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1° DE MARZO

CONVIVENCIA por Juan Manuel Urtubey

Juan Manuel Urtubey hace un balance de un nuevo período de sesiones ordinarias.

CONVIVENCIA por Juan Manuel Urtubey

Se dió inicio a un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación en una ceremonia sin precedentes desde el retorno de la democracia en 1983. Aparte de la prohibición de no acceso a los periodistas, el hecho más destacado fue que el presidente dirigió su mensaje ante una Asamblea Legislativa con menos de la mitad de los legisladores nacionales presentes.

Los diputados y senadores del peronismo fueron los primeros en anunciar que no participarían de la apertura de sesiones para no prestarse a lo que denominaron el “show” de Milei. Colaboró a tomar esta postura la decisión del gobierno de no tratar el presupuesto nacional, el nombramiento de jueces por decreto, la negativa del gobierno nacional a dar explicaciones por el caso de la criptomoneda $Libra, auspiciada por el presidente, y el planteo de intervención a la provincia de Buenos Aires  

Igual temperamento tuvieron los legisladores del Frente de Izquierda.

A ello se sumó una enorme cantidad de ausentes de los bloques de la oposición dialoguista.

Es este contexto de tensión política el que convirtió la Asamblea Legislativa, prácticamente, en una tribuna oficialista es el presidente Milei que cree que lo favorece, pensando que la ausencia de consensos es la fortaleza que lo legitima a desafiar permanentemente las instituciones e inclusive avanzar más allá de los límites que marca la Constitución Nacional.

El presidente y su equipo, insisten en la mala experiencia, tantas veces utilizada en nuestro país, de que el fin justifica los medios, sin advertir que esta mala costumbre, muy probablemente, sea una de las principales causas de nuestros males.

Lo que vimos en la Asamblea Legislativa, más que una agenda de trabajo y un rumbo de gestión, fue la ratificación de la imagen de un líder personalista, que en su guerra frente al mal, seguirá desafiando las normas y cuando deba hacerlo apelará, también, a métodos de la llamada casta para seguir ocupando la centralidad en la agenda y someter a sus adversarios, catalogados como enemigos de la gente de bien.

“Si aceptan mi propuesta, veré que están dispuestos a involucrarse en lo que el país necesita. Caso contrario, habrán demostrado que el único camino para cambiar el país es cambiar este Congreso”, dijo en su mensaje el presidente.
En la crítica situación social que vivimos y frente a la fragilidad institucional que nuestra historia muestra, la equívoca amenaza del presidente representa no solo una afrenta a otro Poder del Estado, sino también un verdadero peligro para la paz y convivencia democrática.

Juan Manuel Urtubey


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