El candidato más votado en las elecciones primarias, el actual diputado y economista Javier Milei, propone una serie de reformas sobre el sistema impositivo para aliviar el peso del Estado sobre los contribuyentes y reactivar la diezmada economía argentina.
Milei es, de hecho, el único candidato que propone bajar impuestos en las elecciones de este año. Según su plan de gobierno, las reformas se llevarán a cabo en distintas velocidades y diferentes etapas, a medida que se ajusta el gasto público y se avanza con la meta de déficit financiero cero para el primer año de Gobierno.
Las propuestas iniciales para reformar el sistema tributario
Milei propone la eliminación del impuesto a las Ganancias para las utilidades reinvertidas, es decir, cuando las sociedades utilizan sus ingresos netos de impuestos para desarrollar mejoras y recapitalizar la empresa en lugar de distribuir dividendos hacia los accionistas.
La reforma tributaria del año 2017 incluyó algunos incentivos fiscales para la reinversión de utilidades, como por ejemplo la posibilidad de pagar saldos de IVA a 90 días y bonos compensatorios. La propuesta de Milei resulta mucho más ambiciosa, y será una de las primeras reformas palpables que tendrán lugar en un eventual Gobierno de La Libertada Avanza.
En segundo lugar, se propone una fuerte reducción del impuesto a los Bienes Personales, que fue sistemáticamente modificado para incrementar tanto su base imponible como sus alícuotas a lo largo del Gobierno de Alberto Fernández. Este impuesto resulta extremadamente distorsivo y penaliza sistemáticamente la acumulación de capital, alentando su salida del país.
La propuesta de Milei consiste en reducir tanto el número de alícuotas aplicables como su tasa ad-valorem, sin ningún tipo de discrmininación por la ubicación de los activos gravados. Se debe tener en cuenta que Bienes Personales fue lanzado en el año 1991 en reemplazo del impuesto al Patrimonio Neto, y solo mantenía una alícuota unificada en torno al 1%. En la actualidad, Argentina aplica el gravamen sobre el patrimonio más aplastante del mundo.
La tercera propuesta consiste en la eliminación de las retenciones sobre todas las exportaciones, con un plazo estimado de entre 12 y 24 meses. En una primera instancia de transición, se propone tomar a todos los impuestos de exportación como pago a cuenta del impuesto a las Ganancias.
Y si bien Ganancias es un impuesto de carácter coparticipable y las retenciones no lo son (fueron delegadas al Gobierno nacional), esto podría solucionarse de la siguiente manera: los productores podrían recibir un crédito fiscal tras abonar las retenciones, y con ese crédito cancelar los pagos y el anticipo del impuesto a las Ganancias. De esta manera no habría una mayor perturbación sobre el destino de los ingresos tributarios.
En cuarto lugar, se propone un pacto fiscal con la Provincias para reducir y eventualmente eliminar el impuesto a los Ingresos Brutos (IIBB), que mantiene un sesgo marcadamente anti-competitivo para la producción argentina: grava las exportaciones pero exime a los productos importados.