Suena poco habitual e incluso, a quienes no estén interiorizados en el tema, puede resultarles algo escatológico. De hecho, aparecen muchos prejuicios a la hora de mencionar, pensar en donar o en someterse a este tratamiento. Sin embargo, el trasplante de materia fecal, de heces o de microbiota, es una alternativa que se lleva a cabo desde hace años, y que tiene un potencial cada vez mayor.
Así lo explicó Carlos Waldbaum, médico de planta de la división Gastroenterología del Hospital de Clínicas, miembro del programa de Microbiota intestinal y del banco de Microbiota, único en el país.
El rol de la microbiota
Antes de adentrarse en los detalles de este procedimiento, Waldbaum hace hincapié en el importante rol de la microbiota en el funcionamiento del organismo.
"En nuestro intestino habitan millones de bacterias, virus, hongos, y otros seres vivos, que adquirimos a lo largo de nuestras vidas y que a cambio de que les demos alojamiento y alimento, desarrollan para nosotros funciones esenciales en la nutrición, en la inmunidad, en la síntesis de algunas vitaminas; es decir, nos proveen de algunas soluciones que nosotros no podemos resolver", introduce, de manera didáctica.
Y continúa explicando que esa comunidad, diversa, es adquirida desde la infancia. "Cuando esto se ve alterado puede generar enfermedades, y también muchas enfermedades se acompañan de esa pérdida de la diversidad".
Trasplante de materia fecal: qué es y cómo se hace
En línea con lo anterior, lo que se busca con este trasplante es regenerar esa diversidad perdida, transfiriendo la microbiota de una persona sana a un paciente que tuvo una afección que se produjo por la pérdida de la diversidad en su microbiota intestinal.
"Los donantes, una vez que sea chequeado que son aptos, nos proveen de su materia fecal, que es procesada en un laboratorio, centrifugada, filtrada. De ella se extrae la microbiota, se la congela y se la guarda en este banco de microbiota, que está disponible para cuando un paciente requiera este tipo de transferencia", explica.
Respecto a cómo un paciente recibe la microbiota o material fecal del donante, precisa que se puede hacer por vía digestiva alta (por vía endoscópica por una sonda al intestino delgado), por vía baja (a través de una colonoscopia), o em forma oral, ingiriendo cápsulas que contienen la microbiota congelada.
"Nosotros hicimos el primer trasplante hace más de seis años, y en el hospital contamos con un banco de microbiota. Utilizamos este tratamiento para la infección por Clostridium difficile y desarrollamos distintos protocolos de investigación donde estamos valorando el éxito posible de este tratamiento", destaca.
Sin embargo, el médico indica que la práctica data de mucho antes.
"Es algo que existe en la medicina desde hace siglos. La medicina oriental ya lo planteaba para tratar muchas situaciones, sobre todo enfermedades gastrointestinales, y después pasó a la medicina occidental en la década del 50 para el tratamiento de una afección que hoy tiene su principal indicación que, como decíamos, es la infección por Clostridium difficile", resume Waldbaum.
Clostridium difficile: qué es
Esa bacteria suele aparecer luego realizar tratamientos con antibióticos (dado que éstos matan también a los gérmenes buenos que nos protegen de las infecciones).
Es un "germen oportunista", ya que "vive en nosotros, pero cuando se pierde la diversidad, encuentra la posibilidad de predominar y ahí genera sus posibilidades de daño, porque no compite con otros por el espacio, por los alimentos, por los nutrientes y de alguna manera florece", grafica el médico.
También indica que la infección por Clostridium difficile es una de las afecciones nosocomiales más importantes, que genera diarrea, y que puede poner en peligro la vida del paciente.
Cada vez más evidencia científica avala este tratamiento: según una revisión científica publicada recientemente, el trasplante de heces sería más eficaz para tratarla que los antibióticos.
"En general, tiene una respuesta relativa al tratamiento con antibiótico, pero como los pacientes suelen recaer varias veces después de tener un episodio, hoy en día está aceptado para tratar a quienes presentan una forma severa que no responde al tratamiento. El trasplante de materia fecal es una alternativa que tiene una alta tasa de éxito: más de un 90%", precisa Waldbaum.
Así lo confirma Jordi Guardiola, jefe del servicio de Aparato Digestivo del Hospital de Bellvitge de Barcelona, en una entrevista al diario el País, donde da cuenta de un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine (NEJM) en 2013 que constató este éxito catalogado como "rotundo", ya que el 93% de los pacientes se curó con el trasplante y solo el 31% lo hizo con un antibiótico.
El potencial del transplante de materia fecal
Además de en casos de infección por Clostridium difficile, el trasplante de heces se utiliza también en otras enfermedades y trastornos y se investiga su efectividad en otras tantas.
Waldbaum indica que este tratamiento es beneficioso en pacientes que recibieron un trasplante de médula ósea.
Es que, por lo general, presentan una microbiota profundamente alterada, ya sea por el estado nutricional en que se encuentran, por el uso de medicamentos como antibióticos durante mucho tiempo, por su enfermedad de base o por los efectos de los rayos o la quimioterapia.
El trasplante de microbiota fecal podría disminuir el rechazo del huésped (la persona trasplantada) cuando se manifiesta desde el punto de vista digestivo, y eso impactar a la larga en la sobrevida de estos pacientes, plantea el médico.
