Por los altos niveles de inflación y el freno que se espera en la actividad económica, los analistas aseguran que la pobreza alcanzó un nuevo piso difícil de perforar y que el Gobierno llegará a las elecciones con al menos un 42% de la población por debajo de ese umbral.
Ese escenario es comparable con el peor momento de la pandemia y la mirada ahora está puesta en la evolución de la situación social.
El INDEC informó que al cierre del 2022 la incidencia de la pobreza fue del 39,2%, con un alza interanual de casi 2 puntos. Pero la aceleración inflacionaria en el inicio de este año generó un empeoramiento de las condiciones sociales. El nowcast que realiza mensualmente la Universidad Torcuato Di Tella arrojó que en febrero, último dato disponible, ese valor se elevó hasta 42,2% de la población.
Resulta llamativo que esa dinámica se dé en una economía que creció 10,3% en 2021 y 5,2% en 2022. La principal explicación que brindan los analistas es que la inflación se mantuvo en niveles muy altos (50,9% y 94,8%, respectivamente), con consecuencias negativas en los ingresos, en particular de los sectores más vulnerables.
Es cierto que durante el Gobierno de Mauricio Macri la pobreza saltó desde el mínimo de 25,7% a finales de 2017 hasta el 35,5% al cierre de 2019. En la gestión de Alberto Fernández, pandemia mediante, se alcanzó un nuevo piso al calor de la carrera nominal.
Al respecto, desde el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) comentaron: “El deterioro del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores en general y en particular de los no registrados –que son el 35% del total- explica por qué aun en condiciones de crecimiento del PBI y descenso de la desocupación, la pobreza no solo que no baja, sino que continúa aumentando y va consolidando una sociedad con un 40% de argentinos por debajo de esa línea”.
Es por eso que las proyecciones son negativas, algo que se confirmará cuando en septiembre se actualicen los indicadores socioeconómicos de los primeros seis meses del 2023. Un mes más tarde, precisamente el domingo 22 de octubre, serán las elecciones generales. En ese sentido, la consultora Econviews pronosticó que cuando se conozcan los datos del primer semestre la pobreza superará el 42%.
“Para entonces daremos cuenta de mayor inflación y menor nivel de actividad que más temprano que tarde pegará en el nivel de empleo. Nuestra estimación es de una caída de 4,5% en la economía y ningún colega tiene un signo positivo en su estimación visto y considerando la sequía. La canasta que determina la pobreza subió 8,7% en febrero, mientras que la que se usa para medir la indigencia trepó más de 11%. En términos interanuales, esas cestas subieron 111% y 115%. De más está decir que los ingresos de casi nadie en la economía crecieron a este ritmo. De manera que decir que vamos a ir a votar con un nivel de pobreza e indigencia mayor a esta altura no es un juicio de valor, es una fórmula matemática”, apuntaron.
En ese contexto, no resulta casual que el FMI haya advertido en su última revisión sobre los riesgos de que caiga el apoyo político del Gobierno al programa firmado en marzo del año pasado. Un dato adicional que miran con atención en los despachos oficiales: hay un 40% de trabajadores pobres, un fenómeno que también se profundizó en los últimos años.
“Una inflación superior a la esperada y/o un crecimiento mucho más bajo, incluso debido a la sequía, podrían alimentar el descontento social y socavar el apoyo al programa, especialmente a medida que se acercan las elecciones”, apuntó el organismo.