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ABUSO SEXUAL

Liberaron a Marcelo Corazza pero creen que participó de otro caso de abuso y sigue procesado

El ganador del primer Gran Hermano y productor de Telefé está imputado por corrupción de menores y exhibiciones obscenas.

Liberaron a Marcelo Corazza pero creen que participó de otro caso de abuso y sigue procesado

Marcelo Corazza (50) pasó 14 días en la cárcel. Del penal de Ezeiza regresó a su casa de Tigre con un embargo de dos millones de pesos y una acusación de corrupción de menores y exhibiciones obscenas. El juez Javier Sánchez Sarmiento ordenó que sea liberado pero, lejos de absolverlo, lo procesó y un testimonio complicó su situación al situarlo en un segundo abuso.

"Soy inocente", se limitó a decir Corazza al volver a su casa, ante las cámaras del programa de TV Intrusos que lo esperaban.

El 20 de marzo en seis allanamientos capturaron a Andrés Fernando Charpenet (53), Raúl Ignacio Mermet (45) y Francisco Rolando Angelotti Notarbartolo (46), el principal acusado de liderar una banda que trasladaba con engaños a niños desde Misiones, donde vive, a Buenos Aires para someterlos a una red de pederastas a cambio de dinero.

En medio de esa causa, surgió la acusación contra el productor de televisión y ex ganador del reality show Gran Hermano, Marcelo Corazza, que fue la que generó más impacto pero, con una acusación menor, terminó por ser liberado.

Una de las víctimas de esta banda se atrevió a denunciar después de ver a Corazza en un programa de televisión vinculado a la última edición de Gran Hermano. Fue en octubre de 2022 cuando se acercó a la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) donde relató los abusos a los que fue sometido entre 1999 y 2002 cuando tenía entre 11 y 13 años. Además señaló a otros niños que fueron cooptados por la misma banda.

Según la investigación realizada por el juez Javier Sánchez Sarmiento y el fiscal Patricio Lugones, la banda operaba entre Misiones, la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires cooptando chicos en Misiones a los que Angelotti Notarbartolo les daba dinero y favores de manera habitual, los invitaba a viajes, se acercaba a sus familias y establecía vínculos de confianza para convencerlos de participar de lo que él definía como "encuentros sexuales exploratorios" con él y con otras personas.

Si bien la denuncia fue concretada por dos personas que ya son adultas, la investigación constató que la banda continuaba vinculada a niños y adolescentes gracias a escuchas telefónicas en las que aún alardeaban y comentaban los abusos con víctimas. Incluso se referían a "préstamos".

En total la investigación menciona a ocho víctimas, aunque creen que podría extenderse a 11 al avanzar con los testimonios.

La acusación

Fue así que Sánchez Sarmiento decidió procesar a Francisco Rolando Angelotti Notarbartolo como coautor de los delitos de asociación ílícita, trata de personas agravado por la cantidad de víctimas, perpetrado contra menores de 18 años y aprovechándose de su situación de vulnerabilidad, abuso sexual continuado con acceso carnal gravemente ultrajante, perpetrado contra menores de 13 años, promoción de la prostitución de menores de 18 años, pornografía infantil y corrupción de menores de 13 años, todos ellos en concurso real entre sí, es decir que ocurrían a la vez.

Raúl Ignacio Mermet, alias "Nacho", es dueño de una empresa de cortadoras de césped y amigo del colegio de Angelotti. A él lo procesaron por el mismo delito que a su amigo Angelotti, excepto por la posesión de abuso infantil registrado (popularmente conocido como pornografía infantil).

Ambos tenían conversaciones telefónicas respecto de los abusos que cometían contra los niños y donde se pedían "prestadas" a las víctimas, graficando así el grado de manipulación y sometimiento de los chicos.

Andrés Fernando Charpenet, también es considerado parte de la asociación ilícita que investiga la justicia, como coautor de los mismos delitos pero contra menores de 18 años.

De qué está acusado Marcelo Corazza

En tanto, la acusación más leve es contra Corazza y por eso decidieron liberarlo.

Según el procesamiento, un joven denunció: "Un día (luego del año 2001), el imputado (Rolando) Angelotti Notarbartolo estaba con víctima 1 y 3 (NdR: la identidad de los denunciantes ha sido preservada). Le dijo al primero que tenía alguien que lo quería conocer", dice la acusación a la que accedió Clarín. Ese niño se habría negado al encuentro pero su abusador terminó por "convencerlo" de asistir.

Para ese entonces, los abusos se habían desarrollado de una manera en la que el chico pensaba que "se había enamorado". "Generó un vínculo de sumisión en el que su capacidad de decisión estaba anulada porque hoy, siendo una persona mayor, entiende que nunca se hubiera sentido atraído por él", describió Sánchez Sarmiento.

En ese contexto fue que logró llevarlo a él y la persona identificada como víctima 3, un compañero del colegio del primero, para que conocieran a una persona.

