Viviana Becker de Binello es la mujer con la que María Marta García Belsunce jugaba al tenis los sábados y domingos en el country Carmel, una amiga de toda la vida. Cuando ingresó este lunes a la sala de audiencias de los tribunales de San Isidro lo hizo como pidiendo permiso. Cuando comenzó a hablar su voz era temblorosa. Agradeció que Nicolás Pachelo no estuviera presente y que el tribunal aceptara sacarlo de la audiencia para su testimonio: “Lo necesitaba”.
Becker de Binello narró cuatro momentos en los que se sintió intimidada por Pachelo. Pero antes de dar un detalle sobre ellos, contestó las preguntas del fiscal Andrés Quintana.
La primera fue sobre si María Marta era una mujer temerosa. Dijo que no y agregó: “Sí le tenía mucho miedo a Pachelo por el secuestro de su perro Tom y que le había pedido el rescate. Ella realmente me dijo: ‘Mejor no meterse con este tipo que es capaz de hacer cualquier cosa’”.
Después de dar detalles de ese 27 de octubre de 2002 en el que jugó al tenis con la víctima, pero que debieron cortar el partido porque se largó a llover; de contar cómo fueron las horas posteriores al hallazgo del cuerpo y de lo que sucedía en la casa de los Carrascosa-García Belsunce; le consultaron cómo se enteró de que en realidad la habían matado y qué pensó cuando se lo dijeron. Fue contundente.
“Cuando me dijeron que a María Marta la habían matado, pensé en Pachelo porque es capaz de cualquier cosa y por eso le tengo terror”, respondió la amiga de la socióloga y confesó sobre el final que aún ella le tiene mucho miedo a Pachelo. En ese contexto, recordó: “Fue lo primero que me vino a la mente, creo que no soy la única que pensó lo mismo. Cuando imputaron a la familia sentí rabia, desazón, impunidad, un dolor… El asesino estaba afuera, muerto de la risa”.
Así, detalló cada una de las veces que se sintió intimidada por Pachelo. “La primera ya se hablaba bastante sobre los robos y sobre su accionar. Estaba trabajando en el quincho de mi casa y, de golpe, me lo encuentro parado delante de los autos, entrando a mi jardín, observando mi casa”, recordó y agregó que no la vio porque tiene vidrios oscuros y que ese episodio fue antes del crimen.
Y continuó: “Tras la muerte de María Marta comenzó todas las tardes a pasar lentamente con su camioneta por mi casa cuando no había ninguna necesidad porque yo vivo en una punta y él en otra (del country)”.
A lo que agregó que, después, tuvo otros dos encuentros con Pachelo en un supermercado cercano al Carmel. La primera vez, ella estaba bajando la mercadería antes de pagar: “Lo veo parado al final de la caja, con mirada amenazante, o lo tomé así. No sé qué hacía ahí, pero él sabía cuál era la amistad con María Marta y supongo que me quiso asustar”.
Y relató: “Traté de apurar, hacer que no lo venía, cargar el changuito… Él desapareció y me quedé un rato en el súper porque tenía miedo de llegar al auto y volverlo a encontrar”.
Becker de Binello finalizó con un antecedente del que reconoció que quedó con miedo porque Pachelo la amenazó: “Apareció detrás de una góndola, con el hijo en brazos, me empujó contra la góndola, y me dijo: ‘Ni Dios lo va a sacar de ahí adentro’, en relación a Carrascosa, que estaba preso”.