Si cualquier destino consta del momento en que uno sabe definitivamente quién es, el de Patricia Jaldín (53) ha sido siempre la docencia; tiene voz de maestra. Lleva tres décadas abocada a la educación primaria. En el largo y complicado camino hacia su destino, en 2003 “la Pato” se cruzó con Milagro Sala. Y pasó de docente a ser colaboradora de confianza de una de las personas más poderosas de Jujuy.
En 2010, Jaldín se hizo cargo del área educativa de la organización de Sala. Desde entonces es directora de Bartolina Sisa, la escuela que fundó en el barrio Tupac Amaru. “La dire”, como le dicen sus colegas, repite de memoria la matrícula de la Bartolina Sisa, año por año. De pronto, la maestra cuenta cómo se convirtió en tesorera de una de las organizaciones sociales más trascendentes de Argentina.
Desde allí, vio pasar bolsos con dinero, repartió viáticos para las comitivas que viajaban al exterior con Milagro Sala. Y en 2014, viajó al Vaticano junto a la líder de la Tupac. Antes de conocer al Papa, pasó por la habitación de Sala a devolver los USD 10.000 que le habían dado previo a subir al avión. “Toda la plata salía de la casa de Milagro”, revela Jaldín en esta entrevista exclusiva.
Entre carpetas y cuadernos para corregir, Jaldín dio una nota increible. La escuela está en “El Cantri”, barrio Tupac Amaru, a 10 kilómetros de San Salvador de Jujuy, por la Ruta 9. Para llegar a la escuela hay que atravesar un sinuoso camino de ripio. Luego de atravesar una pequeña colima, la Bartolina emerge ingente entre pequeñas casas con paredes raídas.
“Milagro dejó tirada a mucha gente”, le dice Jaldín a Infobae. Desde que la jefa de la Tupac quedó detenida en 2016, la maestra comenzó a distanciarse. Sala la catalogó como “traidora” por acercarse a la gobernación de Gerardo Morales. “No había otra opción”, asegura Jaldín.
Durante este reportaje, la ex tupaquera se suelta y revela detalles de los negociados de la organización, de los viajes al exterior para sacar dólares del país, y también sobre la forma “violenta” de construir poder por parte de Sala.
-¿Quién es Patricia Jaldín?
-Es una maestra que se dedica al trabajo territorial y social. También soy abuela de seis nietos. Estoy muy dedicada a la docencia, con el fin de que esta escuela funcione bien.
-¿Qué representa para vos la Escuela Bartolina Sisa?
-Es la escuela que fundé en 2010 con la Tupac Amaru. Es una institución que brinda un servicio educativo de calidad para niños y familias con ciertas desigualdades. Esta escuela también tiene como misión brindar contención cuando el niño lo necesita.
-¿Cómo fue fundar una escuela?
-Yo era docente en la provincia. Y en 2003 se dio de empezar a trabajar en la Tupac Amaru. Empecé con aulas para jóvenes y adultos que no habían terminado la primaria.
-¿Y cómo surgió el acercamiento a la Tupac?
-Era miembro de un sindicato docente. Y en las luchas salariales con el Frente de gremios de acá empezamos a conocernos con Milagro Sala. En los acampes y las marchas, se hizo más frecuente conversar. Y un día ella nos propuso trabajar en la Tupac con el tema educación.
-¿Cómo siguió después?
-Luego me convocó para fundar la escuela primaria. Porque los cooperativistas no tenían escuelas cercanas para mandar a sus hijos. La organización creó una deuda interna con los trabajadores, ya que de tantas horas de trabajo, los padres estaban muy ausentes y los hijos tenían problemas de aprendizaje. Ahí fue cuando se decidió crear la escuela en el Barrio Tupac Amaru. En marzo del 2010 inauguramos la escuela. Teníamos una matrícula de casi 400 alumnos. Hoy ya tenemos casi 700 alumnos.
-¿Cómo se entrelaza la docencia con la tarea social y militante?
-En el 2001, yo ya era docente y trabajaba de eso. Pero había familiares que estaban desocupados. Entonces empezamos a armar roperos comunitarios y a militar. Primero empecé en la CTA y después en la Tupac. La docencia te lleva a que no descuides lo que pasa en lo social.
Patricia Jaldin participó de los viajes con dólares que organizaba Milagro Sala
-¿Cómo era tu vínculo con Milagro Sala?
