El juicio a los rugbiers que se lleva adelante en la ciudad de Dolores desde el pasado 2 de enero finalizará el 31 de este mes, cuando el Tribunal Nº1 de Dolores haga público su veredicto por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero en Villa Gesell en la puerta del boliche Le Brique.
Sin embargo, antes de que eso ocurra, primero habrá que concluir con la etapa de declaraciones propuesta por la defensa, después de que tanto el particular damnificado como la fiscalía terminaran con sus respectivos interrogatorios.
Hasta ahora, hablaron ante los jueces los amigos de Báez Sosa, los patovicas que trabajaban en el boliche Le Brique al momento de la golpiza, el papá de la novia de Fernando, los primeros policías que intervinieron en la investigación, el remero Pablo Ventura acusado falsamente por los detenidos, los efectivos que detuvieron a los imputados, los peritos que analizaron el ADN en las prendas de los rugbiers, los peritos que hicieron el reconocimiento facial en los videos de la golpiza, los bomberos que acudieron a la puerta de la discoteca y un joven que mantuvo un problema previo con los acusados, entre otros.
Sin embargo, a partir del lunes empieza una etapa distinta: se presentarán en los tribunales los testigos citados por el defensor Hugo Tomei, quien a último momento hizo un cambio sorpresivo en el cronograma.
Es que para el miércoles 18, día en que se cumplirá el tercer aniversario del crimen, estaba pautado que Alejo Guarino y Juan Pablo Milanesi, los dos rugbiers que quedaron detenidos tras la golpiza pero que finalmente fueron sobreseídos, prestaran declaración.
Sin embargo, a último momento Tomei pidió modificar los días. De esta manera, ambos jóvenes hablarán el lunes y serán interrogados en primera instancia por la defensa.
También se presentará ese día Tomás Colazo, conocido públicamente como el rugbier “número 11″. Si bien el chico era menor de edad al momento del ataque a Báez Sosa, como había salido a bailar esa noche con los rugbies, en primera instancia fue investigado por la fiscalía, aunque rápidamente se descartó su participación.
Lo que es cierto es que, lo que diga, podrá resultar revelador, ya que tanto el abogado Fernando Burlando, que representa a los papás de la víctima, como la fiscalía, le harán muchas preguntas.
Lo mismo ocurrirá con Guariano y Milanesi. En este sentido, el letrado aseguró hoy a la salida de la audiencia que el lunes “interrogará” a ambos, y que tienen obligación de decir la verdad, ya que “mentir acarrea un falso testimonio”.
Aunque por ahora Tomei no dice nada, porque no quiere adelantar su estrategia, es probable que tenga guardado un as bajo la manga. Como ya descartó la posibilidad de presentar nulidades por ciertas irregularidades durante la investigación, algo que hizo en el comienzo del debate y que el tribunal no aceptó, ahora al abogado deberá ir a fondo para intentar que sus defendidos reciban la menor pena posible.
Los padres de Fernando pretenden que todos sean condenados a prisión perpetua, mientras que el fiscal Juan Manuel Dávila los considera coautores del “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” y “lesiones leves” contra los amigos de Fernando, también golpeados.
Para defenderse, al menos hasta ahora, los rugbiers no pidieron declarar. Solo habló muy brevemente Luciano Pertossi, quien pidió hacer una “aclaración” cuando los peritos especialistas en análisis fácil lo reconocieron en la escena del crimen.
“Yo no estuve ahí”, aseguró ante los jueces y, cuando los abogados y la fiscalía quisieron hacerle más preguntas, ya no quiso responder. “No se esfuercen en seguir haciendo preguntas porque no voy a contestar”, afirmó.
“Fue medio actuado. Es como que no dijo nada”, sostuvo en las úñtimas horas Silvino Báez, el papá de Fernando, y agregó: “Hay una prueba muy contundente contra ellos”. Sobre la breve declaración de Pertossi, el fiscal también aseguró que todo es parte de la “estrategia del defensor”.
Por el momento, Tomei no aclaró si sus defendidos hablarán o no, aunque dejó la puerta abierta para que cualquier cosa pueda pasar en los últimos tres días de declaraciones testimoniales.
“El proceso es dinámico y todo puede pasar. No hay nada cerrado ni programado. En un debate se dan determinadas situaciones y hay que estar atentos para aclarar cosas”, afirmó este viernes ante los medios.
Del mismo modo, aseguró que, con la declaración de Milanesi y Guarino, “todo se define el lunes”. ¿Contará con una carta secreta que sacará a relucir ese día para cambiar el rumbo del juicio?
Lo cierto es que ya no hay mucho más tiempo para esperar. Después del miércoles, con los últimos testigos, entre ellos los padres de los rugbiers, la semana del 23 de enero comenzarán los alegatos y el 31 se conocerá el veredicto.