Luego del traspié que sufrió la Ley Ómnibus en el recorrido parlamentario que el gobierno pretende para lograr su aprobación, el diputado Rodrigo de Loredo se expresó acerca de la sesión frustrada del martes en la Cámara de Diputados y se lamentó por no haber podido continuar con el debate del proyecto que había sido aprobado en general el pasado viernes.
“Había una gran oportunidad para hacer reformas en Argentina”, expresó el radical en diálogo con la prensa visiblemente afectado. Fue poco después de que se decidiera levantar el tratamiento en particular de la norma por falta de acuerdos en el capítulo sobre privatizaciones.
En el marco de la entrevista, el legislador de la UCR definió a ese apartado como una de las grandes trabas del paquete de leyes y enumeró varias de las modificaciones que se hubieran aprobado si se lograba sortear ese obstáculo en el recinto.
“Cruzábamos esa tormenta y la ley seguía. Y aparecía una reforma educativa que declarábamos esencial la actividad educativa, que exigíamos por ley la capacitación de los docentes y de los alumnos. ¿Hace falta eso en la Argentina? Seguía una liberación de los mercados de hidrocarburos. Seguía una modernización de la reforma administrativa del Estado, que el silencio de la administración generaba que la cosa se aprobaba. Seguía un régimen de promoción de inversiones que no tenía la industria y nosotros incorporamos la industria”, subrayó De Loredo deslizando su visto bueno a esas iniciativas.
En la misma línea, continuó haciendo mención de otros puntos de la Ley Base y se refirió a los cambios que habían logrado en el artículo con respecto a los institutos de la cultura, que habían generado controversias en la antesala del debate.
“Seguía una reforma a los institutos de cultura que generaron tanto ruido. Porque después de haber sido usados y estropeados, y al haber sido usados se perdió el prestigio de muchos institutos y de artistas, la solución del gobierno era desfinanciarlos. Y nosotros contribuimos para que en vez de que suceda eso, tengan un límite de gasto en personal para que todo lo que se invierta siga para la cultura, para el arte, para el cine y para la música. Bueno, todo eso seguía”, siguió el diputado.
Al ser consultado sobre si cree que hay forma de revertir lo sucedido y que eventualmente se pueda volver a realizar un tratamiento de la Ley de Bases, De Loredo ratificó su compromiso con el debate y dijo, en nombre de su espacio, que siempre van a estar para la discusión.
Sin embargo, admitió que ve difícil una marcha atrás y explicó los motivos: “Es muy difícil tener los consensos. Y las reformas necesitan diálogo, una suerte de confianza. Eso se rompe. Pero la verdad es que (el Gobierno) tiene la suerte de tener actores que no queremos gobernar, pero que tenemos sentido de responsabilidad y que pase lo que pase vamos a poner a ellos por encima de cualquier otra cosa. Por ahí me siento un ingenuo”.
Fue entonces cuando hizo un momento de silencio, tomó aire y sin poder contener su angustia, se quebró: “Nosotros somos reformistas, somos reformistas”, repitió. Y agregó: “Entonces, ¿eso qué significa? Significa que las reformas se suceden cuando uno las va construyendo. Y había una gran oportunidad de hacer reformas para la Argentina”.
Un periodista presente en el lugar le preguntó por qué lloraba. “Bronca e impotencia. Todo eso”, respondió De Loredo al finalizar.