Enrique Bustamente es un trucho, un farsante, un inmoral que jugó con la salud de cientos de personas.
Este delincuente estudió en la Facultad de Medicina de Tucumán, pero solo hasta tercer año. La última materia la rindió en el año 2007. Para ser un médico recibido, y especializado en atención de terapia intensiva, le falta mucho más que la mitad de la carrera. Empezó a estudiar en el año 2001, pero en seis años colecciona más bochazos que aprobados en las pocas materias que cursó.
Evidentemente, este trucho tiene padrinos importantes. Hace cinco años su cara apareció en un tráiler sanitario del Sistema Provincial de Salud (Ministerio de Salud)
Poco tiempo después, en el año 2019, consiguió ser contratado como médico de terapia intensiva del Sanatorio Jesús María de la ciudad de Concepción, en el sur tucumano. Durante todos esos años, el trucho de Enrique Bustamente usó el nombre y la matrícula del Dr. Sergio Martínez, un reconocido terapista que atiende desde hace varios años en el Hospital Padilla, el centro sanitario más importante de Tucumán.
Una familiar de una de las víctimas de Enrique Bustamente junto al Dr. Sergio Martínez, a quien el falso médico le robó la matrícula.
Hace algo más de tres meses el verdadero Dr. Sergio Martínez se enteró de esta situación y denunció esta barbaridad. Martínez advirtió lo que pasaba y lo desenmascaró ante la justicia. Sin embargo, el proceso de investigación se ha tornado muy lento y temen que se pierdan pruebas incriminatorias claves para la causa.
El verdadero médico se presentó para ser atendido y encaró al médico trucho. “Mi hermana se hizo pasar por paciente, él la reconoció y se negó a atenderla, ahí entré al consultorio y lo encaré. Me reconoció que estaba usando mi matrícula, me pidió de rodillas que no lo denuncie, y me pidió arreglarlo de alguna manera, que ese era su medio de trabajo”, cuenta con indignación el doctor Sergio Martínez.
“Se trata de un estudiante de medicina, Enrique Bustamente, que vive en San Miguel de Tucumán. Sé que no está detenido porque su causa está en investigación”, dijo Martínez. Incluso aparecía en un afiche del ministerio de Salud provincial.
El proceso de investigación evalúa a las personas que han sido atendidas por el usurpador y familiares de fallecidos en la terapia intensiva. Aseguran que se tardó cerca de seis días en allanar la clínica y aún no requisaron la casa del acusado, por lo que podría perderse documentación incriminatoria importante.
Los propietarios de la clínica aseguran que fueron engañados por el falso médico, quien se presentó con documentación apócrifa, pero el verdadero Dr. Sergio Martínez se entrevistó con el Dr. Silvio Martoni, dueño del Sanatorio Jesús María, y este le reconoció que contrató al estudiante “porque no conseguía médicos que se presentaran para el trabajo y porque era buen pibe”.
El infierno del médico usurpado: le llueven demandas de pacientes que nunca atendió
El infierno del verdadero Dr. Sergio Martínez no incluye solo la bronca por la fraudulenta utilización de su nombre y matrícula: ahora le están lloviendo demandas de mala praxis por la atención de pacientes que él nunca atendió.
Sobre el robo de la matrícula, Martínez señaló: “Todos somos afectados, yo como médico en mi reputación, mi imagen, mi persona y los pacientes. Hay actas de defunción firmadas por esta persona bajo mi nombre. Además de que se atentó contra la salud pública”, afirma con bronca
En relación con el proceder del Ministerio de Salud provincial, Martínez indicó que fue lento: “Respeto los trámites administrativos, pero mi denuncia al Siprosa (Sistema de Salud Provincial) ingresó el 1 de abril y el 24 recién ingresa para que se realice una investigación”, sostuvo.
Por otra parte, Martínez apuntó contra la Justicia. “Recién después de 40 días, el 5 de mayo me llaman para la apertura de la causa. Hace pocas horas fue notificado Bustamente sobre la causa. El accionar lento puede llevar a borrar pruebas”, advirtió.
Mientras tanto, los familiares de las víctimas de Bustamante se manifiestan en la puerta del Sanatorio Jesús María. Como respuesta solo reciben insultos y los empujones de la policía que las autoridades del sanatorio llaman cada vez que esta gente exige respuestas.
Un dato se suma al bochorno. La pareja del trucho Enrique Bustamente es la abogada Alejandra Ale. Esta profesional trabaja en el Siprosa. Para los representantes del Ministerio de Salud provincial este dato es solo “anecdótico”...
Lo cierto es que a tres meses de la denuncia, Bustamante sigue libre, el verdadero Dr. Sergio Martínez sigue exigiendo justicia y los familiares de las personas que fueron atendidas por este delincuente no salen del dolor tremendo por las pérdidas evitables y por la, hasta ahora, falta absoluta de justicia.