La ANSES dirigida por la fanática ultra-kirchnerista Fernanda Raverta publicó un balance general por la gestión de los últimos cuatro años, donde mintió descaradamente sobre la supuesta mejora en la administración del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).
Según mostraron, medido al tipo de cambio oficial, un valor del dólar que no existe en el mercado al cual únicamente acceden algunos importadores amigos del gobierno, los recursos del FGS se incrementaron de los US$ 35.000 millones en noviembre de 2019 a más de US$ 76.000 millones en noviembre de 2023.
Sin embargo, esto resulta un efecto meramente contable debido a la apreciación cambiaria del dólar oficial, y la valuación del Fondo debería hacerse con otra metodología para que tenga un sentido real.
Durante nuestra gestión incrementamos el valor del Fondo de Garantía de Sustentabilidad en un 117%, garantizando la protección del sistema previsional y cumpliendo con el compromiso de mejorar el respaldo de cada jubilado y pensionado del presente y del futuro. pic.twitter.com/F91mo7va62
— ANSES (@ansesgob) December 5, 2023
Bajo el régimen cambiario de crawling-peg del cual se valió el oficialismo en los últimos años, la paridad oficial quedó constantemente rezagada por detrás de la evolución de la inflación. En consecuencia, cualquier variable medida a ese dólar fue proclive a “aumentar” su valor de manera ficticia.
En realidad, la ANSES no logró acumular ni un solo dólar adicional en el FGS y, de hecho, se perdió una cantidad sustancial de recursos: medido al dólar Contado con Liquidación (CCL) se habría registrado una suma de casi US$ 32.000 millones en noviembre de 2019 y para noviembre de 2023 la cifra cayó a los US$ 30.000 millones. La mejora proclamada por Raverta no existe, y de hecho, marca una caida.
En otras palabras, el verdadero nivel de reservas en el FGS difiere en más de US$ 46.000 millones con respecto a lo que publicó la ANSES como un supuesto logro de gestión. En lugar de crecer un 117% como publicó el organismo, se produjo una amarga caída del 6% en cuatro años.
El cómputo al dólar oficial resulta un despropósito y una ilusión contable, porque el Banco Central no tiene las suficientes reservas como para defender esa paridad cambiaria o para poder siquiera comprar el equivalente en pesos (a esa cotización) de los recursos que administra del FGS, por lo que es una valuación falsa.
Únicamente un pequeño grupo de importadores y servicios esenciales (fuertemente restringidos por el Banco Central y el sistema SIRA) pueden acceder al tipo de cambio oficial para comprar insumos y para pagar a proveedores en el exterior. La inmensa mayoría de las transacciones cambiarias en el país se realizan a través de las cotizaciones alternativas del dólar
Debido a la cantidad de transacciones paralizadas o retrasadas deliberadamente, la deuda comercial en el BCRA se incrementó hasta los US$ 57.000 millones, un saldo muy superior al promedio de los últimos 10 años.