Una mujer de 40 años murió ahogada al intentar rescatar a su hijo de seis años que se bañaba en un canal de riego de China Muerta, en Neuquén.
Todo ocurrió en un sector conocido como “El Sifón”, una zona muy concurrida por los lugareños pese a que no está habilitada para bañarse. La víctima, identificada como Alejandra Fredes, trabajaba como docente en la Escuela 267 de Arroyito, en Buenos Aires.
El trágico episodio sucedió en la tarde del domingo, cuando la mujer, oriunda de La Plata, fue hacia la zona de China Muerta junto a su hijo para disfrutar del último día del año.
El nene jugaba en el agua con un inflable cuando fue arrastrado por un remolino. Fue entonces que Fredes decidió tirarse al agua para rescatarlo. En ese momento, ella pudo alejarlo del peligro; sin embargo, quedó atrapada en lo que llaman “efecto sifón” que hace el canal de riego.
Otras personas que se bañaban en el lugar intentaron ayudarla y pidieron colaboración a los automovilistas, ya que el canal está ubicado cerca de la ruta.
Minutos más tarde llegó una ambulancia del Hospital Senillosa para trasladar a la mujer al hospital local. Luego fue derivada al hospital Castro Rendón, donde realizaron maniobras de reanimación, pero la mujer no resistió. La directora asociada del hospital provincial de Neuquén capital, Adelaida Goldman, explicó que la mujer sufrió un paro cardíaco y que murió allí pese a los esfuerzos.
Por otro lado, desde el centro de salud informaron que el nene no sufrió lesiones y está fuera de peligro. Sin embargo, quedó afectado por el accidente.
En las últimas horas, viajó el tío del menor para hacerse cargo, ya que había quedado bajo la tutela del equipo de la línea 102, de protección a los niños y adolescentes.
Tras el triste hecho, las autoridades locales recordaron que los canales de riego no son espacios habilitados como balnearios, aunque muchos vecinos de la zona utilizan estos espacios para combatir los días de altas temperaturas o a modo recreativo. En ese sentido, recomendaron concurrir a puntos habilitados o con presencia de guardavidas, ya que todos los veranos se lamentan víctimas que se ahogan por quedar atrapadas en corrientes o remolinos.
