El jurado popular de Río Cuarto absolvió al viudo -y único acusado- Marcelo Macarrón por el crimen de Nora Dalmasso, luego del pedido de absolución que había realizado el fiscal de Cámara Julio Rivero. Tras más de 15 años de investigaciones cruzadas, la causa se cayó y el crimen quedará impune.
La decisión de absolver a Macarrón se adelantó dos días, ya que estaba estipulado que el jueves 7 de julio sea la sentencia. Esto se debe al pedido de absolución de Rivero, que obligaba al órgano jurisdiccional a absolver si creía que los fundamentos del fiscal eran correctos.
Luego de dos horas de deliberación, las ocho personas que integran el jurado popular decidieron aceptar el pedido del fiscal. Previamente, uno de los jurados sufrió un ataque de pánico y debió ser reemplazado.
En el fallo, los jurados reconocieron que Nora Dalmasso fue víctima de violencia de género, pero decidieron absolver a Marcelo Macarrón -acusado de encargar el homicidio de su esposa- por la falta de pruebas.
Este martes, tanto Marcelo Macarrón como sus dos hijos tuvieron la oportunidad de hablar en los tribunales de Río Cuarto. Ninguno de los tres hizo uso de la palabra. El acusado apenas se limitó a decir “soy inocente”.
El miércoles la defensa del único acusado iba a poder realizar los últimos alegatos, y el jueves estaba estipulado que se dicte la sentencia final. Con esta decisión de la Justicia, la causa termina de caerse y el crimen de Nora Dalmasso quedará impune.
Caso Dalmasso: por qué el fiscal de la causa pidió la absolución
“No voy a acusar por acusar”, dijo el fiscal Rivero al pedir la absolución de Macarrón. Según el fiscal, no hay elementos para acusar al viudo: “La prueba me dejó solo”.
“Como soy un Fiscal íntegro y no un fiscal dañino, yo voy a pedir la absolución”, dijo Rivero, quien agregó que “sería irresponsable, oportunista y cobarde acusar”. En ese momento, Marcelo Macarrón rompió en llanto.
En su argumentación descartó que Macarrón, que se encontraba en Uruguay al momento del crimen, le haya pagado a un sicario o que le haya hecho una “promesa remuneratoria”, como rezaba la acusación.
“No puedo sostener que la mato un sicario, no porque no hay prueba, sino porque hay prueba de que fue consentido. El sexo consentido hecha por tierra un acuerdo criminal”, afirmó el fiscal.
Rivero exigió que se siga investigando el crimen porque “el asesino está en el cinto de la bata donde hay un ADN sin identificar” y sostuvo que Nora Dalmasso “fue, es y será después de su muerte una víctima de violencia de género”.
“No hay un testigo que no haya declarado en este debate que no diga que el matrimonio entre Nora y Marcelo era normal. Sin embargo, la propia Nora, el círculo íntimo y la autopsia psicológica, que va apareciendo como la mejor prueba de todas, dicen lo contrario”, sentenció.
En esa misma línea, remarcó que a Dalmasso “se la convirtió en una mala víctima” y que se la empezó a culpabilizar luego del crimen. Al terminar el alegato, Macarrón se abrazó con sus abogados y sus hijos.