Javier Milei asumió la presidencia con la promesa de romper con las estructuras tradicionales y devolver el protagonismo a la libertad económica y al orden institucional. A un año de su llegada al poder, su gestión ha marcado un antes y un después en la política argentina. Con niveles de apoyo social que se han mantenido sorprendentemente estables, incluso en un contexto de ajustes económicos profundos, el presidente libertario logró imponer una agenda disruptiva que transformó el mapa político del país y puso en crisis a las fuerzas tradicionales.
El cumplimiento de sus promesas, la estabilización macroeconómica y la implementación de medidas destinadas a reforzar el orden público y la autoridad presidencial se consolidaron como los pilares de su gestión. Sin embargo, estos avances aún no se reflejan plenamente en el bienestar cotidiano de la población, dejando pendientes importantes en términos sociales y microeconómicos.
Analistas como Facundo Nejamkis (Opina Argentina), Federico Aurelio (Aresco) y Lucas Romero (Synopsis) consultados por Infobae coincidieron en que Milei conduce un proceso político excepcional, que no registra antecedentes y que logró capitalizar su carácter outsider para desafiar los límites del poder político tradicional. En su primer año, el mandatario consolidó un bloque de apoyo que va desde un núcleo ideológico firme hasta votantes esperanzados en una recuperación económica, a pesar de las dificultades del presente.
Este periodo inaugural de gestión no estuvo exento de tensiones y desafíos: momentos de caída en la imagen presidencial, conflictos con la oposición y resistencias dentro de una sociedad marcada por la polarización. A pesar de esto, Milei se posicionó como el eje central de la política argentina, desplazando al histórico enfrentamiento entre kirchnerismo y antikirchnerismo, para reorganizar el debate en torno a su figura.
Los ganadores de este nuevo escenario incluyen a Milei y su entorno cercano, junto con algunos gobernadores que lograron destacarse en sus gestiones provinciales. Por el contrario, los mayores perdedores parecen ser las fuerzas tradicionales, especialmente Juntos por el Cambio, que enfrenta una fragmentación sin precedentes, y un peronismo que aún lidia con el desafío de renovar liderazgos mientras Cristina Fernández mantiene su influencia.
El primer año de Milei como presidente ha desafiado paradigmas históricos y planteado interrogantes sobre el futuro del país. Su estilo de gobierno, su capacidad para cumplir metas económicas y la reconfiguración del sistema político han transformado la dinámica del poder en Argentina. Sin embargo, los desafíos pendientes, especialmente en el plano social y la economía cotidiana, determinarán si este proyecto libertario logra consolidarse como una fuerza transformadora o se enfrenta a los límites de su propio impulso disruptivo.
Milei junto a su hermana posan con los granaderos asignados a la custodia de la Casa Rosada
“Milei termina su primer año de gobierno con su base electoral casi intacta, con los mismos niveles de apoyo con los que arrancó, después de un año de ajuste, recesión y el impacto que tuvo y todavía tiene en la estructura social. Los niveles de apoyo no han variado”, aseguró Nejamkis. El analista de opinión pública interpretó que esa estabilidad se basó, principalmente, en “el cumplimiento de su promesa electoral: Milei es un presidente que dijo lo que iba a hacer y lo cumplió”.
El director de Opina Argentina destacó que una palabra define el nuevo escenario: orden. El presidente argentino, de acuerdo a esa mirada, reconstruyó la noción de orden, basado en tres pilares: orden económico, orden público y orden derivado de la autoridad presidencial. Nejamkis explicó que el orden económico Milei lo logró mediante el descenso del gasto público, la baja de la inflación y la estabilidad en el tipo de cambio, que la gente valora y da certezas. Para el analista, el Presidente tiene apalancado el orden público en el control del espacio público y en la creencia de la gente de que es un gobierno que tiene a la seguridad como una de sus prioridades. Por último está la reconstrucción de la autoridad presidencial en la figura de Milei, que se contrapone con los últimos presidentes, de poder acotado.
“Es inédito que el apoyo social se sostenga en un contexto de ajuste, y con un presidente que es un outsider y tiene casi cero recursos políticos e institucionales, porque no tiene gobernadores, ni intendentes, tiene poquitos diputados, poquitos senadores, ni gremios, ni organizaciones sociales”, explicó. El titular de Opina Argentina describió que Milei desarrolló una presidencia que estuvo todo el tiempo a la ofensiva, con una agenda muy vertiginosa, disruptiva, que desorganizó las viejas formas de la política y el clásico enfrentamiento kirchnerismo - antikirchnerismo. “El Presidente reorganizó un nuevo mapa político, donde él es el centro y la política se organiza a favor o en contra de él”, destacó.
