El director ejecutivo de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación, Iñaki Arreseygor, acusó al expresidente Mauricio Macri y su exministro de Transporte Guillermo Dietrich por presuntamente haber operado junto a "una orquesta de medios", estudios de abogados, exfuncionarios, miembros de la política y empresarios para sabotear la licitación de la Hidrovía.
Los hechos
El proceso de licitación de la Vía Navegable Troncal, popularmente conocido como la Hidrovía, se frustró la semana pasada cuando la empresa belga DEME apareció como la única en presentarse para competir luego de meses de denuncias por supuesto direccionamiento del Gobierno en favor de Jan de Nul, la actual concesionaria por los últimos 30 años.
En ese marco, el Gobierno decidió declarar la nulidad de la licitación y acusó a sectores de la política, medios y empresarios de "hacer lobby" para que el Gobierno bajara los estándares técnicos del pliego para beneficiar a empresas particulares y señaló a DEME como una de las responsables de presionar a sus competidores para no presentarse, por lo que decidió denunciar a la compañía ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.
La denuncia
En ese marco, Iñaki Arreseygor, responsable del área encargada de redactar los términos y condiciones de la licitación, denunció en la comisión de Transporte de la Cámara de Diputados -donde fue convocado por la oposición para dar explicaciones- una "orquesta de medios, exfuncionarios, miembros de la política, empresarios, que se coordinaron entre todos para hacer caer el proceso y que llegado el caso de que ciertos actores volvieran a una función ejecutiva pudieran tomar las decisiones de terminar asignando este contrato para un lado o para el otro”.
En ese sentido, el funcionario apuntó con nombre y apellido al expresidente Mauricio Macri, su exministro de Transporte Guillermo Dietrich, el estudio de abogados Cassagne y su titular, Ezequiel Cassagne, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, y al diario La Nación por llevar a cabo "una operación sin precedentes" para lograr "el sabotaje de la licitación".
"Como en los últimos meses me tocó recibir sin poder contestar, me toca devolver las cortesías", ironizó Arreseygor, y remarcó: "Lejos de llamar y hacer preguntas se dedicaron a tirar piedras. No ví que ninguno de ellos haya leído las 3600 páginas del pliego. Todos se llenaron la boca para hablar de direccionamiento. La Justicia en tres ocasiones nos dió la razón de que no había tal evidencia".
Luego, el funcionario sentenció que si el Gobierno "encuentra la evidencia irá con todo el peso de la ley", a la vez que advirtió que este tipo de presiones por parte de empresarios y políticos argentinos constituyen "el delito de traición a la patria".