En las 18 audiencias que transcurrieron del juicio por el crimen de Lucio Dupuy, el chico de 5 años asesinado en La Pampa, se exhibieron una gran cantidad de pruebas y declararon más de un centenar de testigos. Según creen los fiscales acusadores en el proceso, quedó comprobado que la víctima sufrió una serie de torturas durante largos meses y que las responsables de esos castigos, que lo llevaron a la muerte, fueron Magdalena Espósito, la madre de Lucio y su novia Abigaíl Páez. Ante el cúmulo de evidencias en su contra, ambas mujeres declararon ante el Tribunal de Santa Rosa, sin responder preguntas. Se los acusa no solo de matarlo en un largo tormento, sino también de abusar sexualmente del chico, con lesiones encontradas en la autopsia tanto históricas como recientes.
En sus alocuciones, no se refirieron en ningún momento a los abusos sexuales. No solo callaron sobre eso. Tampoco hablaron sobre a las mordidas, los golpes y las quemaduras de cigarrillos que también detectó la autopsia. En cambio, aprovecharon su derecho a defenderse para justificarse y echar culpas.
“La verdad que nunca en mi vida viví una situación así, ni hubiera querido matarlo ni lastimarlo. Simplemente, no sé qué me pasó, me enojé porque él estaba haciendo cagadas, vivía siempre haciendo cagadas como cualquier nene, pero eso no quería decir que fuera malo o que se lo viviera cagando a palos cómo se está diciendo. No eran así las cosas. Él era un nene que tenía una vida normal y feliz”, dijo Abigaíl Páez ante los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora
Páez habló, en su relato, de “correctivos”: “No me imaginé nunca que esto pudiese llegar a pasar, ni era mi intención tampoco. Sé que hice mal las cosas y que no se justifica una violencia, para nada, de ningún tipo. Y sí, reconozco que se le daba un correctivo cuando él hacía cagadas, pero no era una cosa cómo están queriendo hacerlo ver que lo cagábamos a palos todos los días, que se lo violaba, no es así”
La mujer continuó: “Yo lo amaba y lo extraño mucho y pienso mucho en él y hablo mucho con él”.
Otra vez, sobre los tormentos que reveló la autopsia, Páez no dijo una sola palabra.
Por su parte, Magdalena Espósito aprovechó sus últimas palabras para “desmentir” el rechazo a la maternidad que se le achacó durante el debate oral: “Me gustaría hacer una valoración que, a mi ver, es injusta. A mí se me está acusando, durante todas las audiencias de un supuesto rechazo a la maternidad, de no haber cumplido con mi deber como madre y de haber faltado a todos los derechos que tenía Lucio. Entiendo que, en términos, fue así y asumo mi culpa en esas cosas que no cumplí como madre. Pero a mí se me critica por eso y al padre, al progenitor, porque la palabra ‘padre’ que le queda bastante grande se lo justifica. La responsabilidad era de los dos”.
La imputación contra Espósito Valenti y contra Páez ocupa un párrafo completo: “Abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de realización, con acceso carnal vía anal con un objeto; agravado por haber sido cometido por la ascendiente; con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años; todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía”. A esto se le sumó que la querella, encabezada por el experimentado abogado Mario Aguerrido, solicitó que se les impute el “odio de género” como agravante.
El veredicto se espera para el 2 de febrero, cerca de las 12 del mediodía.