-Teníamos una relación directa. Cada sector respondía por sí mismo. Yo estaba a cargo del área de educación primaria y rendía cuentas de ese sector. Era un trato directo con ella.
-¿Y cómo era la relación?
-Milagro es una persona muy especial. Tiene un temperamento que no se le puede decir que no. A veces costaba decirle las malas noticias, cuando algo no funcionaba bien. No le gustaba escuchar lo que en realidad pasaba en los barrios y en las áreas.
-¿Y qué hacía cuando no le gustaba algo?
-Reaccionaba mal, se enojaba muchísimo, despotricaba. Nos decía que por qué salía todo mal. Pero yo no me callé cuando tuve que decirles las cosas. Por ejemplo, cuando venían y me decían que había niños abusados o violentados en las escuelas. Cuando yo le contaba eso, no le gustaba y gritaba.
-¿A vos te gritaba?
-Sí. Levantar la voz y enojarse era su forma de ser. Nosotros íbamos dispuestos a que se enojara y gritara.
-¿Era una persona violenta?
-Sí, sí. Muchas veces le dije que no debía reaccionar así. Yo le decía que se cuidara de tener esas reacciones en la calle. Por eso tenemos una condena social, por sus formas, su voz, sus gestos. La Tupac hizo muchas cosas por los jujeños. Pero tristemente se opacaba por Milagro Sala. Porque con sus debilidades nos envolvió y todos quedamos en la misma situación.
-¿Alguna vez sufriste agresiones físicas por parte de ella o de su entorno?
-Físicamente no. Pero agresión psicológica y verbal, sí. Yo comparto las declaraciones de “Shakira” (Mirta Guerrero), que dijo que Milagro tenía una debilidad por los varones y los protegía y los mimaba.
Jaldín integró la comitiva de Milagro Sala que viajó en Junio de 2014 a conocer al Papa
- “Shakira” también contó que Sala ordenó a un grupo de varones para que la golpearan. ¿Vos lo sabías?
-Sí, lo sabía. Ella fue mi compañera de trabajo. Mirta me contó que pudo no mostrar dolor ante los golpes y que entonces se iba a poder bancar otras cosas. Milagro Sala se lo hizo para medirla.
-Ahora, someter a una persona a una golpiza, técnicamente es una tortura.
– Y sí. Cuatro personas golpeando a una mujer en el piso, con la cabeza tapada, que no sabes si sólo van a ser golpes.
– ¿Le tenías miedo a Sala?
– Cuando se enojaba… ¡¿quién no le tenía miedo?! Hasta los funcionarios le tenían miedo. Cuando comencé le tenía admiración y respeto. Eso debe haber durado hasta que me hizo un reclamo por algo que no cometí. Eso me dolió mucho, porque no me creyó y no confió.
– Cuando te referiste a funcionarios, ¿eso quiere decir que los ministros de Jujuy le tenían miedo a Sala?
–Sí, porque así era su forma. Ella estaba molesta y llegaba a los ministerios y no preguntaba nada. Pateaba los escritorios, pechaba la puerta y entraba.
– ¿Vos la has visto hacer eso?
– Sí, sí. Una vez en el Ministerio de Infraestructura, por ejemplo. Entraba, golpeaba y decía que “a mí me tienen que atender, ustedes son funcionarios”. Entraba siempre acompañada con un séquito.
Viajes al exterior y bolsos con dinero
– En su última declaración como arrepentida, Shakira habló de viajes que Milagro Sala y dirigentes de la organización hacían al exterior. ¿Te constan esos viajes? ¿Participaste de alguno?
-Sí, me consta. Milagro viajaba mucho. De hecho, siempre andaba con una mochila a cuesta porque a veces ni llegaba a avisar a su casa. Y Shakira lo sabía porque ella estaba muy vinculada, le manejaba la agenda a Milagro.
– ¿Y vos hiciste algún viaje?
–Sí, yo viajé a Italia en el 2014. Conocí al Papa.
– ¿Cuántas personas viajaron?
–Más de 15 personas.
–¿Y desde la Tupac les dieron dinero para llevar?
– Sí, nos dieron un dinero que nos dijeron que de ahí iba a salir el viático. Y cuando llegábamos al hotel, debíamos entregarlo.
– ¿A quién?
– Yo se los entregaba a las chicas de finanzas que estaban ahí. O íbamos directamente a la habitación donde estaba Milagro y Raúl (Noro, esposo de Sala) y se lo dejábamos ahí.
– ¿Y cuánto dinero era?
