Un policía mató a un joven de 19 años cuando un grupo de adolescentes le apedreó la casa. El brutal epílogo a una noche violenta ocurrió en Santiago del Estero.
Según los testigos del hecho la víctima no estaba participando del ataque y quiso poner fin a los desmanes que provocaban sus amigos del barrio.
El oficial de la policía de Santiago del Estero mató a un joven de 19 años de dos balazos cuando comenzó a disparar con su arma reglamentaria contra un grupo de jóvenes que le estaban apedreando la casa, en un confuso episodio que tuvo lugar en la madrugada del sábado en esa capital.
De acuerdo a la reconstrucción de los hechos realizada por las autoridades, el oficial Diego Arévalo se encontraba con tres colegas en su casa del barrio Siglo XXI y cerca de las 6 de la mañana, un grupo de jóvenes volvía de una fiesta y pasó por la puerta de la casa donde se encontraban los policías.
Allí comenzaron a insultarse mutuamente e invitarse a pelear. Arévalo ingresó a la casa, salió con un rifle de aire comprimido y comenzó a disparar al aire para disuadirlos. El grupo se alejó, insultando al oficial, según el relato que recoge el diario El Liberal de esa provincia.
El grupo se fue a una plaza ubicada en las cercanías, donde se quedaron un rato más. Cuando comenzó a amanecer, algunos de los jóvenes que quedaron quisieron volver a la casa del policía para seguir con la disputa. Querían "pelear mano a mano, de igual a igual", según el relato.
Al regresar a la vivienda, encontraron que estaba todo cerrado. Es por eso que comenzaron a romper el cordón cuneta para juntar cascotes, y arrancaron a apedrear la casa de Arévalo.
Allí apareció en escena Roque Jesús Barraza, un chico de 19 años que era amigo del grupo, pero que -según los primeros testimonios- no había estado con ellos durante la noche. De hecho, fuentes del caso afirman que habría tratado de convencerlos de que dejen de tirar piedras y se vayan.
Pero en ese momento Arévalo se encontraba adentro de la casa, tomó su arma reglamentaria y disparó contra el grupo. Barraza, recibió dos impactos de bala que le costaron la vida. Murió en el acto.
Sus amigos comenzaron a pedir auxilio, pero no hubo caso. Ni bien se confirmó la muerte del chico, comenzaron a amenazar con quemar la casa del policía, que fue detenido y debió ser escoltado para protegerlo.
En el lugar trabajó la fiscal Celia Mussi, que dispuso que sea Gendarmería Nacional quien realice la investigación del crimen ya que el acusado es parte de las fuerzas policiales.
La justicia además puso una escolta permanente en el hogar de Arévalo a raíz de las amenazas.
En las redes sociales, familiares y amigos lloraron la tragedia. "Hoy se nos fue "Chuna' Jesús Barraza. Te voy a recordar siempre con ese corazón gigante que tenías como siempre. Jóvenes, la noche de ahora no es la misma de antes, cuídense mucho", escribió Leandro, uno de sus amigos.
El caso aún no está cerrado, porque hay muchas versiones.