Después del acto de Alberto Fernández ante la cúpula de la CGT, la vicepresidenta Cristina Kirchner realiza su propia actividad en el homenaje a la figura de Juan Domingo Perón, que ayer se cumplió el 48° aniversario de su fallecimiento. “En la Secretaría de Trabajo Perón cazó la lapicera y no la largó más”, expresó en clara respuesta al mandatario.
En el último encuentro entre ambos, la Vicepresidenta le había pedido al jefe de Estado que utilizara la lapicera para controlar lo que sucedía en el Gobierno y para administrar las tensiones sociales “en favor de las grandes mayorías”.
Ayer, Alberto Fernández expuso nuevamente las diferencia con la vice, al reivindicar un supuesto perfil moderado que habría tenido el fundador del movimiento justicialista. “El poder no pasa por quien tiene la lapicera, pasa por ver quién tienen la capacidad de convencer”, definió, aludiendo a la metáfora de su compañera de fórmula. En ese marco, dijo que Perón “nunca necesitó de la lapicera”.
Este sábado, la Vicepresidenta comenzó su discurso leyendo un fragmento de un libro de conducción política que Julián Domínguez le había regalado a Néstor Kirchner: “Elegí algún párrafo de los que Néstor tenía señalados. Página 73, Persuasión con hechos. ¿Qué decía Perón? ‘Yo no persuadía con palabras, porque las palabras poco persuaden. Yo persuadía a la gente con hechos y con ejemplos’”, lanzó ante la ovación de los militantes en Ensenada.
En esa línea, repasó la génesis de la construcción política que hizo Perón: “Perón llegó con la Revolución del 43 y qué se le ocurrió para construir poder: pidió ir al Departamento Nacional del Trabajo, que no lo conocía ni el gato. Eso fue en junio. En noviembre consiguió transformarlo en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Y ahí, mis queridos y mis queridas, cazó la lapicera y no la largó más”.
“Cazó la lapicera y entró a firmar. ¿Y qué firmó? Derechos que los trabajadores no tenían. Firmó, por ejemplo, el aguinaldo, las vacaciones... Reconoció a las asociaciones profesionales, los sindicatos. Fundó la justicia del trabajo. Se la pasó firmando y firmando. Tanto firmó, que comenzó a haber en el partido militar y en el poder en la Argentina preocupación con este hombre”, continuó la dirigente.
“Luego -siguió su discurso- hubo un movimiento tectónico y Perón termina como vicepresidente de (Edelmiro) Farrel, ministro de Guerra, y ¿a que no saben lo que hizo? Pidió retener la Secretaría de Trabajo y Previsión. O sea, la lapicera no la largó, la mantuvo. El hombre no paró, después fue presidente y siguió firmando”.
“Esto es lo que Perón decía: la conducción y el amor del pueblo es en base a los hechos. Es importante que entendamos la mecánica de la construcción del poder del peronismo. ¿Por qué fue atacado Perón? Porque usaba la lapicera en favor del pueblo”, concluyó la definición.
Cristina Kirchner llegó al distrito gobernado por el kirchnerista Mario Secco, en medio de un operativo clamor -no diseñado pero que empieza a repetirse- y que tiene que ver con la posibilidad de que sea protagonista de la contienda electoral del año que viene por el Frente de Todos. La militancia la pide de candidata a presidenta y algunos dirigentes de su espacio lo deslizan como una expresión de deseo. Todo, en medio del debate interno del Frente de Todos.
Con el de hoy, es la segunda vez en menos de dos semanas que la ex presidenta encabeza un acto. En la última oportunidad, en Avellaneda, había marcado las diferencias dentro de la coalición y en un pasaje puso su mirada sobre el rol actual de los movimientos sociales, algunos de ellos que son parte importante de la base de representación política de Alberto Fernández, como el Movimiento Evita.
“El Estado Nacional debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación de las políticas sociales. No pueden seguir tercerizadas. El Estado debe tener el monopolio (de las políticas sociales) así como el Estado tiene el monopolio de la fuerza ¿o se le ocurre a alguien que podemos tercerizar la Policía? No”, había dicho la Vicepresidenta, para rematar: “El Estado debe recuperar ese rol y transparentar frente a la opinión pública todo esto. A mí no me gusta que me quieran convencer que eso es peronismo. Eso no es peronismo, el peronismo es laburo, trabajo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta y la baja (...) Que el Estado recupere en nombre de los que nos dieron vida de Perón y de Evita… Si Evita los viera, mamita… Imaginando y leyendo todo lo que hizo Evita, ¡mamita!”.