este tiempo.
La posibilidad de que CFK sea candidata es sorpresiva por dos motivos centrales. Primero porque el espacio político que lidera espera que encabece la boleta de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Y segundo porque es realmente extraño que una ex presidenta de la Nación esté dispuesta a competir en una elección seccional.
“Esto demuestra que todos están dispuestos a jugar muy fuerte”, analizó un intendente del conurbano en referencia a la postura de la titular del PJ Nacional, pero también al planteo que esta mañana hizo el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, cuando afirmó que es “inviable” hacer una elección concurrente en la provincia. Un anticipo de que Kicillof no piensa cambiar de parecer más allá de los golpe de efecto generados por el cristinismo.
Después de la afirmación de Bianco, que también planteó que los dirigentes del kirchnerismo habían presentado un proyecto inconstitucional en el Senado, la pelota quedó en el campo cristinista. La respuesta llegó de la mano de la senadora Teresa García, quien dijo que la fecha puede ser fijada por la Legislatura y contestó con una chicana: “A la Constitución hay que leerla completa”.
Si no hay una señal clara de acercamiento por parte del kirchnerismo, Kicillof va a avanzar en su plan de desdoblar. En La Plata hay mucho enojo con la jugada legislativa de la semana pasada. No cayó nada bien porque generó la ruptura de la mesa de negociación que, después de varios meses, se había habilitado con consenso de las tres partes.
Por eso esperan que la señal de acercamiento, para retomar una negociación de unidad, salga del cristinismo. Los primeros gestos fueron en un sentido distinto, debido al cruce de versiones entre Bianco y García.
Esta semana será determinante. El jueves el gobierno bonaerense hará un nuevo intento por suspender las PASO en la provincia. Para hacerlo necesita juntar dos tercios sobre los presentes y la única forma de alcanzarlo es con la coalición ordenada y votando en un mismo sentido. Es decir, el peronismo unido.
Lo que suceda en el recinto en tres días jugará un rol central en los tiempos de la decisión de Kicillof, que el próximo fin de semana podría concretar el desdoblamiento de los comicios en Buenos Aires. El clima de tensión escala día a día.
La posibilidad que puso sobre la mesa CFK va a alterar todo el escenario político bonaerense. En definitiva, es un ejercicio de presión contra Kicillof para que ceda en la decisión de desdoblar la elección. Postura que, a esta altura del calendario y después de varios idas y vueltas con los K, parece inamovible.
La decisión de la ex presidenta de considerar la posibilidad de ser candidata pone de manifiesto la importancia que tiene para el kirchnerismo la batalla política con Kicillof. No es solo una cuestión electoral, sino también una disputa política de fondo sobre el poder, los liderazgos y los intereses que se ponen en juego en el sistema político.