Javier Milei detalló que vivimos en “una sociedad con un mercado laboral donde el sector privado formal se encuentra congelado, que producto de la rigidez y sus altos costos laborales hace 12 años no produce un solo puesto de trabajo nuevo mientras que el empleo informal es lo único que crece. Y como si fuera poco un sistema previsional quebrado que cuenta cada dia con menos ingresos en proporción a sus gastos y que en los últimos 10 años incorporó cada 4 millones de beneficiarios sin aportes a través de moratorias que son una frental moral para todos aquellos que durante su vida cumplieron con su responsabilidad. Los jubilados, víctimas de esta herencia, continúan atados a una fórmula que quisimos cambiar porque pulverizan sus ingresos en un régimen de alta inflación a causa del gobierno pasado. Y que si no fuera por la recomposición discrecional de los bonos que estamos llevando adelante hubiera redundado en una pérdida de hasta 40% de su poder adquisitivo. De hecho, el uso recurrente de bonos compensatorios es una clara muestra de lo mal formulada que está la fórmula y que a misma requiere ser modificada de manera urgente de modo tal que los jubilados no sean víctima de los desairados de la política”.
“En materia de seguridad nos encontramos con una sociedad abandonada a su suerte, ciudades enteras rehenes del narcotráfico, las calles tomadas por el caos y el desorden, ambos generados por las organizaciones de izquierda en su afán de extorsionar constantemente a los distintos gobiernos, un caos que la política alimentó durante los últimos 20 años para beneficio propio. Unas Fuerzas de seguridad maltratadas y pisoteadas por los gobiernos anteriores que los ataron de manos y les impidieron cumplir con su trabajo, poniéndose del lado de los delincuentes ejemplificados en el absurdo de soltar presos durante la pandemia”, agregó.
Además, explicó que “en la educación, una crisis que ya arrastra décadas, que es cada vez más profunda y que ha redundado en que hoy la mitad de los chicos de 3er grado no entiendan lo que leen en Argentina y el 70% no pueda resolver un problema de matemática básica. Esa es la realidad del país con más premios nobel de la región que supo ser en su pasado un faro de la calidad educativa. En analfabetismo insipiente es a la educación lo que la inflación es a nuestra economía. En el plano de la educación superior la creación de universidades de ha convertido en un negocio más de la política y en los profesorados constituidos de formación docente proliferan currículas educativas de izquierda, abiertamente anticapitalistas y antiliberales en un país donde lo que se necesita es más capitalismo y más libertad”.