"Otras situaciones en las que estamos estudiando su impacto es en la enfermedad inflamatoria intestinal, tenemos un grupo chico de pacientes estudiados, pero está demostrado que tiene una tasa de respuesta bastante importante en pacientes que no responden a tratamientos de primera o segunda línea", suma.
También, en personas con hepatitis alcohólica permite superar el episodio, cuando no responden a tratamientos con fármacos habituales y podría ayudar en otra una innumerable cantidad de situaciones como el Síndrome Metabólico, la respuesta a la inmunoterapia de algunos tumores (algunos pacientes que no responden a la quimioterapia de las drogas que actúan sobre la inmunidad, que se vio que al mejorar su microbiota mejora su respuesta).
Y se observó que en pacientes portadores de gérmenes resistentes a los antibióticos, el trasplante de microbiota intestinal puede tener un impacto positivo.
Factores que modifican la microbiota
Ahora bien, ¿hay factores que podamos tener en cuenta para evitar la pérdida de diversidad de la diversidad de la microbiota?
"Esto está relacionado con nuestra historia de vida como un todo, por ejemplo cómo nacemos, porque la primera adquisición es a través del parto vaginal, en cambio cuando se produce una cesárea se altera esta microbiota porque no se adquiere la que está en el canal vaginal de la madre, sino en la piel o en el sanatorio o en la institución donde se produjo la cesárea", plantea Waldbaum.
"De ahí que los chicos que nacen por cesárea tienen mayor frecuencia de alergias, asma y obesidad", sostiene.
Y continúa: "También tiene un rol el tipo de lactancia, ya que la lactancia materna es uno de los grandes aportes a la microbiota intestinal, y cuando eso se pierde y se reemplaza por leche maternizada, la microbiota es otra".
Sin embargo, esto no es todo: además influye en su composición nuestros hábitos, sobre todo los nutricionales y la frecuencia con la que tomemos medicamentos que interfieren o interactúan con la microbiota.
¿Cuáles, además de los antibióticos? "Por ejemplo los inhibidores de la bomba de protones que se utilizan entre comida como protectores gástricos, no son protectores universales, nos protege de algunas cosas pero no de todas, y está muy difundido como si fuera un protector para todas las situaciones, cosa que no es así", ejemplifica.
Luego, hay otras situaciones, como las cirugías del aparato digestivo, incluso con la edad vamos perdiendo la riqueza de nuestra microbiota y en la vejez la microbiota se parece mucho a cuando éramos recién nacidos, donde la diversidad de la microbiota es menor.
Microbiota saludable: consejos
Al hablar de microbiota y alimentación aparecen las dudas respecto a la necesidad de incorporar prebióticos y probióticos. En este sentido, el profesional indica que lo importante es abordar el tema de la nutrición como un todo.
“Esto es básico, porque con un probiótico nosotros en teoría aportamos alguna cepa, algún tipo de bacteria, pero eso no termina de incorporarse en forma definitiva a nuestra microbiota, así que los hábitos nutricionales son importantes a lo largo de toda la vida, y es un estímulo permanente para el desarrollo de nuestra microbiota”, destaca.
“Los probióticos juegan un rol aleatorio y anecdótico en esa situación, pero el estilo de vida, incluyendo las características de la nutrición, juegan un rol fundamental”, contrapone.
En este sentido la recomendación es una dieta equilibrada, variada, que contenga fibras, vegetales, hidratos de carbono y carnes, de forma sostenida. “Probablemente la dieta mediterránea sea la que más se acomoda al esquema”, afirma.
“La otra recomendación es incorporar encurtidos, que dan un aporte muy importante de algunas bacterias que necesitamos: el chucrut, la kombucha, los pepinos encurtidos, son un aporte nutricional importante de probióticos. Incorporarlo de forma alternada, saludable, satisfactoria, no como una militancia, sino tenerlo dentro de las opciones nutricionales”, sugiere.
Banco de microbiota: cómo donar
Waldbaum cuenta que el banco es abastecido constantemente, para lo que siempre son bienvenidos los donantes.
"Es importante que la gente pueda contemplar la posibilidad de donar, es sencillo, no le pedimos mucho, que sean sanos y se sometan a análisis de sangre de rutina y de materia fecal. Es más sencillo que donar sangre, porque no requiere nada salvo trasladar sus deposiciones en unas condiciones particulares que nosotros les proveemos para que sean procesadas", detalla.
En este sentido, da cuenta de los prejuicios que pueden llegar a operar: "Les pedimos que nos provean de su materia fecal, algo que pareciera que es terrible, que es desagradable, pero que genera un impacto en la calidad de vida de muchos pacientes que requieren de este novedoso tratamiento, entre comillas, porque es parte de la historia de la medicina es ancestral", reitera.
En cuanto a los prejuicios, asegura que ocurre mucho menos en los pacientes que lo necesitan: "Está estudiado que los médicos creen que los pacientes van a sentir rechazo y la verdad que esto no es así y muchos, después de hacerlo, confirman que volverían a elegir el trasplante de microbiota", afirma.
Quienes quieran ser donantes pueden acercarse a la división Gastroenterología del Hospital de Clínicas, que es donde funciona el laboratorio y el banco de microbiota.