Después de siete años desde que se radicaran las primeras denuncias contra Adrián Martínez Moreira, el Juzgado Federal N°5, a cargo de la magistrada María Eugenia Capuchetti, dictó su procesamiento como presunto jefe de una organización criminal que se dedicaba a falsificar documentos y fraguar denuncias con el fin de acceder a las reparaciones indemnizatorias previstas por la ley y destinadas a familiares de víctimas del terrorismo de Estado bajo la dictadura comenzada en 1976.
Martínez Moreira, que también empleaba los alias de Matías Ezequiel López o Adrián Martínez Moreira de Zanotti -y figura en registros oficiales como Ovidio Martínez-, fue procesado junto a otras cuatro personas. Se presentaba como hijo de desaparecidos paraguayos en la Argentina, dirigente de la Agrupación H.I.J.O.S. Paraguay y señalaba que había sido apropiado por un torturador de nombre Héctor López, de alias “Phillips”, quien habría operado en el centro clandestino El Pozo de Banfield.
La Justicia civil dio su testimonio por válido años atrás, con un expediente en el Juzgado N°85 del fuero, donde presentó una partida de nacimiento.
El 4 de diciembre de 2013, Martínez Moreira brindó una declaración testimonial en la que aseguraba que sus padres Adrián Martínez Henríquez y María Moreira habían sido secuestrados en Paraguay en 1988 bajo la dictadura de Alfredo Stroessner y, en el marco del Plan Cóndor, habían sido trasladados a la provincia de Misiones, donde desaparecieron. El torturador de sus padres se había apropiado, según su testimonio, de Martínez Moreira y de su hermana María Florencia.
El objetivo de esta declaración habría sido acreditarse como víctima del terrorismo de Estado para tener derecho, de este modo, a las reparaciones económicas otorgadas por el Estado a hijos y familiares de desaparecidos. Como principales pruebas, presentaba un documento -que resultó falso- de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que daba por probado el caso, y un supuesto documento escrito a mano por Adriana Calvo de Laborde -fallecida en 2010- secuestrada durante la dictadura y testigo en el juicio a las Juntas.
Calvo de Laborde habría entregado ese manuscrito a “las autoridades alemanas” en 1999. Allí, señalaba que había visto a dos de sus tíos detenidos en el centro clandestino de El Pozo de Banfield. El manuscrito también resultó ser apócrifo y puso en alerta a los organismos de derechos humanos, que presentaron una denuncia por la falsificación de dicho documento. Calvo de Laborde, cobró gran notoriedad en los últimos tiempos, cuando se recreó su desgarrador testimonio en el Juicio a las Juntas en la película Argentina, 1985.
Para dar cuenta de sus argumentos, Martínez Moreira también presentaba una nota publicada en agosto de 2012 en el diario Página/12, titulada Historia de un hijo del Cóndor. En el mismo período, el suplemento de diversidad sexual Soy, de Página/12, publicaría en tapa una entrevista en la que Martínez Moreira también revelaba ser viudo de Pablo Zanotti, un actor fallecido en la Tragedia de Once, situación que también ameritaba un resarcimiento por parte del Estado.