Las elecciones desdobladas en las provincias eran, y son, un desafío en el camino presidencial de Javier Milei. Este domingo fue el primer test, con las elecciones en Río Negro y Neuquén. Allí, el economista libertario jugó bastante fuerte -dentro de un modo de hacer política donde no le regala su popularidad y crecimiento a nadie-, y los resultados, sin embargo, no estuvieron a la altura de lo esperado.
En Río Negro, el mileismo estuvo representado por Ariel Rivero, intendente de Campo Grande -un municipio por donde pasa el 60 por ciento de la logística que va a Vaca Muerta-, ex presidente de la Legislatura provincial. Rivero es peronista y estuvo alineado con Miguel Pichetto, pero ya en 2021 venía pidiendo pista para ir por la gobernación: fundó el partido Primero Río Negro, por afuera del PJ rionegrino, al que consideró “cooptado por el kirchnerismo”.
Este domingo, Rivero apenas sobrepasó el 9 por ciento de los votos, quedando cuarto, incluso detrás de los K-Movimiento Evita (representados por Silvia Horne).
Javier Milei con Ariel Rivero, intendente de Campo Grande, en Río Negro. Fue su candidato a gobernador.
En Neuquén, Milei capturó para su armado al periodista y empresario de medios local Carlos Eguía, un hombre con predicamento en la provincia. Eguía fue en las elecciones legislativas de 2021 candidato a diputado nacional por la Coalición Cívica-ARI y quedó entonces en cuarto lugar con 14% de los votos, no logrando ingresar al Congreso.
Este domingo, Eguía quedaba con el escrutinio practicamente terminado, en torno al 8% de los votos. Cuarto, también detrás de los K. Consuelo: por delante de la bajísima performance cambiemita de Pablo Cervi (diputado nacional, del bloque lousteausista Evolución Radical).
La lógica mileista había sido ungir candidatos-dar apoyo a aquellos que "garantizaran" -o apuntaran a hacerlo- un 20 por ciento de los votos en su contienda provincial.
En ningún caso este domingo, se verificó.
Incluso Milei decidió no jugar candidatos provinciales en Misiones y Corrientes. Tiene miles de seguidores en esas latitudes -como en otras- pero aquí la lógica es la búsqueda de postulantes competitivos.
Ganó "la casta"
Podría decirse, expresado en términos mileistas, y para disgusto del economista, que en Neuquén y Río Negro ganó la “recontra casta”. Alberto Weretilneck, el senador nacional y hombre fuerte- líder del partido provincial, JSRN, que vuelve a gobernar la provincia.
Karina Milei, mano derecha de su hermano, también dio apoyo rotundo a Carlos Eguía, aquí en en la previa de un acto en Neuquén el 17 de diciembre de 2022.
Rolando Figueroa, disidente del eterno Movimiento Popular Neuquino -ex vicegobernador-, con apoyo de Mauricio Macri pero que en inicios de su mandato como diputado en 2019 fue aliado y votó con los K integrando el bloque Provincias Unidas (con los rionegrinos de Weretilneck, justamente, y los misioneros provinciales afines a los K).
La Patagonia fue la región donde Milei más se desplegó, teniendo en cuenta las dificultades propias de alguien que irrumpió en el escenario político en las legislativas de 2021, con un 17% en la Capital Federal. Y sin partido propio. Y que dos años después quiere llegar a la Casa Rosada.
La Patagonia, con el rionegrino Rivero y el neuquino Eguía, que este domingo rindieron primer examen -¿serán candidatos en las nacionales?- estaba más armadita. Milei aun no definió candidatos a gobernador en distritos clave y estratégicos: Mendoza, Córdoba, desde ya la Ciudad (donde será seguro Ramiro Marra) y la Provincia de Buenos Aires. Sí tiene candidato en Tucumán, Ricardo Bussi.
Este domingo el primer test no dejó ningún mensaje de un movimiento hacia un cambio de raíz como el que supone el economista libertario. Hasta las PASO, Milei seguirá afrontando desafíos de lógicas provinciales que acaso tampoco dejen traslucir esa “ola” de hartazgo en contra del sistema que sería la que lo llevaría a la cumbre que tanto ansía.