Un jubilado de 67 años fue denunciado por abusar sexualmente de dos hijos de su esposa, y de la nieta de 14 años. "Cuando yo conté, todas mi hermano, mis primas y tías, me vinieron a contar que les había pasado lo mismo de chicas", contó Gabriela Mónica Arce, de 32 años.
El modus operandi siempre era el mismo. Aprovechar descuidos para manosear a sus víctimas. En el caso de Gabriela, según contó a este medio, los abusos habrían comenzado a sus seis años, hasta los doce. "Se me metía en la pieza a manosearme", contó Gabriela quien "de grande" entendió la causa por la que de chica "dormía rodeada de peluches".
"También me levantaba y me apoyaba encima de él", recordó. Una vez perpetrado el delito, venía la manipulación psicológica a través de amenazas. El acusado "le decía que no tenía que contar nada por qué nadie le iba a creer", agregó Gabriela.
Cuando ella tenía siete años su mamá habría sido testigo de un abuso sexual que ella sufrió a manos de su pareja. "Vio que él me alzaba y me ponía encima de él. Entonces me preguntó qué pasaba, y yo le conté que él me tocaba, y que me hacía hacer cosas que a mí me molestaban", relató Gabriela. Pero su mamá no hizo nada. "No teníamos a donde ir, y ella estaba embarazada de mi hermanito", contó la entrevistada.
De tal manera, los abusos sexuales contra Gabriela, no solamente que siguieron, sino que se agravaron.
"Me hacía hacerle sexo oral, y me mostraba revistas porno. Me las dejaba abajo de mis almohadas con cartelitos preguntándome si me gustaría hacer esas cosas", contó.
Y lo que es aún peor, la mamá de Gabriela era cómplice pasiva de lo que hacía su pareja con su pequeña hija cuando ella salía a trabajar y no estaba en la casa.
"Ella siempre lo supo, pero aun así siguió con él, y él siguió haciendo lo mismo, y peor", contó Gabriela. Cada vez que ella le rogaba que lo eche de la vivienda, su mamá, justificaba a su pareja "diciendo que estaba enfermo".
En ese contexto, Gabriela mencionó que los horrorosos recuerdos de su infancia, "son cosas que no te olvidas nunca", por eso, en lugar de taparlos decidió hacer la denuncia en la comisaría primera de Pilar, y hablar de los abusos sexuales que habría sufrido de parte de la pareja de su mamá, cuando era menor de edad. A partir de su testimonio, su hermano, sus tías y primas le contaron que también habían sido víctima del mismo presunto abusador. De grande me enteré que mi hermano había pasado por lo mismo. "Cuando se iba a bañar se le metía en el baño desnudo, y se manoseaba al lado de él", relató Gabriela, quien impulsó a su hermano a que también lo denuncie.
No obstante, cuando la hija de Gabriela tenía ocho años, es decir, hace seis años, también habría sido víctima del presunto abusador de su mamá. "Yo no la encontraba y cuando abro la puerta de la pieza de mis hermanos, lo vi haciéndole sexo oral a mi nena, agarré un cuchillo y lo quise matar. Pero él me agarró, me fui corriendo con mi nena a la casa. Mi hija no decía nada y lloraba", relató Gabriela. A los días su hija le contó que los abusos habrían tenido lugar en reiteradas oportunidades.
Sin embargo, pese a la cantidad de denuncias en su contra, el acusado solo estuvo detenido un día y actualmente se encuentra en libertad. La única medida de protección que posee Gabriela es una restricción perimetral de 300 metros. Aun así, la víctima aseguró que "vive con miedo".