No apareció el testamento de María Kodama y su círculo íntimo no descarta que aparezca un documento que patee el tablero en alguna de las casas en las que habitó, entre Buenos Aires, París y Ginebra. Pero sí aparecieron herederos: este martes cinco sobrinos de la viuda y albacea de Jorge Luis Borges, que murió el 26 de marzo a los 86 años, se presentaron ante la Justicia como “únicos herederos”, según documentación judicial.
El escenario pendula. El día de la muerte de Kodama, desde su entorno aseguraban que ella “había dejado todo arreglado” y que esas disposiciones se darían a conocer públicamente. Menos de diez días después, también quienes estuvieron cerca de la escritora y traductora, la recuerdan como alguien que pensaba que “todo está impulsado por la fuerza del destino”. Entre esos dos extremos se mueve la todavía desconocida respuesta sobre quién y cómo administrará el patrimonio que perteneció a María Kodama, especialmente la obra del máximo escritor argentino.
Y mientras el péndulo va y viene, el Poder Judicial ya está involucrado. Es que a la presentación de este martes hecha por los sobrinos de la viuda y albacea se suma la que había realizado este lunes Fernando Soto, abogado y apoderado de Kodama hasta el momento de su muerte. En su caso fue para dar por iniciado un trámite por “herencia vacante”. La acción impulsaba la búsqueda de herederos e implicaba, en caso de que esos herederos no aparecieran durante el plazo de diez años, que el 10 por ciento de esa herencia quedara en manos de Soto ya que la ley determina esa proporción a quien denuncie una herencia vacante.
Pero Mariana del Socorro Kodama, Martín Nicolás Kodama, Matías Kodama, María Belén Kodama y María Victoria Kodama aparecieron y levantaron la mano ante la borgeana herencia. Todos bajo representación legal de María Victoria, que además de presentarse como heredera, se presenta como abogada en la causa de la que se ocupa el Juzgado Civil Nº 33.
En su presentación, los cinco Kodama presentaron sus partidas de nacimiento para acreditar que son hijos de Jorge Kodama, hermano de María. También la partida de nacimiento de su padre y de María Kodama, y la de matrimonio de Iosaburo Kodama y María Antonia Concepción Schweizer, sus abuelos. Es que acreditar el árbol genealógico es clave para que puedan demostrar que, dado que la viuda de Borges no tenía herederos forzosos -ni hijos ni padres vivos-, les corresponde a ellos acceder a ese patrimonio.
¿De qué patrimonio estamos hablando? En el escrito presentado este martes aseguran: “Atento el vínculo que nos unía no tenemos conocimiento acabado de los bienes de titularidad de la causante”. Y entonces solicitan que la Justicia ordene un inventario y secuestro para su preservación de los bienes muebles de María Kodama, la inhibición de sus bienes hasta que se resuelva la sucesión, la investigación sobre la existencia de cuentas corrientes, cajas de ahorro o de seguridad, así como la información sobre las obras de propiedad intelectual que estén a nombre de María Kodama y de Jorge Luis Borges.
“Me alegra mucho que hayan aparecido herederos. Al ser público tanto la muerte como el inicio de un trámite de herencia vacante, se iban a presentar. Había un montón de CUITs de Kodamas cuando buscamos”, le dice a este medio el abogado Fernando Soto, que este lunes había explicado ante la prensa que, de no acreditarse herederos y de no aparecer testamento, la herencia recaería mayoritariamente en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, dado lo que establece el Código Civil.
“Soy un hombre grande, el dinero no me cambia la vida. Lo que me preocupaba era que el cuidado que había tenido María Kodama durante tantos años quedara tirado a los perros, en manos del Estado. Podría ser, entre comillas, en detrimento mío, pero estaba convencido de que sí había herederos”, enfatiza el letrado, y remata: “Se abre una nueva etapa en la protección de la obra de Borges”. Ese 10% de la herencia al que podía aspirar, con la presentación de los sobrinos de Kodama, se aleja.
Lo que no está descartado aún es que aparezca un testamento. “No dejó expresada su última voluntad de manera formal según lo que sabemos en su círculo íntimo. Tampoco tiene conocimiento de esto su escribana de confianza”, explicaba Soto este lunes en la conferencia de prensa que convocó en su despacho del barrio de Tribunales.
Pero nadie entró todavía a las casas de Kodama, ni puede descartarse totalmente la posibilidad de un testamento que tal vez su círculo íntimo desconoce. Si el documento apareciera, más allá de la presentación hecha por los sobrinos ante la Justicia, esa expresión sería la más importante a la hora de determinar cómo administrar los bienes de la sucesión, y hasta el rol que Kodama ejercía sobre la obra de Borges.
“Ella tenía pensado un albacea, sí. De todo lo que ella me expresó sobre sus últimas voluntades, esto es lo que menos podría decir, pero había una persona pensada”, le dice Claudia Farías Gómez a Infobae Leamos. Es amiga y co-autora junto a María Kodama de La divisa punzó, un libro publicado a fines de 2022 y centrado en la figura de Juan Manuel de Rosas.
“Conociéndola tanto a María, diría que no le interesaba tanto todo esto que se está conversando porque tenía otro registro. Me decía, cuando hablábamos sobre qué depararía el futuro en relación a su legado, ‘todo está impulsado por la fuerza del destino, no te preocupes tanto’. Vivió en su ley y murió en su ley”, suma Farías Gómez, que es abogada.
“No tengo conocimiento de que haya un testamento, sí borradores porque fue dejando clara su voluntad, pero no sé si lo expresó formalmente en un documento”, describe su amiga, y agrega: “Tal vez no vio venir el desenlace tan rápido y eso hizo que no considerara el testamento, aunque por otro lado, entre amigos suyos que viven en el exterior, conjeturan la posibilidad de que efectivamente se encuentre un testamento fuera de la Argentina”.
Farías Gómez deja una última definición sobre Kodama, cuyo legado aún no está definido, ya sea por el tiempo que le lleve a la Justicia tramitar la sucesión en favor de sus herederos o por la posible aparición de un documento que vuelva a patear el tablero. Pero antes de la definición, el contexto: María Kodama, de sangre japonesa, aseguraba defender la obra de Borges “como un samurái”. Así la recordaron en su entorno hace menos de diez días, al momento de su muerte, incluso la co-autora de La divisa punzó.
Ahora profundiza esa mirada: “Cuando un samurái ya no puede cumplir su misión se autoejecuta. No transfiere la responsabilidad de su misión a nadie. Todo eso es parte de la filosofía samurái”. El destino del patrimonio de Kodama -y entonces, de la obra de Jorge Luis Borges- aún no está escrito. Aparecen pistas, y al mismo tiempo, nuevas preguntas: ¿qué pasa si, al abrir una puerta, la historia cambia de nuevo? La respuesta, tal vez, se la haya llevado en silencio María Kodama.