Aimé Castillo fue encontrada muerta en un campo de Bransden tras días de intensa búsqueda. Estaba desaparecida desde el sábado luego de que su novio se quitara la vida en Año Nuevo.
La bombero voluntaria de 23 años trabajaba en el cuartel de San Vicente, al igual que su pareja, Daniel Gustavo Lencina, de 47. Lencina había ingresado allí en 2002 y actualmente trabajaba como remisero.
El cuerpo de Aimé fue encontrado por uno de los perros de búsqueda en una zona arbolada y a su lado estaban todas sus cosas, de acuerdo a las primeras informaciones. El hallazgo ocurrió durante la tarde de este lunes cuando efectivos policiales participaban de los rastrillajes junto a bomberos y familiares.
Luego de la drástica decisión que tomó su pareja, ella estuvo internada en un hospital. Una vez que le dieron el alta, fue a despedirlo. “Quería verlo por última vez”, le contó a TN su hermana, Micaela.
Después del último adiós a su novio, decidió irse a la casa de su madre en Brandsen, pese a que vivía con su padre y su hermana en San Vicente. “Se despertó el sábado y mi mamá decía que estaba mejor. Pensó que había una mejora”, continuó.
Alrededor de las 7.30 de esa mañana, su madre se fue a trabajar, según reconstruyeron los investigadores. A las 13, regresó y Aimé ya no estaba. Se había ido en una bicicleta naranja.
En un comienzo, algunas personas aseguraron haberla visto en una estación de tren camino a Chascomús. “Se ve que se tuvo que bajar con la bici porque hubo un accidente. Un hombre se quitó la vida en el tren. Esto quizás la afectó porque estaba muy delicada y se fue para otro lado”, reflexionó Micaela.
Aseguró que a su hermana le llegaban los mensajes por WhatsApp y las llamadas, pero no las respondía. En ese sentido, detalló: “Intentamos localizar el teléfono y marcaba que estaba en el barrio Mendizábal, en Brandsen, pero fuimos con la policía y no estaba”.
“No hay cámaras de seguridad por ningún lado. Tampoco la Municipalidad ofrece cámaras porque dicen que las tenían apagadas y que recién hoy las prendieron”, lamentó.
Mariana Garéis, la mamá de Aimé, realizó la denuncia horas después de la desaparición en la comisaría. En el operativo para encontrarla, además de la Policía Bonaerense y los perros de búsqueda, también participaron los bomberos de Brandsen, San Vicente y Glew.