Después de seis años sin pisar un estudio de TV y dos días después de ratificar por carta su autoexclusión de competir en las elecciones -en un contexto de alta imagen negativa, y sabiendo que no le dan los votos para volver a la Casa Rosada-, Cristina Kirchner dio anoche una larga entrevista en C5N.
Aunque evitó referirse a candidaturas en el oficialismo -el tema que desvela por estas horas, y más desde su paso al costado- la vicepresidenta admitió la debilidad del Frente de Todos, al destacar que “lo que importa es, más que el techo, el piso. Para entrar al balotaje”.
“Van a ser unas elecciones atípicas, de tercios”, dijo asumiendo que el oficialismo va a perder caudal electoral, pero también en la estrategia de dividir a la oposición en los otros dos tercios. Aunque esta vez evitó aludir directamente a Javier Milei, como sí había hecho en un acto a fines de abril en La Plata.
“Estamos en un momento de mucha dificultad” admitió, pero imaginó también que “este gobierno es mucho mejor que (lo que hubiera sido) una reelección de Macri”.
Críticas a la Justicia
A lo largo de algo más de una hora de charla con el conductor Pablo Duggan, la vice volvió sobre sus tópicos predilectos. “Hacer política en los sets de TV es muy fácil. Y en los tribunales también. El tema es cuando llegás al gobierno. Son el dispositivo que después termina en Tribunales”, sostuvo.
Consultada sobre la suspensión de elecciones en Tucumán y San Juan, expresó: “Ya no es una cuestión de persecución al peronismo. Vienen además por el sistema democrático. La Corte se constituye en una camarilla de tres personas”, expresó en su previsible carga contra el Poder Judicial que la juzgó y condenó a 6 años de cárcel por corrupción -aunque sigue libre-, y a devolver junto con los otros condenados, más de 84 mil millones de pesos a actualizarse cuando la sentencia resulte confirmada.
En el terreno económico, cuando su interlocutor observó que el ministro Sergio Massa está “haciendo magia” en la actual situación, se limitó a acotar que “agarró una papa caliente”, y recordó que el año próximo se afrontarán vencimientos por 25 mil millones de dólares.
Todo transcurrió en un living cómodo, donde la vice pudo explayarse a sus anchas en modo comentarista y tomando distancia tácita de la actual gestión de gobierno donde tiene las cuotas de mayor poder.
Apeló al relato mayormente reiterado, como cuando habló de “regresión en la distribución del ingreso” y comparó con lo que llamó “esplendor en mi segundo gobierno”, un período -2011 a 2015- que en verdad estuvo signado por el estancamiento económico y una pobreza que llegó al 30% de la población, ocultada por la intervención del INDEC que ella avaló sistemáticamente. Una situación económica y social que en definitiva llevó a la derrota K en las urnas a manos de Cambiemos en 2015.
El paso de la vicepresidenta por el canal oficialista, tuvo momentos muy personales. Como cuando habló de la salud de su hija. “Mi hija Florencia depende de mí. Ella me ha dicho: no pienses en mí, hacé lo que tengas que hacer. Mi hija es una extraordinaria mujer que está enferma, que tiene una patología que puede tener cualquier mujer, vinculada a lo que ya sabemos, no quiero tampoco hablarlo. Ella me necesita a mí. Si a mí me pasara algo, ella sufriría mucho, mucho, y podría agravarse su patología, su enfermedad”, dijo sobre la salud de Florencia Kirchner.
“Pensar qué sería si yo no estoy de Florencia es una cosa que me afecta”, continuó, en un segmento duro de la conversación.
Volvió a referirse al atentado contra su vida, buscando vincular a la oposición al ataque de la banda copito, de lo que no hay ninguna pista. Y volvió a ratificar que no será candidata a nada, “voy a ser una militante política, que tiene que hacer todo para que los argentinos les pase lo mejor que considero debe pasarles”, expresó sobre su rol futuro.