Para los fiscales federales Diego Luciani y Sergio Mola el alegato de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Kirchner, no respondió las acusaciones que hicieron durante sus nueve jornadas tras la que pidieron que sean condenada a 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por considerarla la jefa de una asociación ilícita y por administración fraudulenta por las obras públicas que recibió para Santa Cruz el empresario Lázaro Báez.
“Es la imputada y tiene derecho a decir cualquier cosa. Pero no refutó las acusaciones. Estamos muy tranquilos con lo que hicimos”, dijeron a fuentes allegadas a la fiscalía después del alegato de la ex presidenta ante el Tribunal Oral Federal 2.
Luciani y Mola estuvieron conectadas a la videoconferencia por la que se hizo la audiencia. Allí escucharon que Cristina Kirchner pidió que sean investigados por el delito de prevaricato, que es dictar resoluciones contrarias a la ley. “Se desmontaron las increíbles mentiras que desarrollando los fiscales Mola y Luciani y además quedaron a la luz del día la arbitrariedades que se han cometido en este juicio”, dijo Cristina Kirchner en su alegato.
“Voy a solicitar que se extraiga testimonio de cada una de las mentiras de los fiscales contrastadas con los testigos, las pericias, la documentación con la prueba obrante en el expediente y con el derecho”, solicitó. Desde la Fiscalía no hubo comentarios sobre ese planteo, que deberá resolver el Tribunal cuando de a conocer el veredicto. Pero otras fuentes judiciales señalaron que pareció “una amenaza para los fiscales que trabajan”.
Uno de los puntos del alegato de hoy de Alberto Beraldi, abogado de Cristina Kirchner, fue que defendió las demoras en las obras públicas de Báez. Dijo que era algo habitual en todo tipo de obra. Para eso expuso lo que dijeron distintos testigos en el juicio sobre por qué ocurre esta situación, entre ellos el del empresario Angelo Calcaterra, primo del ex presidente Mauricio Macri.
Pero desde la fiscalía entienden que el punto no fue refutado. “Nosotros explicamos por qué se dio cada una de las demoras en las obras de Báez y que tienen que ver con la maniobra ilegal que estaba montada”.
La Vicepresidenta dijo que el fiscal Luciani tuvo “intervenciones artísticas, grandilocuentes” y que su acusación fue arbitraria. Beraldi habló de que en este caso y en el resto de los expedientes de Cristina Kirchner hubo lawfare. Sin embargo, no pidieron la nulidad de la acusación, algo habitual en los juicios.
Los fiscales Luciani y Sergio Mola pidieron que la ex presidenta sea condenada a 12 años de prisión y a inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por considerarla jefa de una asociación ilícita y por administración fraudulenta por las irregularidades en las 51 obras públicas que las empresas de Báez recibieron para la provincia de Santa Cruz entre 2003 y 2015. “Estamos convencidos de haber alcanzado la verdad y ahora le toca a cada uno de los jueces, a quienes la sociedad esta mirando. Señores jueces este es el momento: es corrupción o justicia. y ustedes tienen la decisión”, había dicho Luciani, lo que hoy contestó Berlaldi.
Esa frase fue contestada por Beraldi en el cierre de su alegato cuando pidió la absolución de la vicepresidenta. No es corrupción o justicia. Hay un solo camino, justicia. Las acusaciones fueron desmanteladas, destruida. No hay otro camino”, dijo Beraldi.
El juicio continuará el próximo lunes con el alegato de la defensa de Carlos Kirchner, ex funcionario del Ministerio de Planificación Federal y primo de Néstor Kirchner. Y el martes será el turno del alegato de la defensa oficial del ex secretario de Obras Públicas José López. Mientras tanto, el viernes de la semana que viene comenzará la de Báez