– Creo que eran más de USD 10 mil.
–¿Y una parte de eso era para viáticos?
–No, esos dólares los dejábamos en el hotel. Después a parte te daban lo tuyo, para cubrir tus gastos del viaje.
– ¿Y quién te daba el dinero antes de salir?
–A veces las chicas de finanzas.
–¿Quiénes son las chicas de finanzas?
–Gladis (Noemí Díaz), a veces la misma “Shakira”. O a veces me tocaba a mí dar viáticos.
– Y cuando viajaban al exterior, ¿siempre les daban dólares?
– Sí, sí. Yo viajé solamente a Italia.
–Cuando me decís que vos también a veces dabas viáticos, ¿a dónde buscabas el dinero?
–Todo el dinero se sacaba de la casa de Milagro. En algún momento, también fui parte del equipo de finanzas. La plata iba para allá y de ahí se retiraba. En su casa de Cuyaya. Se hacían los números y había una mesa que decía ‘tantas personas viajan, cuánto le damos, se resolvía, se agendaba, y se sacaba ese dinero para pagar.
– ¿O sea, vos explicabas que necesitabas tal viático para un viaje, te lo autorizaban en la casa de Milagro Sala y te daban el dinero ahí mismo?
–Sí, así era. Y se entregaba de mano en mano.
–Y de ese viaje a Italia, ¿te consta que todas las personas llevaron dinero?
–Todos pasamos por la habitación y dejamos dinero.
–¿O sea que había miles de dólares?
–Sí. Pero de acá salía efectivo en pesos y en Buenos Aires se cambiaba. En la casa de Milagro había pesos. Y había dólares a parte, pero no conozco qué cantidad.
– ¿Y a dónde llevaban esos pesos?
–Al Apart Hotel (frente al edificio de Desarrollo Social), de la Tupac, en Buenos Aires. Ahí se hacía el cambio.
– ¿Quiénes llevaban el dinero a Buenos Aires?
–Eran varias personas cercanas a ella.
–¿José Choque, por ejemplo?
–Sí, José era una persona muy de confianza del equipo de Milagro.
–¿En la organización era vox populi ese manejo de dinero?
–Lo sabía toda la gente. De hecho, cuando se pagaba a los trabajadores de obra, a los cooperativistas y a todos los sectores, pasaban a cobrar por la sede de la Tupac Amaru en Jujuy, en la calle Alvear. Los días de cobro era un día de fiesta para los comerciantes de la zona, porque había filas y filas de cooperativistas de la organización cobrando.
–¿Todos los miembros de la Tupac pasaban a cobrar por ahí?
–Sí, todos subían a la sede central y les pagaban en efectivo. Llegaban los bolsos con plata, se armaban como cajas y se les pagaba. La plata venía de Cuyaya (casa de Sala), se colocaba en una habitación y luego se hacían los pagos.
–¿Y de dónde provenía ese dinero?
–De provincia y de Nación, por las obras asignadas a distintas cooperativas de la Tupac en el interior y de la capital.
–Y en ese hotel de Buenos Aires, además de cambiar pesos por dólares, ¿qué se hacía?
–Era un lugar de reuniones y encuentros con la dirigencia Tupac de Buenos Aires y de otras provincias.
–¿Vos estuviste ahí?
–Sí, varias veces.
–En alguna de las causas se investiga que había asignada la construcción de 2000 viviendas y en verdad se construían menos. ¿Qué pasaba con el resto del dinero que no se destinaba a las construcciones?
–Como me sumé tarde a su equipo de confianza, no me consta eso. Lo que sí sabía era lo bien que nos atendía el gobierno nacional por ese entonces. Llegaba mucha plata para gastos. Descubrí tarde de dónde venía esa plata extra que se gastaba en otra cosa que no era la construcción de viviendas.
–¿Cómo plata extra? ¿Y en qué se gastaba?
–Plata que se usaba para la compra de vehículos, en regalos costosos. Milagro tenía muchos vehículos y también le regalaba a gente cercana a ella. Por ejemplo, hay algunos que tienen camionetas Amarok que les dio Milagro.
–¿Pero a quién le daba estos regalos?
–A gente de confianza de ella y a encargados de obras, que eran premiados y tenían un vehículo. Les regalaba Amarok, casas amobladas, cosas así.
–¿Y qué te pasaba con todo eso que veías y escuchabas? ¿Alguna vez le dijiste algo a ella?