En ese sentido, resaltó que el primer mandatario puso en crisis a todas las estructuras políticas, “hasta el peronismo ha quedado sometido a una crisis a partir de la emergencia de él”. Pero también Milei demostró capacidad para superar momentos de zozobra con cierta solvencia, como el que tuvo que enfrentar entre junio, julio y agosto, donde la imagen del gobierno cayó, se generaron muchos interrogantes sobre la fortaleza del programa económico.
“Apareció la oposición con dos temas de agenda que son muy sensibles en la sociedad argentina, como son los jubilados y las universidades, pero el Gobierno logró contrarrestar. Estabilizó la economía, logró que la inflación volviera a descender, estabilizó el tipo de cambio, acortó las brechas. No solo eso, sino que también logró neutralizar a la oposición vetando las dos leyes y desanimó a la oposición a plantear una agenda alternativa”, manifestó Nejamkis.
El día que ganó. Javier Milei, Mauricio Macri y Patricia Bullrich
“En la serie histórica se observa con claridad que fue un año de acompañamiento importante de los argentinos, que estuvo en los niveles del voto del balotaje. Habitualmente, los balotajes tienen un voto prestado, que es el voto de la primera vuelta y aquellos que no querían que ganara el otro, cosa que acá existió”, consideró el titular de la consultora Aresco. Federico Aurelio destacó que Milei “hasta ahora ha convencido al voto del PRO, que votó en la primera vuelta a Bullrich y que después lo votó a él”. “Ese votante entiende que el de hoy es el camino que había que recorrer. Hubo dos meses, agosto y septiembre, que tuvo una caída, para bajar del 50%, pero después volvió a subir hasta su punto máximo en noviembre”, prosiguió.
El director de Aresco explicó cómo está compuesto ese 55% de argentinos que apoyan al presidente, que se conforman mediante “capas de acompañamiento”. Del total del 55 puntos, 30% son electores que dicen “estoy convencido de las cosas que hace Milei”, y es el núcleo que llamamos “ideológico”. “A eso se le suma, 10 puntos más, llamado “núcleo político”, que es un votante que va a seguir acompañando a pesar de que la economía no se recupere. “Es gente que no está convencida, pero está enojada con todo el resto de la dirigencia y alguno de ellos siempre van a votar en contra del peronismo, por ejemplo”, explicó.
“Después tiene un 15% más, de personas que no están convencidos de todas las cosas que hace Milei, podrían votar y han votado a otras cosas, pero no son antiperonistas puros y de hecho, hoy acompañan a Milei no tanto porque están viendo que están mejor, sino porque tienen esperanza de que van a estar mejor. Supeditan su acompañamiento a que la situación económica mejore”, explicó.
Son las tres capas: la primera es ideológica (30%), la segunda es política (10%),y el 15 que tiene esperanza de que cambie.
Como singularidades políticas que tiene Milei, para el analista político, se destaca que Milei implementó una dinámica que hizo de la carencia, virtud. “Apareció un nuevo número que no se había utilizado hasta ahora: ya no necesito una mayoría suficiente como para que me aprueben las leyes, si no que lo que se consiguió es conformar un tercio que impide anular el decreto”.
Otro 10 de diciembre. Javier y Karina Milei recién llegados al poder
“Estoy usando cuatro planos para sintetizar y resumir todo el proceso de un año de Milei presidente: el político, el macroeconómico, el microeconómico y el social. Todos están vinculados entre sí para entender”, explicó Lucas Romero, de Synapsis. Respecto del plano político y la capacidad que mostró Milei para resolver los desafíos que tenía, particularmente el económico, el analista resaltó que emergió una suerte de “gobernabilidad de excepción, que le ha permitido a Milei avanzar con su programa de gobierno, avanzar con la acción de gobierno y eventualmente lograr objetivos que se lograron en materia macroeconómica”.
¿En qué consiste esa gobernabilidad de excepción?, preguntó Infobae, a lo que Romero respondió: “que un presidente tan débil, votado por una gran mayoría para enfrentar ese desafío económico, no encontró resistencia política que obturara la acción de gobierno”.