Siempre según la acusación de la Justicia, Angelotti lo llevó en un auto a la Plaza Miserere, donde estacionó junto a otro vehículo. Del otro lado abrió la ventanilla el flamante ganador de la primera edición de Gran Hermano (en 2001), en uno de sus momentos de mayor popularidad.

"Víctima 1 se sintió atraído por la situación ya que recientemente había resultado ganador del reality. Ello lo llevó a pasarse de auto", expresaron. Lo que sigue después es el relato de una situación de abuso. Un auto de por medio, en la Costanera Sur, lo esperaba Angelotti con otro de los chicos sabiendo lo que pasaba dentro de aquel auto.

Además, luego de la declaración indagatoria, las víctimas habrían situado a Corazza en un "estacionamiento" donde un grupo de adultos "rodeaba" a los dos chicos y donde fueron sometidos en lo que describieron como una "fiesta sexual grupal", aunque Sánchez Sarmiento indicó que debe ahondar en los testimonios sobre este evento para volver a indagar a Corazza también por ese hecho.

Sí pudieron comprobar que, según los registros del automotor, el ex productor de Telefé tenía para esa época un vehículo de la marca y las características descriptas por los denunciantes.

Angelotti y la manipulación

"Por un lado sintió miedo, incertidumbre, incapacidad de decir que no, por el otro que era maduro y hacía cosas de persona grande. El acusado le transmitía seguridad. Le dijo que tenía un arma", describe la acusación sobre el vinculo de Angelotti con el primer denunciante. "Me quedó grabado su aliento de por vida", expresó el joven en su relato.

Angoletti tenía una metodología aceitada. Trabajaba en sistemas, tenía una pizzería y vendía cosas por internet. Solía tener un ciber café y convencía a los chicos que lo visitaran con la excusa de jugar gratis en su local.

Actualmente había montado un despacho de pizzas en su casa pero seguía teniendo las computadoras disponibles para que lo visitaran adolescentes. Entre los testimonios recavados detectaron que abusaba de uno de sus empleados desde los 16 años y que intentaba convencer a su hermano menor para someterlo sexualmente a cambio de dinero y ayuda para su familia. Incluso que fantaseaba con abusar de los dos hermanos a la vez.

Angelotti vive en Oberá, Misiones, y trasladaba a los chicos a la casa de su mamá en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires. Les ofrecía dinero regularmente, trabajo y hasta les conseguía dónde alojarse o los llevaba de viaje junto a su madre, aunque no está claro si ella conocía los abusos de su hijo.

Las escuchas telefónicas

De las conversaciones entre Angelotti y Fernando Charpenet se desprenden los abusos cometidos por el misionero en la actualidad y de Charpenet con otro menor.

Charpenet: –Y con M, ¿no volviste a nada?

Angelotti: –Hicimos algunas cositas viste.

Charpenet: –¿Cómo, ¿cómo? ¿Hicieron? Pero ¿cuánto hace?

Angelotti: –No, hace un par de semanas

Charpenet: –Ah…

Angelotti: –Por ejemplo, él se deja hacer sexo oral y esas cosas.

Charpenet: –Ah, joya

En esa conversación Charpenet y Angelotti coordinan un posible encuentro en Buenos Aires y acuerdan a lo que podría acceder la víctima al concretar los abusos. Del mismo modo ocurre con Mermet, que coordinaba encuentros con los chicos por MSN después de que Angelotti los hubiera presentado, al menos repitió esa metodología con dos de las víctimas.

En su acusación, el juez describe los roles de cada uno: "Dicha estructura montada para delinquir devela una asignación de roles en la que por un lado están quienes llevan a cabo la conducta descripta (Angelotti y Charpenet) y por el otro, quienes la consumen (Corazza y Mermet)".

Para el juez, Angelotti se aprovechaba de la inmadurez y situación de vulnerabilidad de menores de edad (en concreto de VÍCTIMA 1 y 2), no sólo para tener relaciones sexuales con ellos, sino para luego ofrecer los servicios sexuales de aquellos a terceras personas, hombres mayores de edad, entre los años 1999 y 2003, en el ámbito de esta Ciudad y de la provincia de Buenos Aires, al menos en ocho oportunidades.

Describe a Angelotti como el "organizador en la estructura delictiva. Es que, resulta innegable que ganaba la confianza de los niños para luego entregarlos a otras personas para cumplir con sus deseos sexuales".

Trata de personas

El juez Sánchez Sarmiento consideró que, además de los delitos expuestos, se pudo haber incurrido en la trata de personas al trasladar a los niños desde Misiones para que fueran abusados en Buenos Aires. Por eso declinó la competencia y pidió a la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal para que sorteen un juzgado que continúe con la investigación.

Suponen que las defensas podrían apelar a este punto y dependerá de la Cámara resolver quién continuará con la causa.


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