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El Gobierno desempolvó el manual de eufemismos: “No habla de TARIFAZO, sino de readecuación de subsidios”

Las cada vez más retorcidas definiciones que aplican los funcionarios para no mencionar una palabra repudiada por el kirchnerismo.

El Gobierno desempolvó el manual de eufemismos: “No habla de TARIFAZO, sino de readecuación de subsidios”

Los recortes de subsidios derivarán, en términos de bolsillo, en aumentos de tarifas de energía eléctrica, gas natural y agua que una vez eliminados los subsidios, superarán el 120%, como se está conociendo en estas horas. Las subas de tarifas se suman a los recortes de partidas presupuestarias en áreas sensibles como salud, educación y vivienda…

En un escenario en el que la inflación apunta a acercarse al 100% este año y posiblemente en 2023, el Gobierno desempolvó el manual de eufemismos, al que echa mano cada vez que hay que suavizar lo que se conoce habitualmente como ajuste, una mala palabra.

En estos días reaparecieron, como ocurrió hace algunos años, los eufemismos para algunos temas puntuales.

Readecuación de partidas y convergencia fiscal

Tras anunciar la segmentación de usuarios y los recortes de subsidios que sufrirían los hogares de hogares de mayores ingresos, la secretaria de Energía, Flavia Royón, sentenció que la consecuencia de dicha segmentación. “No es un aumento de tarifas, sino una readecuación de subsidios”.

Este miércoles, la secretaria de asuntos estratégicos, Mercedes Marcó del Pont, dijo que no hay ajuste sino que se busca una “convergencia hacia las hipótesis que se acordaron con el FMI, acá no hay ajuste, hay una reducción del déficit fiscal”. Y agregó: “No hay ajuste, sino una desaceleración en el crecimiento real del gasto”.

Los funcionarios, luego de que la semana pasada se conocieron los recortes presupuestarios, prefieren hablar de “redistribución de partidas”.

“No hay ajuste, sino readecuación de partidas, se hace todos los años a esta altura, se puede decidir qué tipo de cuestiones se pueden ejecutar o no se llegan, cuáles se prorrogan, y cuáles vale la pena concentrar los recursos que tenemos”, sentenció a su turno Daniel Filmus.

Financiamiento neto positivo

La gestión de la deuda también dio lugar a eufemismos. Para los funcionarios actuales, durante el Gobierno anterior se asistió a un fuerte endeudamiento que comprometió a las futuras generaciones de argentinos. Durante la gestión del ex ministro de Economía Martín Guzmán tomar deuda se transformó en “financiamiento neto positivo”, que dicho en otras palabras, quiere decir que si vencieron $ 100, se tomó nueva deuda por, por ejemplo, $ 110. Por el financiamiento positivo, la deuda medida en dólares durante el gobierno de Alberto Fernández creció por el equivalente a US$ 50.000 millones

El financiamiento neto positivo derivó en un descalabro allá por junio, cuando una insólita descoordinación entre cajas públicas provocó un desplome de los bonos en pesos que necesita emitir y refinanciar periódicamente el Gobierno. El Ministerio de Economía se vió obligado a hacer canje y, para asegurar su éxito, debió ofrecer cláusulas muy beneficiosas para los acreedores. Todo sea para mantener el “financiamiento neto positivo”.

Heredero del cargo que hasta hace unos meses detentó Roberto Feletti -y antes Paula Español y antes Guillermo Moreno- el secretario de Comercio Matias Tombolini también apeló a amenazantes eufemismos. Fue para avisar en qué términos quería negociar precios con los empresarios. “No los vamos a perseguir, se van a venir a sentar solos”, dijo a principios de agosto, cuando ya sobrevolaba una inflación cercana al 8%. El secretario de Comercio avisaba por entonces que a los “especuladores” se les tocará “la fibra que más les duele, que es el bolsillo”.

El esfuerzo por encontrar palabras sustitutas es encomiable. De más está decir que la realidad se impone. El INDEC nos lo recuerda todos los meses para el caso de la inflación.

Pero como nadie quiere dar malas noticias los funcionarios vuelven a apelar a los eufemismos que disimulen la dura realidad.

Igual se sabe que la realidad se impone. Será interesante ver la reacción de los funcionarios cuando lleguen las facturas de los servicios, ya sin subsidios. Y con la inflación siempre alta. Y sin eufemismos.


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