“Los dos paquetes de grandes decisiones que tomó este gobierno, el DNU 70/2023 y la Ley Bases, fueron facilitadas por el Congreso o no rechazadas ni por el Congreso ni por el Poder Judicial. Milei pudo hacer eso porque recogió apoyo del resto de los actores”, explicó el encuestador y agregó: “Eso le permitió encontrar condiciones de gobernabilidad que sorprendieron a todos. Nadie veía que Milei iba a poder superar el desafío de la gobernabilidad del modo en que lo superó”.
Sobre el plano macroeconómico, que es donde Milei tenía más margen de acción y los instrumentos a su disposición, “se logró un orden en las variables macroeconómicas, una estabilización que produjo resultados muy concretos en dos aspectos que son muy sensibles a la opinión pública: la inflación y el dólar. El éxito del programa económico fue esencialmente un éxito macroeconómico”.
El tercer plano, el microeconómico, que es donde están los déficits. “El orden macroeconómico todavía no produjo resultados en términos micro, en términos de consumo, de recuperación de poder adquisitivo y de recuperación del poder de compra de los salarios. Y el miedo que empezó a sembrar el proceso económico sobre la estabilidad laboral”, consignó Lucas Romero.
“Todavía vemos gente que más que disfrutando el momento, lo están aguantando”, explicó el director de Synopsis y completó: “Era tanto el deseo de salir de la situación que todavía la gente tiene ganas de seguir esperando y este es la descripción del cuadro de opinión pública, donde hubo estabilidad”.
Para Lucas Romero, aquí está la clave: “Este es un gobierno que sostuvo los niveles de apoyo social, que es lo que te explica la gobernabilidad de excepción. La política opositora no le ofreció mayor resistencia política o no obturó la acción de gobierno por el temor de hacerse responsable de las consecuencias frente a la opinión pública”.
“Extrañamente, una condición de extrema debilidad le permite al Gobierno avanzar dentro de los márgenes de lo posible”, explicó.
Las encuestas revelan que los gobernadores también tienen buena imagen
Para Facundo Nejamkis, entre los ganadores del año libertario se destacan, obviamente, Milei y su grupo de confianza más cercano, pero también gobernadores de provincias que vienen teniendo resultados en la gestión cotidiana. En ese sentido, mencionó a Maximiliano Pullaro, que en Santa Fe logró mostrar resultados en la lucha contra el narcotráfico, con epicentro en Rosario; como así también Martín Llaryora, en Córdoba.
“A la fuerza que más le impactó negativamente la emergencia de La Libertad Avanza es a Juntos por el Cambio, un espacio que se encuentra en el nivel de fragmentación y de imposibilidad de recomposición mayor que cualquier otro”, dijo, y lo contrapuso con la situación que atraviesa el peronismo, que “puede estar en una crisis, pero sigue siendo peronismo, no tiene dudas sobre su identidad política”.
Para el director de Opina Argentina, JxC es “un espacio que se esfumó, se disolvió”, por lo que aparece “un interrogante sobre el PRO, el radicalismo, la Coalición Cívica, fuerzas que dominaron la política argentina junto con el peronismo durante los últimos diez años”. “Milei ha elegido a Cristina para confrontar y a Cristina le sirve que Milei la elija para confrontar, porque Cristina parece un liderazgo más desgastado y con muchas más dificultades para construir una mayoría o ganar una elección”.
Por su parte, el director de Aresco coincidió en que “este buen humor que hay hoy con el gobierno nacional, también se da en la mayoría de los gobiernos provinciales y municipales”. “La valoración de la gestión de gobernadores e intendentes es igual que la de Milei. Y eso es independiente de la situación política. Tienen un buen acompañamiento y una buena expectativa de que van a ir solucionando los temas que les compete a cada uno de ellos”, explicó. Para Federico Aurelio, entre los perdedores, está “la manera de hacer política de la dirigencia tradicional, porque vino alguien que hizo una política absolutamente distinta como Milei en el 2024 y le está yendo bien, por lo que significa que las otras metodologías que no les fue demasiado bien, no eran las que la sociedad esperaba”.
