Lucio Dupuy entró a distintos hospitales de la ciudad de Santa Rosa —provincia de La Pampa— una y otra vez entre finales del 2020 y el 26 de noviembre de 2021 en que fue asesinado. Su madre Magdalena Espósito y la novia de ella, Abigaíl Páez, eran las encargadas de llevarlo cada vez que su cuerpo se lastimaba por las golpizas que recibía por parte —cree la justicia— de ellas mismas.
Un ejemplo basta para graficar esa situación: entre diciembre de 2020 y marzo del 2021 tiene, al menos, cinco ingresos a distintos nosocomios. Lo que siempre llamó la atención, es que nadie del personal de salud alertara de la situación, a pesar de que tenían la historia clínica del nene a disposición.
Por esta razón, en los próximos días la familia de Lucio Dupuy realizará una denuncia penal contra el sistema de salud pampeano que ignoró las alertas, más que claras, que entregaba la víctima cada vez que era llevado a curarse. “La denuncia es genérica y luego irán apareciendo los responsables. La demanda es a los funcionarios de salud”, explica a Infobae el abogado que patrocina al papá de Lucio, José Mario Aguerrido.
El sistema de salud pampeano cuenta, como en otras provincias, con una interconexión entre los hospitales para que, al ingreso de un paciente, cualquier profesional de la salud pueda acceder a la historia clínica digital en la que figuran todas las atenciones históricas de ese paciente, más allá de a qué hospital allá asistido.
A la luz de los hechos, ninguno de los médicos que atendió a Lucio ingresó para revisar sus antecedentes médicos o, si lo hicieron, no les importó que un nene de sólo 5 años haya ingresado tantas veces a distintos hospitales en tan poco tiempo.
Un recorrido rápido por la historia clínica de Lucio, que figura en el expediente, alcanza para graficar esto.
El 15 de diciembre del 2020 el chiquito fue atendido en el Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en miembro superior. Tres días después, el 18 de diciembre, volvió a ser atendido en el Hospital Molas por Fractura de muñeca y mano.
El 22 de enero ya del 2021, Lucio fue atendido en una posta de salud del barrio Río Ateuel, nuevamente por un traumatismo en uno de sus brazos. El 1 de febrero ingresó otra vez al Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en el cuerpo. Menos de dos meses luego de esa atención, el 23 de marzo, volvió a entrar al Evita, esta vez por deformidad en un dedo a raíz de una fractura ósea. En este último caso, alguien le había tirado el dedo para atrás hasta rompérselo.
Por lo visto a nadie le pareció extraño que un nene ingrese tantas veces a distintos hospitales por lesiones en sus brazos, manos y todo su cuerpo. A ningún médico, evidentemente, le pareció correcto ingresar a la historia clínica del Lucio y dar una señal de alarma. Le podrían haber salvado la vida.
Pero lo más curioso, y morboso, es que luego del asesinato de Lucio, tal como lo contó el abogado Aguerrido, se produjeron más de 300 ingresos injustificados a la histórica clínica de la víctima. “Creemos que eso fue sólo morbo. Es indignante que cuando estaba con vida nadie entró y ahora entran porque sí. Esperamos que se investigue a quienes ingresaron sin necesidad luego de la muerte”, dice a este medio un allegado de la familia.
El doctor Aguerrido refuerza: “El sistema de salud no se ocupó de él, no sirvió para detectar y alertar sobre lo que estaba sucediendo con Lucio, pero luego ese mismo sistema permitió estas intromisiones. Por eso vamos a accionar”.
Por todo esto es que, una vez conocida la sentencia, la familia Dupuy realizará una demanda generalizada con respecto al sistema de salud para que, con la investigación, se analice quienes tuvieron contacto con Lucio y si obraron como deberían.