En los últimos días, algunos gremios aeronáuticos anunciaron un paro de actividades para este 28 de febrero. Llegó el día, se confirmó el paro, y gran parte de la actividad aérea en el país se vio fuertemente afectada.
La medida gremial, de corte extorsiva y que pone como rehenes a usuarios que ya habían abonado un servicio, fue hecha por la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA). Su justificación es que no se alcanzó un acuerdo salarial con Aerolíneas Argentinas y con Intercargo, la empresa estatal que se encarga de las rampas, traslados y demás en los aeropuertos.
Una de las quejas de los gremios fue que recibieron el mismo incremento que recibió el personal del Estado Nacional, como estipuló el presidente Javier Milei, quien se niega a darle un beneficio a los empleados de Aerolíneas por el del resto del Gobierno.
En ese sentido se expresó el secretario general de UPSA, Ruben Fernandez, quien dijo que “recién en febrero nos dieron un incremento del 16% porque consideraron que debíamos tener los incrementos salariales del personal del estado”.
Estos gremios trataron de justificar su accionar diciendo que no afectaba a los pasajeros, lo cual es falso. “Avisamos con antelación suficiente para que ambas compañías puedan tomar los recaudos necesarios para no afectar a los usuarios", dijeron responsabilizando a sus autoridades por los inconvenientes que pudieran surgir.
Resultan por lo menos cómicas estas afirmaciones. Los gremios paran y solo por ello los usuarios se ven afectados, no por responsabilidad de algún otro imaginario. Los gremios deben entender que ellos pueden parar si desean hacerlo, pero deben responder ante la ciudadanía que se ve afectada por su accionar de fuerza.
FlyBondi: La libertad de volar
En el contexto de este fatídico paro, una empresa caracterizada por su innovación y que muchas veces ha sido bastardeada por cuestiones ideológicas, decidió priorizar a sus usuarios y trasladar sus operaciones a Ezeiza, donde tienen su propia rampa y no dependen del personal que está de paro. Este es el caso de FlyBondi, que, amparada en la política de cielos abiertos de Milei, en un comunicado de prensa anunció la medida.
En ese sentido la empresa aseguró que “trasladará toda su operación del 28 de febrero al Aeropuerto Internacional de Ezeiza debido al paro anunciado por algunos gremios aeronáuticos que, entre otros servicios, afectarán la prestación de servicio de handling (asistencia en tierra a los aviones y a los pasajeros).” Esto puede representar un total de 70 vuelos, sumando aproximadamente 11.500 pasajeros.
Además la empresa aclaró que “dado que la low cost cuenta con su propio servicio en el 80% de los aeropuertos en los que opera, podrá mantener la actividad durante el día del paro. Sin embargo, en otros aeropuertos como Aeroparque esta actividad es provista por la compañía Intercargo. A raíz de esto, Flybondi tuvo que realizar ajustes operativos para ese día como cambios de aeropuertos, reprogramaciones y la cancelación de 6 vuelos.”
No obstante con eso, se encargó de dar certidumbre a los pasajeros y asegurar que “los pasajeros afectados por estas modificaciones, cuyos vuelos hayan sido cancelados o reprogramados con más de 4 horas de diferencia respecto a su horario original, podrán cambiar la fecha de su vuelo sin costo adicional”.
Por último, en una postal que muestra su firme postura ante las medidas intempestivas de algunos gremios, la empresa cierra su comunicado diciendo que “FlyBondi reafirma su compromiso con la conectividad del país y con su propósito de dar la libertad de volar.”