El papa Francisco expresó este domingo su deseo de viajar en la segunda mitad de este año a Argentina y reconoció que le preocupa la situación en su país porque “la gente está sufriendo mucho allí”.
“La gente está sufriendo mucho, es un momento difícil. En agosto debo ir a Polinesia y luego, si se puede hacer, iré a Argentina. Yo quiero ir”, precisó el sumo pontífice en declaraciones a la televisión italiana según detallaron hoy distintas agencias internacionales, como EFE y Ansa.
Durante la semana había trascendido que el presidente de la República, Javier Milei, había extendido una invitación al sumo Pontifice.
Relación tensa
Milei supo agredir al Papa: "es el representante del maligno en la tierra", había sostenido.
El primer mandatario argentino también fue muy crítico de las aceitadas relaciones que Francisco mantiene con los regímenes dictatoriales sudamericanos.
Francisco fue un clérigo sumamente politizado, durante su mandato como cardenal, y luego también como Papa, manteniendo inclusive posturas muy criticables respecto de las relaciones internacionales.
Sumamente permisivo ante Rusia luego de que este país invadiera violentamente a Ucrania e incluso con sus opiniones medidas respecto de las cruentas barbaridades llevadas a cabo por Hamas en medio oriente.
Paños frios
Milei, ya en el último tramo de su campaña presidencial, cambió su estrategia, asegurando que no tendría problema en recibir al papa Francisco en el país. Sobre esto dijo que se lo recibiría con los mismos honores que a cualquier Primer Mandatario de Estado.