Comenzó la tercera jornada del juicio por la muerte de cinco bebés y el intento de homicidio de ocho recién nacidos en 2022 en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba: declaran las dos últimas médicas imputadas en la causa.
Se trata de Adriana Moralez, ex coordinadora del Comité de Vigilancia y Mortalidad Materna Infantil, y de Claudia Elizabeth Ringelheim, quien era la vicedirectora del hospital al momento de las muertes.
La primera en sentarse en el banquillo de los acusados fue Moralez. “No tengo dudas de que hubo una mano asesina. Necesito saber quién mató a esos niños, si la acusada principal es o no, necesito que se sepa quién fue y si alguien va a volver a hacerlo”, contestó la médica después de que la fiscal Balestrini la interrogara.
Fue imputada por el fiscal Raúl Garzón por los delitos de omisión de deberes de funcionario público en concurso ideal con encubrimiento doblemente calificado por la gravedad del hecho precedente y por la calidad de funcionario público.
Contó cómo se descartaron diversas hipótesis médicas con el tiempo respecto a los fallecimientos de los menores, incluyendo posibles efectos adversos de la vacunación contra Covid-19, la administración de vitamina K y posibles picaduras de insectos.
Moralez aseguró que la muerte de los bebés “fue una bomba que estalló” en el hospital y aseguró sentirse abandonada por el Ministerio de Salud, que le hizo un sumario interno sin ningún tipo de apoyo. Reveló que debido a la imputación en el expediente, se vio obligada a tomar medicación.
En ese sentido, la médica contestó a las acusaciones de la defensa de Brenda Agüero, que había dicho los bebés murieron por la poca limpieza en el hospital.
En declaraciones a medios cordobeses en octubre de 2024, la doctora Moralez reconoció que había indicios para creer que a los bebés los mataron.
