Los mendocinos eligen al nuevo gobernador de la provincia, a 11 intendentes y la mitad de la Legislatura. Pero lo que se pone en juego es más que eso, pues en las elecciones 2023 confluyeron varios factores para que haya un escenario inédito.
El quiebre del frente oficialista Cambia Mendoza es el dato más relevante porque se modificó el esquema político al haberse creado una astilla del mismo palo.
La creación de la Unión Mendocina tendrá impacto en la representación y generó una competencia que Mendoza no tenía desde hace tiempo, que se encarna con la pelea por llegar a la gobernación entre Alfredo Cornejo y Omar De Marchi. También será la primera vez que se elijan autoridades con boleta única, un mecanismo más transparente, ágil y democrático, pero que en Mendoza ya hallaron la forma de vulnerarlo y hacer clientelismo. Otro de los datos de contexto que es influyente es la elección de intendentes en los departamentos que tendrán renovación obligatoria, sobre todo en el Gran Mendoza. Es lo que ocurrirá en Guaymallén, Las Heras, Godoy Cruz y Alvear. La limitación constitucional obligó a mover el tablero político y amenguar el efecto "caudillo" en los municipios.
Alfredo Cornejo busca ser el primer gobernador "reelecto" de manera alternada desde el retorno de la democracia. Omar De Marchi quiere dar un batacazo político que también sería histórico.
Hay un factor inmanejable para los candidatos y que puede ser definitorio. En las PASO de junio hubo un alto grado de ausentismo y "voto negativo". Sólo participó el 66,11% de los empadronados en esa instancia, aunque Mendoza es una provincia que suele tener altísima concurrencia a las urnas. En las PASO nacionales eso no ocurrió y por eso puede haber al menos un 14% de electores que se sume en las elecciones de hoy, salvo que el efecto bronca se mantenga.
La cantidad de votantes es relevante: son cerca de 208.320 personas que no participaron y podrían sumarse El destino de esos votos es incierto. Además en las PASO más del 12 por ciento de los votantes no sumó para ningún candidato porque votó en blanco o tuvo su voto anulado. Se trata también de un número importante de personas: 123.868 electores desentusiasmados que serán objeto de la campaña, pero difíciles de seducir. El 6% directamente votó en blanco y otro 6% anuló el voto.
La de Mendoza es la última antes de la elección nacional. Por eso la expectativa es alta y por la noche, con los resultados puestos, habrá visitas nacionales. Si hay confirmación de tendencias, los principales dirigentes de Juntos por el Cambio estarán en la provincia, encabezados por Patricia Bullrich. Para la candidata a presidenta es la última posibilidad de aprovechar una vidriera positiva, si es que Cornejo gana. Pero también tienen pasaje para llegar los gobernadores electos de Neuquén, San Luis y San Juan. La intención es comenzar a construir un bloque del Oeste y el Centro del país para accionar políticamente ante Casa Rosada, sumar voluntades en el Congreso y tener algunas políticas comunes.
En el caso de la Unión Mendocina hay una expectativa importante. Desde La Libertar Avanza están atentos por si Omar De Marchi da el batacazo y, así, Javier Milei se suma a algún eventual festejo. En la campaña el Libertario no tuvo apoyos explícitos hacia De Marchi y el propio candidato evitó nacionalizar la campaña. Un león como mascota, alguna señal de las segundas líneas de Milei y discursos amigables con esa línea política fueron algunos de los gestos que se usaron, pero siempre en una delgada línea, pues en la Unión Mendocina hay libertarios, pero también peronistas clásicos más cercanos a la "casta" que a la renovación.
El peronismo, identificado ahora con el Frente Elegí, se encamina a tener una de las peores derrotas de su historia. Ya quedó tercero en las PASO y la duda es si podía remontar o bajar aún más. Omar Parisi le puso el cuerpo a esa candidatura y no hubo acompañamiento de figuras nacionales, quizá por el temor a que "resten aún más".