El abogado Luciano Romano, quien patrocina a los padres de la menor abusada, señaló que hasta el momento son tres las denuncias que formalmente se realizaron pero, agregó, hay más jóvenes víctimas que hasta el momento solo se animaron a hablar con su familia.
El hecho reviste una gravedad suprema, no solo por el delito en cuestión, en dos de las tres denuncias formalizadas la carátula es abuso sexual con acceso carnal, sino también por el número de víctimas, el ámbito y la persona que perpetró los abusos.
La primera víctima que tuvo la fuerza de contar el horror
La adolescesnte de 15 años -sus padres fueron los primeros en denunciar- antes de relatar el ataque sexual había tenido una primera cita en el consultorio del odontólogo, ubicado en calle 20 de Febrero al 300 de Salta capital. Allí, en su guarida, el profesional la revisó para diagnosticar el tratamiento que debía hacerse y le dio un segundo turno.
El lunes 6 de febrero, en horas de la tarde, la menor regresó al policonsultorio junto a su madre, quien tras escuchar a su hija sintió una enorme impotencia por no haber podido evitar tanta impunidad. Sin sospechar nada, la adolescente ingresó sola al despacho del sujeto, donde según contó luego de ser manoseada fue obligada a mantener sexo oral.
Consternada, la menor salió del despacho sin poder hablar. Como si lo que dijo haber sufrido no fuera suficiente, tenía un tercer turno y debía regresar el martes 7 de este mes. Fue justamente esa fecha la que atormentó por un mes a la víctima, quien antes de volver al despacho céntrico gritó a los cuatro vientos y le contó a sus padres lo sucedido aquella tarde.
Los padres de la adolescente radicaron la denuncia, tras esa primera acusación, el martes pasado otras dos jóvenes se animaron a romper el silencio y radicaron la denuncia en contra del odontólogo. Además, según se supo, a través de distintos chats y mensajes por diversos canales de comunicación surgieron entre siete y nueve testimonios acerca del aberrante hecho.
Prófugo
El lunes pasado el Juzgado de Garantías interviniente libro la orden de detención en contra del profesional de la salud, a quien hasta la fecha las fuerzas de seguridad no pudieron detener. Mientras tanto, el fugado se las ingenió para llegar a distintos letrados que podrían ejercer su defensa, uno de los profesionales del Derecho, reconocido en el ambiente judicial, terminó desistiendo la toma de cargos, consignó EL Tribuno.