–(Se ríe) No, no se cuestionaba. Las órdenes se cumplían. Un lema en la organización era que las órdenes no se discuten, se cumplen. Te decían ‘no preguntes, hacelo’. En alguna oportunidad le hice algún tipo de observación y no le gustó.
–Hablaste de muchos viajes a Buenos Aires. Además de las reuniones entre dirigentes de la Tupac, ¿a qué viajaban tanto?
–También se hacían reuniones con funcionarios nacionales. Alejandro “Coco” Garfagnini era el referente nacional que se ocupaba de armar la agenda de ella en Buenos Aires.
–¿Vos alguna vez estuviste junto a ella con algún ministro nacional?
–No, a esas reuniones sólo iban Milagro, su marido y su círculo más íntimo.
–Durante el tiempo que estuviste cerca de ella, crees que Milagro tenía más poder que el gobernador?
–Tenía tanto poder como el gobernador. Al punto de que cuando se inundaban los barrios acá, había gente que corría a verla a ella para que lo solucionara. Cuando había gente complicada de salud, la iban a ver y ella la mandaba a atender en Buenos Aires. Tenía poder y creo que lo sigue teniendo.
–¿Sentís que ella los abandonó?
–Sí, ella y su dirigencia. A partir del 2016. Yo ahí la vi en la cárcel, le dije que acá en el barrio había hambre, robos, usurpación, saqueos. Y sus funcionarios políticos, a los que pusimos todos a ocupar un lugar de poder, podrían haber sido nuestro nexo con el gobierno. Las obras y las instituciones tenían que continuar. Pero no lo hicieron y se olvidaron de todos nosotros. Se ocuparon de cuidarse entre ellos y a nosotros nos llamaron traidores.
–¿Por qué?
–Porque nos sentamos a hablar con el gobierno provincial de Morales. No había otra opción. Nos tuvimos que organizar solos, con ollas populares, para darle de comer a la gente del barrio.
–¿Y el gobierno nacional?
–Tampoco. No entiendo por qué no nos socorrieron en las épocas difíciles. Tanta plata que se dice que hay desde la obra pública, de vialidad, los bolsones de Lázaro Báez, y nosotros acá estamos haciendo vaquita para que coman los niños.
–El presidente estuvo en Jujuy.
–El presidente sólo vino a ver a Milagro Sala. De nosotros nadie se ocupa. Nosotros tuvimos que salir solos y por poner la cara con el actual gobierno provincial nos dijeron traidores.
–¿Y qué pasó desde que Milagro Sala los consideró “traidores”?
–Lo pagamos caro. Tuvimos amenazas, aprietes, insultos. A mí me rompieron tres veces el parabrisas del auto y me pincharon las gomas. Nos costó mucho de ambos lados y resistimos. Hay familias de pie. Nos costó mucho y seguimos. Las instituciones deben quedar, las personas somos circunstanciales.
– ¿Y cómo fue la relación con Sala desde que la detuvieron?
– Ella decía que primero que nada le solucionáramos lo de su libertad. Nos decía que no le abriéramos las puertas a nadie del gobierno provincial. No entendía, no tenía ni idea de lo que pasaba afuera. Después de estar detenida perdió la noción.
–Si tenés que definirla, ¿qué es Milagro Sala?
–Es una mujer llena de odio, de rencor. Es egoísta, encerrada en sí misma que no quiere mirar más allá y que está actuando inmovilizada por ese odio. Ella está dejando salir su ira, su violencia y por eso actúa así.
–¿Alguna vez la quisiste?
–La idolatré y llegué a ponerla como ejemplo.
–¿Te defraudó?
–Sí.
–¿Para vos la Tupac Amaru terminó?
–La Tupac tuvo su ciclo y dejó obras que hay que sostenerlas. Si Tupac Amaru viviera, se levanta y nos desmembra a todos, porque todos hicimos muchas cosas mal. Tanta culpa tiene el que hace como el que deja hacer. Nosotros también tenemos mucha culpa en esto.
–¿Te arrepentis de algo?
–De no haber cuidado a mi familia. Entraba a trabajar a las 7 y volvía a la 1 de la mañana. Mis hijos hoy son grandes y me dicen que aunque tenían todo, no me tenían a mí.
–¿Volverías a hablar con Milagro?
–No. Es algo cerrado. Pero me gustaría que sepa que dejó tirada a mucha gente. Sólo atendió al que le fue a decir algo bonito que ella quería escuchar.