Candidato a la presidencia de la Argentina que va y vuelve de los Estados Unidos, lo hace con una palabra estampada en el alma: litio.
“Todos quieren saber qué vamos a hacer con el litio, a quién se lo vamos a vender, cómo lo vamos a vender”, dice un asesor que vio cómo le planteaban días atrás el tema, por ejemplo, a Horacio Rodríguez Larreta.
Se acelera la idea de que ese mineral, del que el país posee abultadas reservas, será relevante para el mundo y un gran negocio, sobre todo, para quien consiga valerse del recurso.
El futuro se proyecta sobre la base de que todo aquello que facilitará el movimiento humano -la tecnología, el transporte eléctrico- dependerá de este nuevo oro blanco. Ya no es nuevo que el litio está ahí, debajo de las lagunas en los salares, existente, palpable y en buena medida disponible, pero ¿de quién es el litio verdaderamente? ¿Es un recurso estratégico que debe ser protegido?
El 24 de abril de 2023 del presidente chileno, Gabriel Boric, anunció la estrategia pública del litio para el país andino.
En la Argentina, hay 38 proyectos establecidos. Pero los únicos dos yacimientos en producción están en Catamarca y Jujuy. En Salta, La Rioja y San Juan todavía no hay explotación.
En Catamarca, en el Salar del Hombre Muerto, corazón de la Puna, la estadounidense Livent, 100% de capitales norteamericanos, opera el Proyecto Fénix. En Jujuy, dentro de los límites del Salar de Olaroz, opera Sales de Jujuy, sociedad integrada por la australiana Allkem (con 66,5% de las acciones), la japonesa Toyota Tsusho (25%) y la empresa estatal de la provincia de Jujuy, Jemse (8,5%). En la práctica, Allkem es la empresa que controla las operaciones, y a la que remite el sitio web de Sales de Jujuy.
Cuál es el modelo
El litio argentino va casi en su totalidad a China (hecho que mantienen en alerta a los Estados Unidos). Pero frente al caso de Chile o el de Bolivia, muy similar, el mercado le está comenzando a pedir claridad a la Argentina. ¿Intervención estatal, a lo Boric, o reglas claras de libre mercado y competencia para inversionistas? Santiago Dondo, abogado (UBA), Máster en Derecho Minero de la Universidad de Queensland y ex subsecretario de Política Minera, planteo los escenarios en una nota publicada el mes pasado en la revista digital Seúl.
“Argentina tiene que elegir entre los dos modelos imperantes. En Bolivia, Evo Morales convenció a todos de que ‘no se llevarán nuestro litio si no es en un auto eléctrico boliviano’. Resultado: Bolivia no produce litio a nivel comercial a pesar de tener el salar más grande del mundo”, escribió.
“Australia produce más de la mitad del litio del mundo, y más del 90% lo exporta a China, en ocasiones incluso con menos valor agregado que en Argentina. Con reglas de libre mercado, impulsan la producción, invierten en tecnología y, para agregar valor, se focalizan en desarrollar su sector de proveedores a la minería, que hoy ya emparda en tamaño al propio sector minero australiano, exporta por 27.000 millones de dólares, invierte 1.000 millones por año en investigación y desarrollo, y motoriza la industria nacional de manera formidable: son cerca de 5.000 empresas, casi todas australianas y 60% pequeñas o medianas”.
Mientras tanto, la pregunta final es qué piensan del litio los principales anotados en la carrera presidencial por la oposición. Javier Milei fue contundente en un tuit: “¡Chau Litio!”, expresó a comienzos de año en claro rechazo a un supuesto eje Chile-Bolivia-Argentina. Se descuenta que la apuesta del libertario, salvo que medien sorpresa, se hace el mercado desregulado.
Horacio Rodríguez Larreta, dicen sus asesores, está obsesionado con el tema. «Sueño con una Argentina líder en producción de Litio, que sea pionera de la transición energética en la región y que aproveche todo el potencial del sector para generar trabajo, oportunidades para las pymes y recursos fiscales para las provincias que lo trabajen. Para eso vamos a construir las condiciones de inversión que impulsen la producción, y también garantizar la infraestructura necesaria para que se generen empleos de calidad. El potencial está y el mundo reclama nuestros recursos», explicó.
Y también ofreció su posición Patricia Bulrrich: «“Para nosotros es un sector prioritario. No sólo en litio, sino también en cobre, porque el mundo necesita de ambos para lograr la transición energética. En litio, Argentina hoy produce relativamente poco, pero tiene una gran cantidad de proyectos que, si logramos poner en marcha, transformarían para siempre el NOA.