“Sí, podemos hablar de perdedores con las posiciones intermedias. De la misma manera que hablamos de que el mileismo tiene un piso de 40 puntos y que el peronismo tiene un piso de 30 y pico, no hay nada en el medio. En 2024 parte de los perdedores hasta ahora son las posiciones intermedias, los que no son ni mileistas ni peronistas”. Para Aurelio, el peronismo, con un piso de más de 30 puntos, “lidera la oposición y electoralmente tiene expectativas de volver a ser líder de la oposición el año que viene en las elecciones y de pelear la provincia de Buenos Aires”. Y agregó: “Macri ha avalado a Milei públicamente, aunque se ha diferenciado de algunas cuestiones, de algunos atributos personales de Milei, pero no de la gestión”-
“Macri y el PRO tiene un gran desafío de supervivencia, por un lado, pero por otro lado, también puede regocijarse de que Milei está haciendo muchas de las cosas que le hubiera gustado hacer al PRO. Ideológicamente, tendría que estar contenta la gente del PRO, aunque políticamente tendrían que estar preocupados”, explicó.
La reunión del PJ bonaerense, con Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof
Por su parte, el titular de Synopsis destacó que entre los ganadores y perdedores hay certezas que se mantienen sin cambios: “Todos los dirigentes del oficialismo son los que están mejor ponderados por la opinión pública”. “Tengo la impresión que lo que perdió fue la moderación, porque este presidente ganador que adopta posiciones extremas, intentó favorecer un escenario de polarización contra el extremo opuesto que produce la famosa dinámica centrífuga, que arrastra todo lo que está en el medio y los deja en un no lugar”, explicó.
Y resaltó que “la selección de Cristina como rival y esta idea de provocar todo el tiempo, sobre todo ser muy agresivo con los dirigentes del centro, me parece que ha favorecido una fractura en la sociedad y en la opinión pública, que es lo que produce la polarización”. “Del lado del peronismo nadie puede decir que Cristina es ganadora. Pero en el contexto en el que Cristina estaba, Milei la ayudó por necesidad propia a generar circunstancias que favorecieran su recomposición de su liderazgo dentro del peronismo”, indicó Romero.
Y amplió: “La foto que saca Cristina en Moreno, con ella en el centro, después del fracaso del Frente de Todos de haber sido el artífice de ese fracaso, es un recorrido exitoso de recomposición de su situación de liderazgo dentro del peronismo. Por algo, termina finalmente siendo presidenta del PJ, en un contexto donde claramente la oposición peronista sigue sufriendo los avatares de una aguda crisis de reputación”.
“Esto es gracias a Milei, en favor de Cristina. Porque lo que el peronismo podría haber hecho para mejorar sus posibilidades y sus intereses, es presentar un proceso de renovación y de regeneración dirigencial que no va a ocurrir con Cristina a la cabeza, porque ella obtura un proceso de renovación. Gana Cristina en el contexto de derrota y pierde la posibilidad de que el peronismo pueda encarar un proceso de renovación y acortar el tiempo de reconciliación con el público. Con la aspiración de Cristina de querer liderar y eventualmente querer ser candidata a presidente en 2027, esto hace que al peronismo le cueste mucho más reconciliarse con la gente. Va a necesitar mucho fracaso de Milei para poder reconciliarse con la gente”, concluyó.
Javier Milei el día del discurso ante su partido 'La Libertad Avanza', en Buenos Aires
Al ser consultado sobre una posible comparación del liderazgo de Milei y de la experiencia histórica en marcha, Nejamkis respondió: “El último presidente que irrumpió así de la nada y fue una sorpresa y cambió el mapa político argentino, fue Juan Domingo Perón, pero eso no quiere decir que Milei vaya a ser Perón”.
“Perón gobernó diez años, cambió la estructura social. Argentina hizo un proceso redistributivo que en Australia llevó 100 años y acá se hizo en una década y eso le permitió convertirse en el movimiento político más importante de los últimos 70 u 80 años de historia argentina”. Pero aclaró que a Milei no se lo puedo comparar con Néstor Kirchner, porque el ex presidente “ya era peronismo, no era un outsider, era un gobernador”, mientras que el actual primer mandatario “viene de la nada, armó un partido político de la nada y es mucho más disruptivo”.
Federico Aurelio coincidió con el director de Opina Argentina que la experiencia política la actual del presidente Milei “no se puede comparar” con ninguna otra. “Desde la óptica económica, sin duda hay muchas similitudes con la década de 90, pero no se puede comparar bajo ningún aspecto, políticamente o institucionalmente, a Milei con Menem, porque Menem tenía gobernadores, intendentes, diputados, senadores, el peronismo, el sindicalismo, tenía todas las instituciones”, explicó. Y concluyó: “Milei llegó sin ninguna institución, ni un espacio con historia, ni gobernadores, ni intendentes, ni legisladores o sindicalistas. No es comparable con ninguna experiencia del pasado reciente”.